Esta frase sustantiva de nuestro lenguaje coloquial se aplica a alguien poco importante o insignificante. Casi siempre precedida por el verbo ser, se documenta en la pluma de nuestros mejores escritores. Solo en La tía Julia y el escribidor (Barcelona 1996) pueden citarse estas frases: “Somos la quinta rueda del coche –protesté yo...” (p. 26), “Me emocionaba que Luciano Pando, Josefina Sánchez y Batán hubieran pensado que yo, la quinta rueda del coche, podía influir en los Genaros” (p. 285), etc.