León XIV: la asombrosa historia del milagro de Eten y su vínculo con el Papa peruano

El 2 de junio de 1649, en la villa Santa María Magdalena, nombre del antiguo Eten, los habitantes celebraban la misa por el día del Corpus Christi. De pronto, ocurrió un hecho inusitado. “Cuando todo el pueblo se preparaba para realizar la adoración de la exposición del Santísimo Sacramento, alrededor de la eucaristía se fue formando una sombra. El padre fray Jerónimo, que estuvo ese día, dijo que la sombra tomó forma del rostro y cuerpo del Niño Jesús”, narra Noemí Ñiquen, integrante de la comisión del Divino Niño del Milagro de la parroquia Santa María Magdalena de Eten.

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Pero la sorpresa no quedó ahí. Un mes después, en la fiesta de Santa María Magdalena, la imagen del Niño Jesús apareció de nuevo en la hostia de la misa. “El 22 de julio, el pueblo se apostaba a salir en procesión por la fiesta de la patrona Santa María Magdalena. Durante el recorrido de la procesión, se dieron cuenta de que nuevamente la sombra empezaba a aparecer y decidieron traer la custodia a la sacristía de la iglesia“, relata Noemí.

“Cuando la custodia ya estaba en la sacristía, los padres se arrodillaron ante ella y el Niño Jesús volvió a presentarse, pero ya no de frente, sino de perfil“, agrega.

Cabe recordar que la custodia es el recipiente utilizado para exponer la hostia consagrada durante la adoración eucarística y en procesiones.

Así como pasaron los siglos, el antiguo pueblo de Eten que presenció el milagro tuvo que migrar hacia el sur, por cuestiones climatológicas, hasta su ubicación actual. Pero lo que no ha cambiado es la ferviente devoción por el milagro eucarístico, pues todo etenano sabe de memoria su historia.

El Papa León XIV era asiduo visitante de la ciudad, especialmente en las dos fechas de conmemoración de las apariciones del Niño Jesús. “El obispo Prevost era el encargado de realizar la misa aquí en la parroquia Santa María Magdalena cada 2 de junio y 22 de julio“, informa Noemí.

Robert Prevost reconoció en Eten a un pueblo con una devoción fervorosa por Jesús. Sabía que el mayor sueño de los etenanos era buscar que su ciudad sea reconocida por la Iglesia católica como “ciudad eucarística y turística”.

El 2018, la imagen de madera del Niño Jesús que se resguarda en la iglesia de Santa María Magdalena fue llevada a Huanchaco para que la bendijera el papa Francisco. Al regresar a Eten, la comunidad decidió colocar un libro para que todos los ciudadanos dejen su testimonio de fe. Finalmente, reunieron más de 20 mil firmas entre etenanos y habitantes de todo Lambayeque.

El amor de León XIV por Eten lo motivó a ir a Roma como testigo de la fe en el milagro frente a su antecesor. “En febrero del 2019, monseñor Prevost viajó al Vaticano para encontrarse con el Papa Francisco. Le contó la historia del milagro eucarístico de Eten y le mostró nuestras firmas para que el Vaticano reconozca el milagro y declare a Eten como ciudad eucarística”, expresa Noemí. “Seguimos a la espera de que suceda y sería un sueño que lo haga nuestro padre Prevost como Papa”, agrega.

Este sábado 17 de mayo, el Ejecutivo promulgó la ley que declara de interés nacional el reconocimiento como “Ciudad Eucarística” a Ciudad Eten, jurisdicción de la provincia de Chiclayo, departamento de Lambayeque, con el fin de promover sus costumbres y el turismo local.

En su único artículo señala la declaración de interés nacional en el marco del Decreto Ley 23211, que aprueba el “Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú”, a fin de promover sus costumbres y el turismo local, y generar un impacto positivo en los sectores económicos relacionados a dicho rubro.

La Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque resaltó la importancia del turismo religioso, el cual atrae a turistas y peregrinos interesados en la devoción eucarística y la historia de la región. Por ello, puede promover el desarrollo económico regional.

"Era un padre muy cercano a la gente, siempre estaba allí para los demás y escuchaba mucho. Nosotros los jóvenes le decíamos: ‘Obispo corazón’, porque era muy allegado”, confiesa Noemí.

Ella reveló a El Comercio que, después de la misa en honor a Santa María Magdalena, el párroco de Eten invitaba al padre Prevost a almorzar. Él siempre pedía un café pasado, su favorito.

Jesús León Ángeles es actual coordinadora del grupo Milagro Eucarístico Perú 1649 y antigua comunicadora de la Diócesis de Chiclayo. Ella resalta que las cualidades de Prevost trascienden el plano eclesiástico y destaca sobre todo su calidad humana.

“En Chiclayo fue más sensible su labor, impulsó la implementación de una planta de oxígeno durante la pandemia, trabajó mucho en favor de los migrantes porque se sentía muy identificado con ellos y el sufrimiento que pasan, creó los comedores populares y la villa del migrante y consiguió un terreno de 11 hectáreas para que hagamos el único santuario eucarístico del país”, resalta.

Esta suma de cualidades, sostiene la comunicadora, marcan una continuidad con la línea planteada por Francisco de “extrema bondad y extrema humildad”, las cuales considera sumamente necesarias “para hacer frente a todas las situaciones de violencia y corrupción que nos afectan a todos los seres humanos”.