Una calma momentánea llegó al distrito de Aguas Calientes, en la provincia cusqueña de Urubamba, luego de protestas que se desarrollaron el pasado miércoles 27, antes de las celebraciones por Fiestas Patrias, por parte de turistas nacionales y extranjeros que exigían la venta de más boletos para ingresar a Machu Picchu.
Un grupo de personas bloqueó un tramo de la vía férrea, mientras que otros protestaban en el exterior de la caseta donde se vendían boletos para ingresar a la ciudadela inca. Ante ello, el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez, anunció que se ampliaría el aforo de visitantes a la Llaqta de Machu Pichu, por temporada alta, para recibir hasta 5.044 personas, 1.000 más de lo habitual.
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Pese a la medida, el presidente de la Asociación de Operadores de Turismo de Aventura y Ecología Cusco, Alfredo Cornejo, denunció que la situación no mejoraría debido a la existencia de mafias que canalizan de manera irregular la venta de entradas, en complicidad con algunas agencias de viaje.
A través de un comunicado, diferentes gremios de Machu Picchu exigieron a la titular de la Dirección de Cultura de Cusco (DCC), Mildred Fernández, a “transparentar y solucionar los serios cuestionamientos y denuncias públicas de supuestos negociados con empresas monopólicas” con respecto a la venta de boletos pese a que existe una restricción.
Según la Resolución Ministerial 216-2018-MC, se estableció la prohibición de transferir los boletos para el ingreso al santuario. Los boletos turísticos tienen validez solo para la fecha adquirida, y se restringe el cambio de fecha o del nombre del titular.
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Además, ayer la DDC informó a El Comercio que el jefe del Parque Arqueológico de Machu Picchu, José Bastante, fue “cambiado” de su cargo y que en su lugar se designó al arqueólogo Zenobio Valencia García.
Para el arqueólogo Gori Tumi Echevarría, con este cambio la DCC habría “trabajado a favor de ciertos gremios turísticos”. “Parece que estos operadores de tours tienen al santuario bajo su control y están manejando la institución sobre cómo deben generar sus políticas para los aumentos [de entradas] en la Llaqta, sin contemplar que el sitio arqueológico va a sufrir pronto consecuencias irremediables”.
Hasta el cierre de la edición, este Diario intentó comunicarse con Fernández sin éxito y pese a que aceptó recibir algunas preguntas.
Critican aumento del aforo
Tumi Echevarría criticó que el último incremento de capacidad diaria para el santuario inca no contaría con fundamentos técnicos ni científicos a diferencia de los posteriores.
Declaró que los colapsos dentro de Machu Picchu podrían ocasionarse pronto, por lo que las autoridades deberían tomar en cuenta la recomendación de aforo de Unesco, la cual es el ingreso de 2.244 personas al día.
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“Este cambio en menos de una semana es irracional. Los efectos negativos del alto tránsito de personas en el santuario lo podemos ver en las calzadas, los caminos, entre otros lugares. En mi opinión, este sitio no va a resistir mucho tiempo antes que se comiencen a presentar colapsos”, dijo.
El urbanista Aldo Facho comentó los problemas que se están experimentando en Machu Picchu trascienden al pueblo de Aguas Calientes. El especialista explicó que esta localidad no ha sido preparada para soportar una gran cantidad de flujo de personas, por lo que sus servicios básicos podrían colapsar, al igual que sus estructuras.
Asimismo, agregó que el Ministerio de Cultura debería velar más por conservar el patrimonio de Machu Picchu y no apostar por vender mayor cantidad de entradas al lugar. “Jamás fue diseñado para recibir 6.000, 8.000 turistas al día. El Ministerio de Cultura debería comunicar mejor por qué no se pueden vender tantas entradas”, detalló.