En los últimos años, el acceso a los servicios de salud mental ha mejorado. Sin embargo, persisten importantes desafíos, como la urgencia de aumentar el presupuesto destinado a salud mental.
En los últimos años, el acceso a los servicios de salud mental ha mejorado. Sin embargo, persisten importantes desafíos, como la urgencia de aumentar el presupuesto destinado a salud mental.
Redacción EC

La en el Perú atraviesa un momento crítico. Tras la pandemia y en medio de una coyuntura marcada por la inseguridad ciudadana, la corrupción y la inestabilidad política, los problemas de salud mental han aumentado considerablemente, afectando especialmente a jóvenes y adultos mayores. En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, conmemorado en esta semana, la Mg. Ana Lorena Elguera, directora de la carrera de Psicología de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), resaltó la necesidad de aumentar los esfuerzos para abordar este problema.

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Es crucial que el país cuente con políticas claras y equipos multidisciplinarios que puedan responder de manera efectiva al deterioro de la salud mental en la población. Además, la familia debe ser la principal fuente de apoyo. La comunicación asertiva en el hogar y el desarrollo del pensamiento crítico son claves para fomentar la salud mental y brindar un soporte efectivo a las personas”, comentó.

En los últimos años, el acceso a los servicios de salud mental ha mejorado, con una expansión de centros comunitarios y un aumento en la atención de casos. De acuerdo con cifras oficiales, entre 2009 y 2022, las consultas por problemas de salud mental pasaron de 419.703 a más de 1,4 millones. Las patologías más comunes incluyen ansiedad, depresión, trastornos del desarrollo psicológico y adicciones.

Sin embargo, persisten importantes desafíos, como la urgencia de aumentar el presupuesto destinado a salud mental, mejorar la capacitación del personal, especialmente en áreas rurales, y asegurar que los servicios de salud mental se integren adecuadamente con la atención primaria. “Es fundamental que el Estado garantice el acceso a profesionales de salud mental capacitados no solo en Lima, sino en todas las regiones del país”, señaló Elguera.

A pesar de los avances, el estigma asociado a los trastornos mentales sigue siendo una barrera para muchas personas que necesitan tratamiento. Aunque se han realizado campañas de sensibilización, es necesario intensificar estos esfuerzos para que más personas busquen ayuda sin temor a ser discriminadas

Para mejorar la salud mental en el Perú, es indispensable fortalecer los programas de intervención comunitaria y promover campañas de prevención. Elguera hizo un llamado a las autoridades y a la sociedad en general: “Solo a través de un esfuerzo conjunto entre el Estado, las familias y los profesionales de salud mental podremos enfrentar los desafíos actuales y garantizar el bienestar emocional de todos los peruanos”, dijo.

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