Más testimonios complican a Martín Vizcarra y refuerzan la acusación de la fiscalía. En la sexta audiencia del juicio oral que se le sigue, tres testimonios coincidieron en que el expresidente acudió entre 2013 y 2014 a las oficinas de la constructora Obrainsa. Además, un cuarto testigo dio detalles sobre la emisión de cheques que hizo la empresa por S/400 mil y S/600 mil alrededor de esas fechas.
Según la acusación del equipo especial Lava Jato del Ministerio Público, fue en las oficinas de Obrainsa donde el entonces gobernador de Moquegua pactó el pago de S/1 millón a cambio “información privilegiada” para que ganen la concesión del proyecto Lomas de Ilo. En ese lugar luego se le habrían realizado los pagos en efectivo en dos partes: S/400 mil y S/600 mil. Según la tesis fiscal, ese dinero fue generado a través de los mencionados cheques.
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Frente a estas acusaciones, la defensa de Martín Vizcarra niega que él haya acudido a esas oficinas en las fechas que alega la fiscalía, lo que se contradice con lo afirmado este lunes -bajo juramento- por los tres testigos. Además, no niega que esos cheques se hayan emitido, pero rechaza que el dinero generado por Obrainsa haya sido pagado o entregado a él. El expresidente rechaza todos los cargos de la fiscalía, por lo que su defensa apuntó a restar credibilidad a los testigos.
El Comercio envió mensajes al abogado de Martín Vizcarra, Erwin Siccha, para consultarle si mantenían esa postura ante las declaraciones en el juicio de este lunes, pero no hubo respuesta hasta el cierre de esta nota. El pasado 20 de noviembre en RPP, cuando se le preguntó si había ido a las oficinas de Obrainsa, el expresidente aseguró que “no, no he estado ahí”.
El principal testigo en lo relacionado a Lomas de Ilo es Elard Paul Tejeda, gerente de Obrainsa. En la audiencia del 11 de noviembre, el también colaborador eficaz afirmó que se reunió con Martín Vizcarra al menos tres veces en las oficinas de la empresa: en noviembre del 2013 para el pacto de las coimas; en enero del 2014 para el primer pago y en abril del 2014 para el segundo.
En ambas ocasiones, de acuerdo con su testimonio, los pagos se hicieron dentro de sobre manilas grandes, utilizando dinero en efectivo que fue generado a partir de dos cheques emitidos por la empresa a nombre de su conserje. Agregó que este se encargaba de cobrarlo y luego trasladarlo hasta su oficina, donde lo guardaba en su caja de fuerte antes de colocarlo en el sobre manila y entregarlo al hoy acusado.
En la audiencia del 18 de noviembre, Manuel Tejeda Moscoco, expresidente del directorio de Obrainsa, corroboró la versión de Elard Paul, indicando que tenía conocimiento del pacto y de los pagos ilícitos. Y en la audiencia de este lunes 2 de diciembre, declararon otros testigos que trabajaron en la constructora: una exasistenta, una exsecretaria, un directivo financiero y un exoficinista.
Los testimonios
La primera en declarar este lunes 2 de diciembre fue Ana Ellen Vela. Ella trabajó con Elard Paul Tejeda como secretaria de gerencia al momento de los hechos, pero dejó de trabajar en la constructora en 2021. Obrainsa, cabe decir, tiene un acuerdo de colaboración eficaz corporativo, que ya fue corroborado por el Poder Judicial y donde reconoce actos de corrupción en Lomas de Ilo y otros casos.
Según contó, entre el 2013 y el 2014, tuvo comunicaciones por correo electrónico con Martín Vizcarra y lo vio “ingresar a la oficina de Obrainsa” en dos ocasiones. Sobre la primera, aseguró que fue “a fines del 2013″ y que ella mismo “lo hizo ingresar, previa coordinación con el señor Paul”.
“Lo dirigí hacia la sala del directorio. Él llegó, dijo su nombre, indicó que tenía reunión con el señor Elard Paul Tejeda. Realicé la consulta en ese momento y lo hice ingresar, porque ya tenía la confirmación de que venía a reunión con él”, manifestó.
Agregó que vio al entonces gobernador a través de la pantalla del intercomunicador en su puesto de trabajo y le abrió la puerta de desde allí. Explicó que esa era la única cámara en el lugar, ya no que no había cámaras de seguridad.
“Yo veía cuando las personas que iban a ingresar estaban ahí, se anunciaban. Al escuchar el timbre, yo contestaba el comunicador. No (había necesidad de que bajara)”, declaró.
En cuanto la segunda vez, indicó que previamente Elard Paul Tejeda le dijo que Martín Vizcarra “estaba próximo a a llegar”. “Estuve alerta. Recuerdo que lo ví”, sostuvo.
También dijo no recordar si el acusado ingresó a la oficina personal del gerente de la empresa, pero indicó que ésta estaba a unos pasos de la sala de reuniones del directorio, a donde sí lo vio entrar.
Si bien indicó que no recordaba exactamente cuándo fue esa segunda visita, aseguró que fue “meses después” de la primera, ya en el 2014.
Finalmente, refirió no recordar si vio salir al acusado en la primera ocasión, pero explicó que los invitados de Elard Paul Tejeda usualmente eran acompañados por él mismo “hasta la puerta de salida”. Sobre la segunda vez, sostuvo que sí recuerda que Martín Vizcarra “se despidió, pero no ví la cámara ni seguí cuando el señor Paul lo acompañaba”.
“No siempre podía ver (de cuerpo entero a las personas que salían). Estando sentada en el módulo, tenía una base alta que no me permitía ver. Y si podía ver, podía ver quizás solamente el rostro”, añadió.
También refirió que recién reconoció que esa persona era Martín Vizcarra años después, cuando lo vio haciendo campaña para la vicepresidencia en las elecciones del 2016.
La fiscalía, igualmente, sostiene que parte del soborno de Obrainsa a Martín Vizcarra se concretó con el alquiler de una avioneta, pagado por la empresa, para uso de la gestión del acusado como gobernador de Moquegua.
Al respecto, la testigo corroboró que realizó gestiones para ese alquiler por encargo de Elard Paul Tejeda, quien también declaró en este juicio en ese sentido.
Además, reconoció los correos que envió para ello a la empresa con la que se hizo alquiler y con el propio Martín Vizcarra en su mail institucional como presidente regional.
Las impresiones de esas comunicaciones fueron proyectadas por el fiscal Germán Juárez Atoche, a cargo del caso, ante los jueces del Cuarto Juzgado Colegiado de la Corte Superior Nacional, quienes dictarán sentencia.
En el correo enviado por la testigo a Martín Vizcarra, ella le pide “su ayuda” con los datos que requería la empresa con la que iban a contratar el alquiler. Según explicó, se refería a la lista de pasajeros.
En otro correo, firmado por el hoy acusado, este le envía esa lista, consistente en funcionarios del gobierno de Bolivia que iban a ir de Lima al puerto moqueguano de Ilo. Entre ellos estaba Luis Arce, entonces ministro y actual presidente boliviano.
La testigo también dijo que Obrainsa llegó a pagar el servicio y sostuvo solo conocer que el vuelo fue usado por los pasajeros en la lista enviada por Martín Vizcarra.
En su contrainterrogatorio, el abogado de Martín Vizcarra, Erwin Siccha, preguntó si en su vínculo con Elard Paul Tejeda tenía algún tipo “de afecto, de aprecio”, luego de que la testigo había dicho que su relación solo era de tipo laboral. La procuraduría objetó esa pregunta y la jueza Fernanda Ayasta, presidenta del colegiado, accedió y la desestimó.
Frente a otras preguntas del abogado, indicó que las veces que vio a Martín Vizcarra fueron luego de los correos que intercambió con él a inicios de diciembre del 2013.
En esa línea, agregó que las veces que vio al expresidente en las oficinas de Obrainsa fueron “meses después, puede haber sido en enero o febrero del 2014″.
También reiteró que no le era posible ver si salió con un “paquete o sobre manila”, porque “el módulo donde yo me sentaba era alto”.
La segunda testigo fue Rosa Carmen Ríos, que al momento de los hechos fue asistenta de gerencia del presidente del directorio de la constructora, Manuel Tejeda Moscoso. Allí trabajó en la misma oficina que Ana Ellen Vela y también laboró con Elard Paul Tejeda Moscoso.
Ríos informó que tuvo una serie de contactos telefónicos con Martín Vizcarra en la década del 2000, cuando su empresa, CyM Vizcarra, conformó un consorcio con Obrainsa. Sin embargo, recién lo conoció personalmente cuando fue “a las oficinas de Obrainsa”, donde lo vio “como en dos o tres oportunidades”: aproximadamente, fueron entre noviembre y diciembre del 2013; y después, entre marzo y abril del 2014, .
“(En la primera ocasión) tocó el timbre por el área que es de ingreso de las visitas de la alta dirección. Yo lo vi a través de la cámara del intercomunicador. En ese momento no lo reconocí. Le pregunté a quién buscaba. Me indicó que tenía una reunión con el señor Paul Tejeda. Le pregunté de parte de quién y fue ahí que me indicó que era el señor Martín Vizcarra”, declaró.
Luego, refirió que le consultó al directivo, quien le confirmó que sí tenía una reunión con él. “Lo hice pasar al directorio de la empresa. El señor Paul Tejeda se reunión con él, cerraron la puerta y se reunieron”, explicó. Como también dijo Ana Vella, la cámara referida no era de seguridad, sino solo la del intercomunicador, y la puerta se abría de forma remota.
“Al momento que ingresaba el señor Martín Vizcarra, o que ingresaba la visita, yo me paraba, porque estando sentada no podía saludarlo. Tenía que pararme para poder saludarlo, hacer una venia de saludo y luego hacerle la indicación del directorio”, detalló. “El mueble del ‘counter’ era bastante alto. Estando sentada apenas podía ver la cabeza o la parte del hombro (de la persona)”, señaló.
Esa descripción sobre cómo era la oficina que compartían y la visibilidad que tenían respecto a quienes entraban o salían del lugar coincide con la que había dado Ana Ellen Vela solo minutos antes.
Sobre la salida de Martín Vizcarra, explicó que como Elard Paul Tejeda acompañaba personalmente a sus visitas hasta la salida, las secretarias “ya no estábamos pendientes de abrir la puerta”. “Lo vi salir. Incluso dijo hasta luego, se despidió”, detalló.
Ambas testigos también coincidieron en que la oficina de Elard Paul Tejeda tenía una caja fuerte y que allí tenía a su disposición sobres manila de distintos tamaños. Esto se condice con lo dicho por el gerente de Obrainsa sobre donde tenía guardado el dinero y donde almacenó el dinero para entregárselo al hoy acusado.
Respecto a la segunda vez que lo vio, contó que llegó de la misma manera y lo hizo pasar, pero que “en esta oportunidad, me parece que fue a la oficina del señor Paul Tejeda, a su salita de reuniones de él”. Luego, agregó que no recuerda si también lo vio salir.
En su contrainterrogatorio, el abogado de Martín Vizcarra buscó evidenciar una supuesta “contradicción” en lo dicho por la testigo en el juicio y lo que declaró previamente durante la investigación: que ahora dice que su vínculo con Elard Paul Tejeda solo era laboral, pero antes había manifestado que de su relación laboral surgió “cierta amistad”.
Al respecto, la testigo respondió: “cuando uno trabaja en oficina, mantiene cierta amistad con los compañeros de trabajo”. Luego, el abogado le preguntó si a partir de esa “cierta amistad”, “estaría dispuesta apoyar al señor Elard Paul Tejeda Moscoco en circunstancias difíciles”.
El fiscal objetó esa pregunta, advirtiendo que era de opinión y subjetiva. La jueza le dio razón: “Señor abogado, los testigos vienen no a dar su opinión, si sabía, si podría, si haría esto o no haría esto. El testigo viene a declarar sobre lo que vio, sobre lo que tiene conocimiento, y usted lo sabe. Hacerle esa pregunta es una pregunta de opinión. Fundada la objeción”.
Ante otras preguntas de la defensa, reiteró que las oficinas de Obrainsa tenían dos pisos, que no llevaba un registro de visitas y que no había cámaras de seguridad, ante la insistencia del abogado en que había una contradicción en ese último punto: “Me refiero a la cámara del intercomunicador, porque en las oficinas no teníamos cámaras. Era una cámara por la cual se visualizaba quién tocaba el timbre”.
El abogado también usó la declaración previa de la testigo para insistirle en que dé su versión sobre cómo estaba vestido Martín Vizcarra en la segunda vez que fue a las oficinas de Obrainsa.
Luego de leer el documento, con la colaboración de la fiscalía, la testigo se ratificó en su descripción: un saco de color distinto a su pantalón, sin corbata y una camisa blanca “tirando para amarillo”. También respondió que no vio si el acusado salió de las oficinas con paquetes o sobre manilas.
Reuniones, correos y cheques
El tercer testigo que dio cuenta de la supuesta presencia de Martín Vizcarra en las oficinas de Obrainsa fue Donato Reyes Antezana, quien trabajó allí hasta el 2020 como auxiliar administrativo. Su “jefe principal” era el mismo Elard Paul Tejeda.
Reyes declaró que vio a Martín Vizcarra “quizás una o hasta dos veces llegar a la oficina”. “Vino, tocó la puerta, la secretaria abrió. Lo atendí yo mismo, en la primera o segunda (vez), no recuerdo muy bien”, indicó. “Tenemos una sala de directorio, que llamamos sala de reunión, allí lo atendí con un vasito de agua y una manzanilla”.
El hoy acusado siguió allí, precisó, hasta que el directivo de Obrainsa terminó otra reunión y lo atendió. “Él (Martín Vizcarra) manifestó que tenía una reunión con el señor Elard Paul Tejeda”. Sobre las fechas, sostuvo que fueron “entre el 2012 y el 2014″, pero no pudo precisar los meses.
En otro momento, indicó que “en alguna ocasión” fue a un banco a cobrar un choque y trasladar dinero por disposición de Tejeda. Si bien no recordó en qué año fue, indicó que el dinero cobrado fue en dólares. Ese cobro es similar al que, según dijo Elard Paul Tejeda y según la acusación fiscal, hizo el exconserje Tobías Puerta para trasladar el dinero usado para las coimas.
Puerta también se presentó como testigo en la audiencia de este lunes. Sin embargo, debido a que tiene problemas de audición, el juzgado dispuso que su declaración se postergue para la próxima audiencia, de este martes 10 de diciembre, la cual será presencial.
Quien sí pudo declarar este lunes como testigo fue Diego Agurto Albán, actual jefe de tesorería de Obrainsa y jefe de Planeamiento y Programación Financiera, en la misma área, al momento de los hechos (2013-2014). Por su cargo, el fiscal lo interrogó sobre los cheques de S/ 400 mil y S/ 600 mil emitidos por la empresa en enero y abril del 2014.
Para la obra Lomas de Ilo, Obrainsa formó un consorcio con la empresa italiana Astaldi, el cual tenía sus propias cuentas bancarias. Por lo tanto, explicó el testigo, si se quería emitir un cheque o hacer transferencias a nombre del consorcio, este debía ser firmado por representantes de ambas compañías.
Por ello, un primer intento de emitir un cheque de S/ 400 mil, por solicitud de Elard Paul Tejeda, no se pudo concretar porque Astaldi no firmó. Esa coordinación quedó plasmada en un correo electrónico del 27 de enero del 2014 enviado por él a Elard Paul Tejeda, el cual se proyectó la audiencia y que el testigo reconoció como verdadero.
Ante ello, explicó que el directivo dispuso luego que se emita otro cheque con esa misma cifra, pero esta vez a modo de préstamo de Obrainsa al consorcio. Este se giró el mismo día, 27 de enero del 2024, a nombre de Tobías Puerta y con autorización suya como integrante del área de tesorería. Esta vez, sostuvo, “sí se llegó a cobrar”.
“(Por) todos los cheques por montos elevados, el banco por lo general me llama para confirmarlos. Luego, verifico en los movimientos bancarios el cargo del mismo”, declaró. “(Me consta que lo recibió el señor Paul Tejeda) porque se le llama para verificar si recibió los fondos que había solicitado. (Dijo) que sí los recibió y aparte, firma un recibo de caja”.
Agurto también precisó que su nombre aparece “como generador del cheque” y que envió un correo al área de contabilidad de la empresa sobre esa gestión. Ante ello, la fiscalía también proyectó una captura del cheque y de ese otro correo electrónico. Ambos fueron reconocidos por el testigo.
El segundo cheque fue por S/600 mil en abril del 2014. La única diferencia fue que este salió “a cuenta de dividendos” de OB Construction, empresa accionista de Obrainsa. Lo demás, explicó, fue igual: se giró a nombre de Tobías Puerta, también se cobró y el dinero llegó hasta Elard Paul Tejeda, a quien llamó para confirmar y quien firmó un recibo de caja.
Nuevamente, la fiscalía proyecto una copia, con su nombre como “generador de cheque”, y el testigo lo reconoció. En otro momento, indicó que el dinero solo salía así, para ser entregado a Tejeda, “cuando él lo pedía expresamente de esa manera”.
El contrainterrogatorio de la defensa de Martín Vizcarra fue breve. Ante sus preguntas, el testigo dijo desconocer si el consorcio Obrainsa-Astaldi “devolvió” los S/ 400 mil del supuesto préstamo de Obrainsa.
En cuanto al segundo cheque, refirió que era un “adelanto de dividendos a favor de OB Construction”, pero que más detalles sobre cómo se consignó los tendría el área de contabilidad de la empresa.
Finalmente, respondió que él no conocía el destino o la finalidad que tuvieron los montos de dinero retirados a partir de ambos cheques. Sobre eso, cabe recordar, que Elard Paul Tejeda ha afirmado que fueron para los dos pagos por un total de S/ 1 millón a Martín Vizcarra.
Nuevas declaraciones claves
Luego de casi cuatro horas de audiencia, el colegiado suspendió el juicio para retomarlo el próximo martes 10 de diciembre. Además de la ya mencionada declaración de Tobías Puerta, el conserje de Obrainsa que habría trasladado el dinero, ese día también se hará el contrainterrogatorio de la defensa al testigo Donato Reyes.
Además, se han citado a tres testigos más para esa jornada: María Inés García, exasistente contable de Obrainsa y el ciudadano italiano Fabrizio Scarfo, quien fue director administrativo y financiero de Astaldi. También fue citado, como último en la lista, el exministro José Manuel Hernández Calderón.
Hernández Calderón es otro de los principales testigos del Ministerio Público: es colaborador eficaz de la fiscalía con sentencia dictada por el Poder Judicial y habría sido su intermediario para el pago de las presuntas coimas por S/ 1.3 millón por otro proyecto, Hospital de Moquegua. Además, habría sido el intermediario del acusado, en el 2019, para contactar a los directivos de Obrainsa ante la posibilidad de que estos declaren sobre el caso Lomas de Ilo, como finalmente ocurrió.
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