Estar en una serie de Netflix es una experiencia que puede cambiar la vida de un actor, y Mauricio Abad lo sabe. De hecho, ya sintió antes la adrenalina de conseguir un papel deseado por muchos, cuando le dieron el personaje protagónico de “Like”, el ‘reboot’ de “Rebelde” que estrenó Pedro Damián, el creador de la popular franquicia latina, en 2018 a través de la señal de Televisa.
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Aquella experiencia en uno de los gigantes del entretenimiento en español le permitió crear una base sólida para una carrera que hoy se proyecta cada vez más interesante. Y aunque recién se han estrenado los capítulos en la que podemos verlo encarnando a Sergio Basteri, el hermano menor de Luis Miguel, en la temporada final de la serie biográfica sobre el famoso cantante, ya hay que ir prestándole atención a los pasos que da este actor peruano. Él mismo nos cuenta su historia:
-¿Cómo empezaste?
Yo comencé en el Perú como modelo. Tenía 16 años cuando hice cásting para “Esto es Guerra Teens”. Me acuerdo que la ropa me quedaba súper grande y estaba todo flaquito. No quedé para ese programa, pero en una de las audiciones conocí a Héctor, quien hoy es un amigo, un colega y mi manager en el Perú. Me conectó para el Fashion Week y luego comencé a prepararme como modelo para salir internacionalmente. Ni bien se presentó la oportunidad de ir a México, no lo pensé dos veces.
-Algo que me gusta de tu historia es que siempre has mostrado determinación. Tu familia te pedía que hagas una carrera más convencional, pero tú estabas seguro de querer actuar.
Yo estudiaba Comunicaciones en la USIL. Me gustaba, pero no era algo a lo que me quería dedicar al 100%. Estudiaba presionado por mis papás. En ese momento no me daba cuenta, pero ellos lo hacían por mi bien. Siempre hay que estudiar algo para que nos vaya mejor en la vida. Pero un día, mientras estudiaba, sin que supieran, empecé a tramitar una visa de trabajo para ir a México. Ellos ya me habían dicho que no querían, que debía terminar mi carrera y luego hacer lo que quisiera. Pero con los ahorros que había conseguido de mis trabajos en publicidad y comerciales, lo pagué. Me dije: ‘voy a hacer lo tramites y se los comentó cuando ya esté'. Cuando llegó el momento de hablar con ellos, no les agradó la idea. Entonces les dije que ya tenía el documento para poder ir a otro país y, como ya tenía 18 años y podía tomar decisiones, les dije que quería hacerlo. Pero no quería peleas, necesitaba su apoyo, aunque sea mínimo, para poder irme. Recibí el respaldo de mi mamá y me fui con la idea de probar. Lo peor que podía pasar, me decía, era que me vaya mal y tenga que volver. Me fui con la idea de estar 6 meses y ya voy 5 años viviendo en México.
- En tu primer año en México consigues un papel protagónico en “Like”, una novela de Pedro Damián, un nombre muy conocido en las producciones mexicanas. ¿Qué significó para ti?
“Like” fue una aventura y el proyecto que me cambió la vida. Había hecho cosas chiquitas en México, pero “Like” llegó en un momento un poco difícil. Yo estaba estudiando en el CEA de Televisa y cuando estudias allí, no puedes hacer cástings por tu cuenta, es muy complicado. Te piden obligatoriamente que acabes la carrera para que ellos te propongan con productores y gente del medio. Pero el cásting de “Like” me llegó por fuera. Un gran amigo me cubrió para yo poder ir a la audición en la que al final quedé. Pero fue muy complicado. A veces, he arriesgado mucho y hasta me han podido correr de lugares por acciones que he tenido tan rápidas. Si veo la oportunidad, la quiero tomar. Pensar con la cabeza caliente es muy difícil, pero, gracias a Dios, me ha ido bien. “Like” me abrió las puertas. Protagonizar algo en Televisa es un sueño, es muy lindo. Todavía me veo con Pedro Damián y mucha gente de “Like”. Pedro es una persona increíble, un maestro. Yo comenzaba y andaba un poco perdido, pero él me guiaba, me daba muchos consejos. Tuvimos muchos viajes por “Like”, fue una experiencia única y aprendí mucho de él, de los directores, de estrellas como Christian Chávez. Hice buenos amigos actores y me alegra que les vaya bien en sus carreras.
- Un año después del final de “Like”, te sumaste al elenco de “Princesas”, una novela que significó tu regreso al Perú. ¿Cómo tomas esa decisión?
Conversando con mi representante en el Perú, surgió el tema de tener trayectoria también en mi país. Estaba grabando un corto con un director de Los Ángeles cuando llegó el cásting para Felipe en “Princesas”. Sabía que volver a casa me ayudaría mucho para agarrar energía y un impulso nuevo. En ese momento estaba decidiendo también por otro personaje, pero dije que no y tomé la decisión de regresar a Lima.
- Y estando en Lima ocurre esta situación tan inesperada: la pandemia de coronavirus y la cuarentena.
Yo tenía ya tres meses grabando en Lima. Llegó un amigo a hacer turismo y yo le estaba dando un mini tour por la ciudad cuando soltaron la bomba del COVID. Pensamos que serían tres meses, pero pasaron seis y no sabíamos qué iba a pasar. Si me hubiera tocado todo esto en México, quizás la historia habría sido muy distinta. No sabemos qué hubiera pasado, pero todo se da siempre para bien.
- Vi en tu canal de YouTube que, durante la cuarentena, grabaste unos videos reflexivos, hablabas de muchas cosas, pero también de cómo sacarle provecho al encierro forzado. ¿Cómo lo aprovechaste tú?
La etapa de pandemia fue una locura. Pasé por tantas emociones. Una tía mía murió, además yo no estaba con mi familia. Me había mudado a un departamento con un ‘roomate’, porque así la producción de “Princesas”, en Barranco, me quedaba más cerca y si estaba donde mi familia, en Pueblo Libre, ya se me hacía lejos. Me mudé por la zona y en el encierro me la pasé solo con el ‘roomie’ que rentaba en ese momento. Cuando daban permisos, iba un ratito con la familia. Pero hubo un lapso de tiempo en el que estuve muy solo. Si a eso le sumas el no poder salir, uno empieza a pensar mucho. Te puede dar depresión y ansiedad o te puedes pones a hacer algo para matar tiempos y nutrirte como persona. Entonces empecé a tomar muchas clases en línea. Clases de canto, de guitarra, de inglés y portugués. En esos momentos también empecé a grabar algunos videos de reflexión en YouTube. Había visto tanta información en internet y TV que ya hasta saturaba. No sabía qué era verdad y qué no. Buscaba páginas oficiales y la compartía en ese momento. Espero haber ayudado a las personas que estaban un poco idas por allí.
- Entonces estuviste 6 meses atrapado en Lima.
Desde finales de febrero, hasta noviembre. Diez meses, casi.
- ¿Tu papel en la telenovela “¿Qué le pasa a mi familia?” te llegó en cuarentena?
Ellos querían comenzar a grabar entre junio y julio, pero por lo del COVID-19 se atraso y eso fue bueno para mí. Encerrado, pude hacer el cásting. Yo estaba como loco. Siempre me pasa algo cuando tengo una audición. Me dijeron: ‘te queremos ver en octubre, tal día, porque quedaste en el personaje’. Me puse feliz, por volver a trabajar en México y en una producción tan grande, pero en ese momento no se aceptaban vuelos salientes del Perú. Yo veía las noticias todos los días y todo cambiaba a cada rato. Cuando dijeron que volvían los vuelos internacionales, compré mi pasaje, pero luego dijeron que serían solo para vuelos de máximo 4 horas de trayecto, entonces mi vuelo ya no servía. Tuve que viajar a Chile, porque allí sí podía salir. Pero no podía viajar con mi maleta, porque la maleta tenía que salir de aduana y luego volver a entrar y, si yo salía de aduana, ya correspondía que haga cuarentena 15 días en Chile. Entonces viajé sin maleta, solo con mi guitarra y un equipaje chiquito de mano. Luego compré un pasaje a Panamá y tuve una escala de 14 horas más, y luego a México. Demoré como 2 días en llegar, y llegué justo el día que me habían citado. Fui a Televisa y me dieron el sí. Al día siguiente, a grabar, pero ya con todos los protocolos del COVID, siempre por nuestro bien.
- ¿Cómo es grabar ahora en tiempos de COVID-19?
En lo personal, no me gusta. Es más tedioso. Antes de las grabaciones, haces 6 o 7 ensayos por escena, y con las mascarillas no escuchas mucho a tu compañero cuando te quiere dar replica. Es un poco molesto, pero es parte de. Además, a la hora de entrar al set, te tienen que sanitizar, te hacen prueba COVID cada dos semanas como máximo, el orificio de la nariz ya lo tienes roto por tantos test. Pero te acostumbras y ya no sientes nada. Ahora en algunas producciones también te piden vacunas. Yo ya tengo mi dos dosis. La idea es que nos vacunemos todos y podamos tener más oportunidades de volver a trabajar.
- En el 2018, todavía era un tema tu acento peruano, pero ya has estado haciendo más producciones como mexicano. Lo haces en “¿En qué le pasa a mi familia?” y en “Luis Miguel, la serie”. ¿Ya te sientes más cómodo con el acento?
Ya lo he agarrado súper bien, aunque el acento se vuelve un poco raro cuando me junto con mis paisanos o personas de otros lados. El tema del acento es muy importante en México, porque si no lo dominas, te limitas a hacer de personajes extranjeros. El año en que llegué me preparé mucho en el acento neutro. Gracias a Dios, el personaje Ulises en “Like” no tenía acento neutro, porque la historia se desarrollaba en una escuela internacional, entonces su forma de hablar pasaba a un segundo plano. Pero agarrar ese tipo de papeles es muy difícil. Me recomendaron mucho tomar clases de acento y puede ser molesto, porque te hacen leer mucho como un robot, muy lento y pausado, pero es para tener una mejor dicción. Los sudamericanos cortamos mucho las palabras y nos comemos mucho las ‘s’. Cuando llegué a clases decía ‘Cujco’ y me pedían que pronuncie con más detalle: “Cusco”. Estudié mucho el acento y las palabras que usan aquí. Es como aprender otro idioma, pero todo es constancia. Cualquier persona que se proponga algo e insista en ello, lo va a lograr.
En una entrevista con Samantha Aguilar, en 2018, decías que tu sueño era llegar a Netflix. ¿Cómo te sentiste cuando te confirmaron que estarías en “Luis Miguel, la serie”?
La verdad, todavía no lo puedo creer. Siento que hay un Mauricio antes y después de esta noticia. Estoy muy feliz, todavía con muchas emociones. Como te decía, siempre tengo una historia que contar porque algo que me pasa cuando entro a una producción. Con “Luis Miguel, la serie” me pasó que seguía trabajando en “¿Qué le pasa a mi familia?” y esa novela se grababa entre Ciudad de México y Guanajuato, que es una ciudad muy bonita a cuatro horas de la capital. Cuando ya tenían una fecha plasmada para la grabación (de “Luis Miguel”), yo estaba en Guanajuato. Me acuerdo que me querían en tal fecha y a tal hora y no sabía todavía si tenía grabaciones esa semana de “¿Qué le pasa a mi familia?”. Pedí permiso, pero no sabían el horario. Esperé hasta el último día de grabación. Felizmente el día que me había citado, no me tocaba grabar, pero seguía en Guanajuato. Mi última escena fue martes a las 11 de la noche y al día siguiente tenía que estar con la producción de “Luis Miguel” a las 7 de la mañana. Me tocaba hacer un viaje de cuatro horas para llegar. Llamé a un amigo chofer, trajo el auto y dormí allí entre que estudiaba mis líneas. Ya sabía mi texto, pero siempre ten dan ganas de seguir estudiando y saber más. Llegué a la Ciudad de México a las 4 de la mañana. Dormí un ratito y a grabar. Gracias a Dios, no quedé mal con ninguna producción. Todo se dio muy bien.
- ¿Y qué tan diferente es grabar para Netflix?
Hay diferencias entre grabar una serie y una novela. Cuando grabamos una novela, grabamos unas veintitantas escenas al día. Entonces no puedes disfrutar mucho la escena, porque están con el tiempo y tienen que grabar 90 capítulos. Estás como corriendo. Grabar serie en Netflix es grabar para cine, grabas a dos cámaras, grabas la escena unas treinta veces desde diferentes ángulos. Siento que disfrutas más la escena, te sientes mas cómodo. A parte, son solo 6 escenas por día como máximo. Disfruté mucho de este proceso en Netflix.
- ¿Seguías la serie?
Sí, ya era fan. De hecho, Juan Cané, quien hace de José Pérez, el personaje del villano en la segunda temporada, fue mi ‘roomate’. Yo viví con él cuando recién llegué a México. Llegué con una agencia de modelos y Juanchi vivía en uno de los cuartos del lugar en donde me quedé. Yo tenía 18 años y él tenía treinta y tantos. Siempre me decía que podía ser mi papá. Le conté que quería actuar y me recomendó muy buenos lugares para tomar clases. Luego un día lo vi en la serie y me sorprendí, se robó la segunda temporada. Estuvo muy bien.
- ¿Cuándo terminaste de filmar?
Yo terminé entre julio y agosto, más o menos.
- ¿Cómo es este proceso de mantener reserva absoluta sobre un personaje?
Es súper complicado. Hay tantas cosas que me gustaría contar. Quisiera subir videos, fotos, el backstage completo. Quiero hablar un montón, ya saben cómo soy. En una entrevista se me salió algo mínimo, y me llamaron la atención. Entonces, no me arriesgo, pero ya quiero que conozcan a Serguiño, mi personaje.
- ¿Qué se viene?
Estoy en cásting para algunas producciones del próximo año. Me gustaría meterme más en el mundo del cine, es un paso que quiero dar. De momento, tengo un viaje programado a Europa, luego de vuelta al ruedo.
- Hablando de cine. Vi que estabas produciendo un corto con Zuri Sasson, uno de tus compañeros de “Like”.
Sí, es uno de los grandes amigos que hice de “Like”. Él se metió más al mundo del guion. Un día me enseñó la idea de uno de sus cortos, en el que se planteaba un mundo con religión y sin religión, que es un tema que le interesa mucho. Me gustó la idea y ahora los dos estamos produciendo ese corto. Producir es difícil. Cuando eres actor, eres egoísta, estás en lo tuyo. En el área de producción, tienes que ver todo. Con Zuri buscamos locaciones, vemos los días de grabación, si habrá extras, cuántos actores serán, quién hará el maquillaje, el peinado, cómo serán los sets. Es complicado. Esta es la segunda vez que produzco. La primera vez fue con unos amigos, hicimos una miniserie para TikTok. Son 6 capítulos, los queremos sacar en unos meses, está todavía en posproducción.
- Sé que tienes dos hermanos. ¿Les interesa la actuación?
Mi hermano Sebastián tiene 21 años. Está por graduarse como periodista deportivo. A veces lo entreno para que se meta un poco de este lado, uno no tiene que cerrarse a nada. Ahora está en México, terminando su carrera online. Pero mi hermanita Andrea, de 16, ve mis ‘stories’ de Instagram y me dice ‘Mau, quiero ir, ya quiero trabajar’. Es muy niña, pero muy centrada, eso me gusta mucho. Siento que le puede ir muy bien, pero yo siempre le digo que hay que estudiar y esforzarse mucho. Ese consejo también me sirvió mucho a mí. Niños lindos acá hay millones. Un productor un día me dijo: ‘tengo este catálogo, todos niños hermosos, altos, marcados, ¿qué tienes tú? ¿Cuál es tu diferencia y por qué te tengo que contratar a ti? ¿Qué tienes tú que no tienen los otros 150 niños que tocan la guitarra y cantan hermoso?’ Lo importante y lo que me ayudó a responder en ese momento es el contenido, es lo que traes. No solo es talento, es disciplina y trabajo duro. La preparación es muy importante. No quiero que me cataloguen solo como el niño cara bonita que está allí por ser lindo y ya. Me cansé de eso, empecé a prepararme y a trabajar más. He recibido millones de ‘no’, pero cada vez que recibo un ‘no’ en algún cásting o cualquier cosa que me haya retado, me preguntó por qué no quedé y cómo puedo mejorar. Hay cositas que te hacen mejor cada día y hay que tomarlas.
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