El término “cocina para compartir” se ha redefinido –en algunos casos quisiera decir desvirtuado– en los últimos años. Decenas de propuestas nacieron con el fin de ofrecer un menú surtido, con la mejor intención de que el cliente pueda degustar muchos sabores en una misma visita. Pero varias fallaron en responder a la verdadera esencia de este concepto.
Un plato hecho para compartir tiene que ser una cosa generosa, abundante si se quiere (la cantidad queda al gusto de cada uno, pero nadie se ha quejado de que haya mucha comida en la mesa), de donde puedan comer al menos dos o tres personas. No probar, sino comer. De otra manera es, bueno, un piqueíto.
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Cuando decimos que en Cumpa se cumple con creces esa regla no mentimos. Las porciones de muchos platos individuales bastan y sobran para satisfacer a varios comensales, y me permito poner como ejemplo el gigantesco pan con pejerrey que pueden ver en la foto de abajo. Es casi imposible terminarlo uno solo, o comer algo después.
El tamaño de sus platos no es, sin embargo, el propósito ni la carta de presentación del cocinero Renzo Miñán –uno de los talentos más interesantes en abrirse camino en el rubro gastronómico– pero es una consecuencia lógica de la base de su cocina. Sabores de hogar, familiares, cercanos.
Recetas sin mayor pretensión que la de presentar un buen producto, sostenido en la técnica, la tradición y la inspiración. Cumpa es su propuesta de taberna criolla –otro concepto que está empezando a usarse quizá demasiado– pero, en su caso, el compás aquí lo marca la herencia norteña que lleva en la sangre.
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Desde el arroz con pato hasta las tortitas de choclo con cebiche de pota (tal y como lo comía en el mercado central de Chiclayo, donde transcurrió su niñez), pasando por arroz alverjado, pastel de choclo atamalado y un sudado de cabrilla y vóngole que le quita el frío a cualquiera. “Cumpa” , “cumpita”, causita, compañero o pata: este es exactamente el sitio donde se viene con los amigos con buen apetito por la vida.
El bravo del barrio
- El cocinero Renzo Miñán (abajo, en foto) está construyendo un pequeño emporio gastronómico que no conviene perder de vista. Además de Cumpa, el chef tiene otro local cerca de Surquillo que no necesita mayor publicidad que esta mención: Almacén Cebichería (Calle Amelio Plascencia 126, Miraflores) es un verdadero éxito y la afluencia cada fin de semana así lo comprueba.
- La cocina norteña es el hilo conductor en ambos formatos. En Cumpa tiene que ver con guisos y preparaciones de antaño; en almacén se combina con sabores marinos y mucha frescura.
- El espacio está ubicado en una esquina y tiene desde mesas grandes para compartir, hasta sitios en la barra. El horario de atención es de 12 m a 5 p.m., de martes a domingo. Sugerimos ir temprano.
Más información:
Dirección: Jr. Leoncio Prado 498, Surquillo.
946-345833
Instagram: @cumpa.tabernacriolla
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