Quizá fue en ese viaje en camioneta de Cusco a La Convención hace siete años, ocho horas en carretera, cuando el director de cine Daniel Farfán iba de copiloto al lado de Jean Ferrari y entre las cosas que conversaban, los sueños que intuían, siempre llegaban al mismo punto: la U, su gloriosa historia, era cine. Otros tiempos, claro: ambos trabajaban en Sueños de Barrio, un programa de TV que buscaba historias de jóvenes futbolistas y el largo camino para llegar a Primera. Ni la U era bicampeón, ni Ferrari el administrador ni Farfán primera línea de La Gorda Films, y hoy director de la película más esperada del año, “Esta es la U”, el filme que resume los 100 años de historia del club más campeón del país. Se estrena el 12 de diciembre pero yo acabo de verla: no vas a parar de llorar.
-Antes de que te propusieran el proyecto, ¿te parecía que la U era un club de corte cinematográfico?
Sin duda, siempre la he pensado así, la historia de la U está plagada de momentos para ser llevados al cine, y en todos los géneros posibles: drama, acción, suspenso, etc. Y como un buen blockbuster tendría héroes y villanos, se enfrentaría a la adversidad y siempre terminaremos con un final feliz. Cómo no pensar, por ejemplo, en el último partido de Lolo Fernández antes de su retiro. Tenía 40 años, con muchas lesiones encima, y regresa al titularato solo para jugar un partido y despedirse de esos colores que él defendía, y como regresa además, de una manera inigualable en la historia del fútbol peruano, con un estadio nacional abarrotado de personas para verlo jugar, y anotándole un hat trick al eterno rival. Se retira cargado en hombros, con lágrimas en los ojos y siendo ovacionado por las dos hinchadas. Dime si ese final no está para la pantalla grande, Netflix o una de esas plataformas. También hay paisajes hermosos en la llamada década dorada, entre 1965 y 1975, donde la U alcanzó 4 semifinales y una final de Libertadores, con actuaciones extraordinarias, ganando en Montevideo, volteándole el partido a equipos que eran campeones intercontinentales, logros que, más de 50 años después, ningún otro equipo ha igualado. Y llevándolo a mi experiencia como hincha se vienen a la mente el gol del Beto Carranza a más de 4 mil msnm, la historia de Eduardo Esidio, la vuelta olímpica en el Lolo, las finales ganadas en la casa del eterno rival, la unión de la hinchada con el equipo en el 2018 para sacar adelante nuestro momento más difícil. Y por supuesto, como no mencionar, los últimos dos años que estamos viviendo, llevando más de 800 mil personas en el año, todos unidos y empujando en la misma dirección.
-O aquel partido contra Huancayo en el Nacional, ¿cierto?
Claro ¿No fue esa noche el Nacional un campo de batalla que tiene en una de sus piezas más importantes un tipo que llaman El Tanque -Dennis- y que anota un gol con una palomita que más parecía una granada? La historia de la U está plagada de esos momentos cinematográficos, y el que vivimos actualmente también lo es.
-Entiendo que eres hincha de la U, ¿eso fue una ventaja o presión?
Ambas cosas. Por un lado era una ventaja porque nunca fui ajeno a las emociones que un hincha de la U por la historia, jugadores ni características de nuestra identidad. Y, por supuesto, también hubo mucha presión: contar la historia de algo que mueve tantas emociones en tanta gente no es fácil. Es una presión enorme, lo sigue siendo y lo será, pero como los penales, tienes que agarrar la pelota y ya.
-Este fue, además, un año particular. O era gloria o era tristeza.
¡Por supuesto! Fue una presión terrible, imagínate llegar a noviembre con el documental al 95% terminado y que no campeonáramos. No me quiero imaginar la presión de toda la institución durante este año. Ni bien terminó el partido en Andahuaylas sentí cómo me liberaba de un gran peso de encima y lloré, por supuesto que lo hice.
“Lo más difícil -dice Farfán, una tarde de noviembre en Isolina junto a Rodolfo Quiroz (codirector) y Katitza Kisic (productora general)- ha sido trabajar contra el tiempo”. Un proyecto de esta naturaleza que tiene como base la elaboración de un guión, investigación, más de 40 días de grabaciones, más de 100 entrevistas, viajes a otros países (Argentina, España), búsqueda de archivo, edicion, musicalizacion, post producción de video y sonido, toma más de un año: La Gorda Films y su equipo tenían el reto de hacerlo en 9 meses. Y cumplieron. Este 12 de diciembre, “Esta es la U” se estrena en las cadenas Cinépolis, UVK y Cinestar a nivel nacional. Lleve pañuelo.
-¿Cómo fue el contacto con el club, cuándo y qué te pidieron?
Nos conocíamos -con Jean Ferrari- de dos proyectos anteriores. Pero entiendo que el club, la administración y el área de marketing buscaban tres cosas: 1. Una productora con experiencia. 2. Que conecte con la idea de hacer una película/documental histórica. 3. Que sean hinchas. Y nos tocó a nosotros. Estoy muy agradecido.
-¿Cuál fue tu primera idea sobre cómo contar cien años de historia, en 1h45m?
No nos podíamos limitar solo a lo futbolístico sino también a su impacto en la sociedad peruana. Sería imposible complacer a todos los hinchas, cada uno tiene su historia con el club. Decidimos rendirle homenaje a la U y su historia, pero con la idea de que los hinchas salgan del cine reflexionando sobre qué significa y que exige ser hoy de la U.
-¿Cómo surgió el nombre de la película?
Revisando diarios de distintas décadas nos fuimos dando cuenta de que durante los 60s y 70s, quizá la época más brillante de la U, muchos diarios abrían con esa frase, “Esta es la U”, como titular después de un partido memorable en otro país o una remontada en los últimos minutos. Pero lo más interesante es que esa frase se repetía más de una vez en todas las horas de vídeos de aficionados a las que tuvimos acceso. Entonces dijimos: “Esa es la frase más hermosa de nuestra historia”.
-¿Cómo imaginas el día del estreno y cuál es el sueño para Esta es la U, la película?
Me imagino un lleno total en las salas. Me imagino también un día muy emotivo para los hinchas, familias enteras, con niñas y niños llenando las salas y preguntando mucho después de la película. Mi sueño va en esa línea: que se convierta en una de las tantas puertas de entrada que tenemos a nuestra historia, y que se abra un diálogo intergeneracional entre la gran diversidad de hinchas cremas que hay en el mundo. Si hay un legado, ese debería ser.