Fiscalizar, dialogar y colaborar con las autoridades para atender las necesidades de la población es un rol que todos deberíamos asumir. Lamentablemente, muchas veces conseguir, por ejemplo, que un municipio atienda un requerimiento se convierte en un trámite tedioso y de nunca acabar. Conscientes de esta situación, cuatro jóvenes de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP) han diseñado un aplicativo amigable que facilita la comunicación entre la población y sus autoridades.
Pryscila Flores, Luis Melgarejo, Gerardo Quispe y Rodrigo Berrios son las mentes maestras detrás de este proyecto, el cual resultó ganador de la cuarta edición de la Hackaton UTP-El Comercio, organizada por la UTP y este Diario, y que se llevó a cabo del 11 al 13 de noviembre.
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La Hackaton es una competencia en la que se plantea un reto a los participantes para que desarrollen un producto mínimo viable (software) que contribuya a la solución de una problemática, en este caso, social. Los equipos asistentes fueron conformados por grupos de cuatro y cinco personas.
En esta edición el reto fue crear una aplicativo que conecte a los ciudadanos con las autoridades de sus municipios. La idea era generar un sistema de alerta sobre gestión de proyectos o cumplimiento de propuestas realizadas por las autoridades. También se quería que los ciudadanos puedan informar a las autoridades sobre las principales problemáticas que surjan respecto a temas funcionales básicos como saneamiento, infraestructura, inseguridad, entre otros. Finalmente, se buscaba generar un espacio que promueva la colaboración de los ciudadanos y que las autoridades informen sobre medidas correctivas.
Los participantes –todos ellos alumnos y egresados de la UTP– no conocieron las indicaciones del concurso sino hasta el mismo día del evento. Una vez iniciada la competición, tuvieron 48 horas para idear y desarrollar un aplicativo que tenga las características solicitadas.
La aplicación
“Desarrollamos una aplicación móvil que te da opción de interactuar con las obras [municipales] que ya existen. Buscamos que se alimente de fuentes de datos abiertas y que, a su vez, posea un sistema que dé notificaciones de alerta cada vez que hay un cambio en una obra. Por ejemplo, si se atrasa una fecha o si se aumenta el presupuesto. Además, el usuario también puede reportar nuevos eventos que sucedan en su distrito, no solo los que ya están registrados en el mapa”, explica Pryscila.
“La aplicación permite a los ciudadanos identificar cuáles son las obras y los reportes que se han realizado cerca a dónde se encuentren. De acuerdo a esto, ellos pueden prever ciertas cosas. Así, si detectan que por alguna ruta están realizando trabajos, estarán al tanto que deben tomar otra ruta alterna. Asimismo, en una especie de vlog, los ciudadanos pueden hacer seguimiento de los reportes que realizan y las respuestas de los municipios. Hay una comunicación bidireccional entre las autoridades y los mismos usuarios”, comenta Luis.
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48 horas intensas
Realizar un producto mínimo viable en un tiempo tan reducido siempre es retador para cualquier persona. Incluso para quienes, como Gerardo, ya han participado en eventos similares.
“En mi primera Hackaton, luego de las 48 horas me enfermé, más que todo por la presión que tenía. Ahora ya, con la experiencia, me he podido acoplar para saber mis tiempos, para saber qué hacer a cada hora”, señala el joven que cruza el décimo ciclo de la carrera de ingeniería de sistemas e informática. “Pero es una experiencia muy interesante, ya que ponemos en práctica todo lo que sabemos, tanto de la carrera como lo que hacemos en el trabajo”, añade.
“La experiencia de estar conectado 48 horas intensamente creando el aplicativo fue bastante buena. No es la primera vez que trabajamos juntos, así que ya sabíamos cómo cooperar en equipo. Desde Pryscila, que tuvo la tarea de estudiar al usuario, analizarlo y presentar diseños en cuanto a la estructura del Front, hasta Luis con Gerardo creándolo y, finalmente, yo desarrollando la lógica del negocio. De hecho, con Gerardo y Luis ya habíamos participado anteriormente juntos. Por eso no tuvimos problemas de comunicación. Además, los profesores estuvieron muy atentos a nosotros respecto a las preguntas y nos ayudaron bastante”, comenta Rodrigo.