Científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) han ideado un método para detectar metástasis en el hígado de ratones con la ayuda de probióticos, una bacteria similar a la que se encuentra en los yogures.
Muchos tipos de cáncer, como el de colon o el de páncreas, tienden a crear metástasis en el hígado y cuanto antes se puedan diagnosticar más probable es que se puedan tratar con éxito.
Los investigadores usaron una cepa inocua de bacteria E.coli, que coloniza el hígado, y la programaron para producir una señal luminiscente que puede ser detectada con un simple análisis de orina, según publica Science Translational Medicine.
Estudios previos habían demostrado que las bacterias pueden penetrar y crecer en el microambiente de un tumor, donde hay muchos nutrientes y donde además la inmunidad del cuerpo está comprometida, por ello, los científicos han tratado de usar bacterias como tratamiento para el cáncer.
Los científicos programaron genéticamente células para convertir la bacteria en un instrumento de diagnóstico y su primera idea fue desarrollar una que pudiese inyectarse a los pacientes.
Sin embargo, decidieron investigar la posibilidad de administrarla por vía oral, tal y como se hace con los probióticos que se encuentran en el yogur, para lo que usaron un cepa inocua de E.Coli denominada Nissle 1917, que se comercializa como un promotor de la salud gastrointestinal.
En pruebas con ratones, los expertos descubrieron que la bacteria suministrada no se acumula en posibles tumores de todo el cuerpo, pero sí en los que pudiera haber en el hígado.
Así, el equipo pudo desarrollar un tipo de diagnóstico especializado para los tumores de hígado. Los resultados en ratones con cáncer de colon, que se había extendido a otros órganos, demostraron que la bacteria probiótica había detectó los tumores metastásicos en el hígado en casi un 90 %.
Además, los roedores a los que se había suministrado esa bacteria manipulada no presentaron ningún efecto secundario perjudicial, indica la investigación.
Los estudios se centraron en el hígado no solo porque es un objetivo natural de E.coli, sino porque además es difícil lograr imágenes de ese órgano con técnicas convencionales de diagnóstico, como los escáneres o las resonancias magnéticas, lo que hace difícil diagnosticar tumores por metástasis en esa parte del cuerpo.
Ahora, los expertos esperan que este nuevo método permita la detección del cáncer de hígado en sus primeros estadios, aumentando así las posibilidades de tratarlo con éxito.
Fuente: EFE