Nuño Domínguez
Agencia Materia
Un nuevo pene sensiblemente más largo (13 cm de media en erección) que sus parientes vivos más cercanos, los chimpancés (8 cm), y mucho más largo que los gorilas (3 cm).
Algunos expertos han apuntado que tal vez han sido las mujeres las que, tras un ingente número de generaciones eligiendo a las parejas con el aparato reproductor más largo, han modelado la forma y el tamaño del pene humano actual. En otras palabras: evolución. Es sólo una hipótesis, pero el nuevo trabajo, que ha explorado cuánto atractivo despierta el tamaño del pene junto a otros rasgos como la altura y la anchura de hombros, refuerza esa hipótesis.
Al contrario que en otras especies, el pene humano no es retráctil y el hecho de que vivamos sobre dos patas lo hace aún más visible. Estas dos características han servido para apoyar la hipótesis de que sería fácil para las hembras seleccionar a sus parejas por el tamaño de sus genitales. El problema es la falta de estudios científicos sobre el tema.
Las encuestas directas a mujeres, por ejemplo, no son concluyentes, ya que hay tanto trabajos que dicen que ellas prefieren los penes largos como las que aseguran que el tamaño no importa.“Hay trabajos en los que las mujeres dicen preferir los penes largos y otros sugieren que puede deberse a una percepción de que aportan más orgasmos vaginales, pero la mayoría son trabajos psicológicos”, explica Brian Mautz, investigador de la Universidad de Ottawa (Canadá) y coautor del nuevo estudio. Hasta ahora, dice el trabajo, nadie había explorado el atractivo de los penes largos en combinación con otros rasgos como la altura o la anchura de los hombros. Al contrario que en el caso del pene, muchos estudios han demostrado la relación directa entre esas otras dos dimensiones y el atractivo que despierta un hombre en una mujer.
Para medir la influencia de cada rasgo, el equipo de Mautz los combinó en modelos informáticos. Su equipo desarrolló reconstrucciones de hombres con diferentes estaturas, penes y anchura de hombros siempre dentro de los rangos de variación observados en hombres reales. Un grupo de 105 voluntarias vieron 53 figuras a tamaño real cada una y dijo cuál le parecía más atractiva sexualmente.
Los resultados muestran que de los tres rasgos, el más atractivo es la anchura de los hombros, seguida de la longitud del pene y la altura con una importancia “equiparable”, explica Mautz. Las mujeres preferían los hombres con penes largos, sobre todo si además eran altos. Tal vez lo más sorprendente sea cuáles resultaron ser las medidas “óptimas”, es decir, las más atractivas.
“El valor óptimo para el pene serían más de 13 centímetros, la altura 1,87 metros y un ratio entre la anchura de hombros y la cadera de 1,45”, explica Mautz. En otras palabras: el hombre ideal que pedían las participantes del estudio se salía de los rangos de variación naturales y por eso Mautz no tiene una imagen para representar a ese hombre “óptimo”. Hay que tener en cuenta que en todo el estudio se habla de tamaños del pene en relajación. Aún así, los valores “óptimos” se salen considerablemente de la media del tamaño “natural”.
Los investigadores creen que su trabajo apoya la hipótesis de que han sido las mujeres y sus preferencias sexuales las que han convertido al Homo sapiens en uno de los primates con un pene más largo a través de la selección sexual. “Esto puede ser una explicación de por qué el pene humano es tan largo comparativamente, aunque por supuesto no podemos estar seguros ya que es imposible retroceder en el tiempo para saber cómo funcionó exactamente esta selección”, explica Mautz.
HASTA EN CALZONCILLOS
“Es una explicación probable”, reconoce Manuel Domínguez-Rodrigo, arqueólogo de la Universidad Complutense de Madrid y autor del libro “El origen de la atracción sexual humana”.
El experto añade que en este caso “el tamaño del pene en descanso sería como una pista visual de que a poco que crezca cuando esté en erección, aportará placer sexual”. Así, miles de años de evolución convertirían la búsqueda femenina del placer sexual en un resultado físico y palpable en el hombre de hoy.
No obstante Domínguez-Rodrigo relativiza la importancia que el trabajo da a la longitud del pene por varias razones, entre ellas el tipo de reconstrucciones usadas. “Si te fijas en las reproducciones de los humanos en este estudio, de pecho para abajo no se han corregido bien las dimensiones a medida que el individuo se hace más bajo, por lo que acaban teniendo una cintura que evidentemente no les gusta nada a las mujeres; de hecho habrían descartado a ciertos individuos aunque llevasen calzoncillos”, resalta este investigador.
"Una forma de realizar este estudio con más fiabilidad sería usar fotografías reales de hombres”, añade Domínguez-Rodrigo. A pesar del trabajo, el misterio del pene humano sigue siéndolo. Ningún estudio científico, dice Domínguez-Rodrigo, “demuestra que un pene más largo tenga una ventaja real y si la hay, la desconocemos”, concluye.
SOLO OPINIONES DE AUSTRALIA
El trabajo ha comparado tres rasgos físicos y los ha combinado en figuras humanas virtuales. Cada unos de los tres rasgos, altura, longitud del pene y proporción entre la distancia que hay entre los hombros y el ancho de la cadera. Cada dimensión tenía siete posibilidades, lo que resultó en 343 figuras humanas, todas ellas dentro de rangos de variación naturales observados en hombres reales.
Cada voluntaria (un grupo de 105 mujeres reclutadas en Australia) observó 53 de esas figuras de forma aleatoria (incluyendo una figura control que se repetía cuatro veces) calificando de 1 a 7 su atractivo sexual. Ninguna de esas 343 figuras resultó tener las medidas “óptimas”