En la comodidad de su hogar, aunque conectadas por una pantalla, Katia Condos nos recibe con la misma calidez con que lo haría en persona. Una gran sonrisa, el cabello alborotado y una taza de té acompañan la conversación. “Acabo de despertar de una siesta de dos horas”, cuenta mientras ríe. Y es que ha vuelto a salir a la calle luego de mucho, con el fin grabar episodios para el nuevo programa de Movistar Plus “Jamás Perfectas”, que conduce al lado de Gisela Ponce de León, Mera de La Rosa y Alessandra Otazzi, y que ha sido estrenado hace apenas un par de semanas.
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“La dinámica es diferente”, dice. Definitivamente, se trata de un reto, considerando los estrictos protocolos de seguridad que se manejan para las grabaciones, el delicado marco que vivimos y el doloroso cambio que ha experimentado nuestra interacción con las demás personas. El poco contacto, las sonrisas cubiertas con mascarillas. Sin embargo, Katia Condos está agradecida. Este es el único trabajo que ha logrado ‘sobrevivir’ durante la pandemia, situación que también le ha permitido reconocer sus privilegios, actuar a partir de ellos y profundizar en temas que aquejan hoy por hoy a miles de peruanos.
A ello, se suma también el rol como mamá de tres, Vasco, Tilsa y Siena, papel que se ha fortalecido durante el confinamiento y que ha invitado a la actriz a protagonizar divertidos momentos en redes sociales con sus hijas, experimentar en la cocina y hasta volver a la época del colegio, mientras ayuda a la más pequeña con la rutina de las clases virtuales. De esto, y más, conversamos en exclusiva.
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¿Cómo estás pasando el día a día en esta cuarentena?
La verdad que no salgo casi nada, solo a grabar, que es más o menos una vez cada 15 días y grabamos varios episodios. Hoy, por ejemplo, hemos grabado toda la mañana y he hecho siesta de dos horas. Si, ¡dos horas! estoy tan fuera de training de salir y hacer y cosas que termino agotada. Además, se suma el estrés de los protocolos de ahora, que no te olvides de esto y el otro, la mascarilla, cuidado dónde pones la mano, no toques a nadie, que creo que termina cansando el doble, el triple, así que he estado bien metida en la casa, tratando de cumplir al máximo.
Considerando que además, pasaste dos fechas importantes en aislamiento… tu cumpleaños y el día de la madre, momentos en los que uno acostumbra salir con la familia y los amigos
Es muy raro, porque además esto empezó y dije bueno ya, pasará rápido. Empezó el 16 de marzo y yo decía bueno para mi cumpleaños esto de todas maneras ya ha terminado. Y bueno llegó mi cumpleaños, ahora el 20 es el cumpleaños de mi mamá, el 24 es el cumpleaños de mi hermano Joaquín, fue cumpleaños también de uno de los hijos de Fede, cumpleaños de su papá, que ha cumplido 94… entonces han sido un montón de fechas importantes. Pero mira, pasarlo en mi casa, en familia, no ha sido para nada una tragedia ni mucho menos, agradeciendo siempre que estamos todos con salud.
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¿Y hay algo que te esté costando un poco más?
Lo que me cuesta hasta ahora es toda esta sensación rara. Siento que hay como una energía muy cargada en el ambiente. Estamos todos cargados, hay días que son muy buenos, pero otros que son bien cuesta arriba. Y creo que es inevitable ¿no? Por más que tengas fuerza, que estés con ánimo y creas que tienes que estar fuerte siempre para la familia, no es fácil, esto no es fácil para nadie. Y eso que te estoy hablando desde un lugar privilegiadísimo, no me falta comida, no nos falta salud, tengo un trabajo, Federico tiene trabajo… o sea que desde el lugar más privilegiado que pueda haber aún es difícil. Entonces, imagínate lo que le está pasando a todo el resto de personas que no tiene una situación como esta ¿no? Y eso es muy duro también.
Hablando de privilegios, ¿por qué consideras que es importante que las personas vean más allá de ellos, los cuestionen y se replanteen las cosas?
Yo creo que es muy difícil que a alguien se le escape eso. Si no lo ves, si no te das cuenta hoy los enormes privilegios que tienen algunos peruanos y no puedes ver las diferencias tremendas que hay en nuestra sociedad ya no me imagino en qué otra situación lo puedes ver. Si no la ves ahora no la ves nunca. Y digamos que la gente que me rodea a mí no conozco a nadie que esté pasándola súper inconsciente y que no esté viendo cómo ayudar, cómo ser solidario. Todos estamos, muy conscientes de lo que está sucediendo. Si no ves más allá de tus privilegios... no sé, no me explico qué tipo de persona puedes ser si vives así, ajena a nuestra realidad. Ver más allá de ellos te permite ser más empático, solidario y a valorar aquello que tienes.
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-REDES SOCIALES-
Tus redes sociales, sobre todo Instagram, son una especie de ‘escape’ para tus seguidores, un lugar para distraerse y reír. ¿El contenido que haces está enfocado en ello? Considerando que muchos necesitan un respiro en medio de esta crisis, una distracción…
Sí. Mira, todo lo que hago de trabajo y ayuda social, casi todo lo hago de forma anónima. Y si lo llego a compartir es considero que más gente puede sumarse. Creo que cada uno tiene un rol muy definido o con lo que tú te identificas, cada uno tiene su forma de ayudar, y como tú dices, para mí es a través del humor. Y tampoco es fácil, siempre la pienso antes, siempre digo, ojalá esto no sea tomado como ligero o como insensible en un momento como el que estamos viviendo, pero digo bueno, es lo que yo quiero aportar desde mi lugar como artista. Busco que la gente se ría un rato, después veo los comentarios y hay gente que me agradece, me dice, “pucha he pasado un día horrible y me has hecho reír, me has hecho un rato olvidarme”. Ahí siento que es misión cumplida. Mis redes las estoy usando para lo que las he estado usando siempre, llevar un poco de distracción, de alegría y de humor, y ya toda la otra chamba la hago en privado.
Además te has animado a hacer TikTok’s con tus hijas
Mira, con mis hijas he hecho dos Tiktoks que me salieron pésimo (risas). ¡Traté de seguirlas y fue imposible! Me abrí una cuenta y no he subido un solo Tiktok porque la verdad que soy muy mala para hacer eso. Lo que si he hecho es cocinar algunos postres, algunos platos de fondo, considerando que yo soy cero, una nulidad en la cocina.
¿Qué más haces en tu día a día?
Está el tema de volver a la rutina del colegio… eso ha sido todo un viaje novedoso, yo cuando salí del colegio dije ¡nunca más! Y aquí me tienes, revisando tareas, enviando trabajos. Es inevitable, por suerte solo es con la menor, porque ya Vasco y Tilsa están grandes y hacen sus cosas completamente solos, pero la más chiquita si aún necesita supervisión.
-JAMÁS PERFECTAS-
“Jamás Perfectas”, el nuevo programa de Movistar Plus, empezó a configurarse poco antes de que empezara el confinamiento en el Perú. A pesar de las complicaciones, logró estrenarse y ha tenido una buena acogida. ¡Cómo te sientes!
Fue algo así: por la época del estreno de “Locos de Amor”, por los días en que fue la conferencia de prensa, en enero, hice el casting para el programa. Como tres semanas después, me llamaron a decirme que había sido elegida, me puse muy contenta, empezamos a negociar. Acto seguido, se cierra el contrato, se ponen fechas de grabación, nos comentan quiénes iban a ser las participantes, y todo lindo. Ya íbamos a arrancar a grabar a fines de marzo y viene la cuarentena. Entonces la producción dijo, como que, “oye vamos a esperar un ratito, que las cosas se calmen, vamos a ver cómo nos acomodamos, corremos las fechas de grabación” y así. De pronto, esto se empezó a volver eterno. Y bueno, todos los demás proyectos que tenía comenzaron a caer, un montón de chambas que tenía congeladas… y dije bueno, lo más probable es que en cualquier momento reciba la llamada del equipo de producción a decirme “Katia, vamos a tener que esperar, rescindamos el contrato y veamos más adelante si se puede”, porque no se sabe qué va a pasar… sin embargo, increíblemente, no fue así. Seguimos trabajando, primero fue de manera virtual, reuniones por zoom para ver temas de contenido y ahora grabando en set. La verdad que estoy agradecidísima, es una bendición, es el único trabajo que tengo ahora, así que estoy disfrutándolo un montón, es un equipo de personas muy profesional.
Grabar un programa nuevo, en medio de una pandemia, sobre todo cuando los cuidados tienen que ser extremos y el contacto social ha disminuido, debe ser el doble de complicado…
Es muy raro empezar un nuevo trabajo en estas circunstancias. Para mí, además, era la primera vez que estaba en los estudios de Movistar Plus siendo conductora, ya que antes había ido para ser entrevistada en programas como Oh! Diosas, o Wantan Night, entonces es algo complicado entrar a trabajar a un sitio que apenas conoces, donde no has ni ensayado en físico porque había que evitar movimientos innecesarios, y por supuesto todo siempre con muchos protocolos de seguridad para entrar y desarrollar las grabaciones. Llegar a este espacio nuevo, estar con las conductoras en el set, por primera vez ver sus caras así en vivo y en directo, y grabar programa, es un reto. Todos estamos aprendiendo mucho, pero es difícil ver a todos con mascarillas, no sabes si están sonriendo o si se sienten mal. Es como extraña la situación, pero ahí vamos, y sacándola adelante, y están saliendo los programas muy bonitos.
¿Qué es lo que más rescatas del nuevo grupo de mujeres con el que trabajas? Alessandra, Mera y Gisela.
Salgo de una dinámica con Almendra, ‘Giane’, y ‘Rebe’ de hace tantos años, que sin mirarnos ya sabemos lo que está pensando la otra y somos, de alguna manera, por más que Almendra y yo seamos mayores que Giane y Rebeca, somos igual cuatro mujeres grandes ¿no? Y bueno ahora, Mera, Ale y Gisela son todavía una generación bastante menor que Gianella y que Rebeca, entonces estoy aprendiendo un montón, porque hay varias cosas, de términos, de redes, que para ellas es lo natural, que yo estoy perdida. Creo que ellas pueden aprender de mí temas que tienen que ver con la experiencia, y yo de ellas un montón de temas que tienen que ver con actualidad, con qué es lo que se está viviendo ahora en el mundo digital, y cómo se sienten ahora los jóvenes, las presiones que ellos tienen que tal vez yo no puedo entender… creo que la dinámica en ese sentido es completamente distinta, pero hemos hecho muy buena química, nos llevamos muy bien. Eso de hecho se va a convertir en amistad, porque es inevitable que con la gente que trabajas y a la que frecuentas no termines haciendo vínculos afectivos muy grandes. Pero es un proceso, que igual ha empezado muy bien, muy lindo, muy fluido, yo estoy segura que va a llegar a eso, a que ya nos ‘pesquemos’ las cosas desde antes. Son generaciones bastantes distintas, yo fácilmente podría ser mamá de todas (risas).
En otra conversación mencionaste que habías aprendido de ellas mucho sobre el empoderamiento, que ellas tienen otro tipo de visión, viven cosas distintas a las que tú viviste…
Y me parece maravilloso. Hay mil cosas que yo aprendo y veo en ellas que digo “que chévere como ellas ya nacen con todos estos recursos a la mano” A nosotros, a mi generación, nos ha costado todo tanto, ha sido una lucha por encontrar tu voz, por encontrar tu lugar, por valorarte, por vencer el machismo, y mil cosas más. Somos ‘guerrerazas’, porque hemos tenido que vencer un montón de piedras en el camino, en la misma industria de la actuación y del entretenimiento, ha sido todo un camino; soy súper agradecida con todo lo que veo y con todos los cambios. En el caso de ellas, me parece una maravilla. Sé que van a llegar muy lejos y tomar el mundo por delante. ¡Y ni te digo de la generación de mis dos hijas! Ellas ya nacen con un rollo encima, saben expresar lo que piensan, tienen sus metas claras, con la libertad de cambiarlas en el camino. Son mucho más fuertes, es muy bonito.
-SER MAMÁ-
Ser mamá de dos niñas debe ser complicado en un tiempo en que, si bien las cosas han cambiado, aún falta muchísimo camino por recorrer contra los abusos y maltratos hacia la mujer. ¿Conversas este tipo de temas con ellas?
Claro. Mira, yo les he hablado de todo eso, porque cuando era chica, no se hablaba de esos temas. Cuando mi mamá era chica, ni te digo. Venimos de años de estar calladas, en mi generación se hablaba un poco, pero en la de mi mamá, no se tocaban esos temas, más bien esas cosas se callaban, era algo que se hacía como si no existía. Y justamente por eso, pasaban muchas historias que quedaban ocultas en las familias, que no se hablaban. Volviendo a mi adolescencia, recuerdo que me fui por años de chica en micro al colegio, y los asquerosos mañosos me punteaban, y yo no me atrevía a hablar. Me movía, estaba con mi uniforme escolar, y después solo llegaba a mi casa y le rogaba a mi mamá de que por favor necesitaba una bicicleta para irme al colegio. Yo vivía en Jesús María y mi colegio quedaba en Miraflores, y no teníamos mucha plata, pero ante mis ruegos, mi mamá y mi padrastro me consiguieron armar una bicicleta de segunda. Al final, ellos no sabían el por qué, cuál era mi desesperación por no tomar micro. Hay tantas cosas malas en este mundo, que yo a mis hijos les he claro desde chiquitos, que hasta a veces pensaba que los iba a traumatizar e iban a creer que el mundo es un lugar horrible. Sin embargo, prefiero que anden alertas. Que el hombre sepa que hay que respetar a una chica, y también como cuidarse a él mismo. A mis hijas, les he hablado desde chiquitas, y he comprobado que hay momentos donde alguna de ellas me puede haber dicho con confianza “no me he sentido cómoda con tal persona. No me gusta cómo me ha mirado”. Yo las apoyo y me siento más tranquila de que estén alertas y sepan que no es no. Yo les digo siempre, si tú sientes que no te gusta, o estás incómoda, lo puedes verbalizar, contármelo y yo te voy a cuidar y proteger para que nunca más estés en una situación así.
¿Cómo ves el panorama actual y qué hacer para cambiarlo?
Creo que, aún hay muchísimo camino por recorrer. Todavía vivimos en un país muy machista –y considerando que yo me encuentro en un lugar de privilegio – hay muchos lugares donde todavía hay temas tabú, donde el machismo es lo que prima, dónde todavía las niñas no saben que tienen derecho de protegerse y ser protegidas, que tienen derecho a hablar con libertad. Aún hay un camino enorme por recorrer, pero el cambio está empezando, y es una lucha que nos compete a todos.
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