No cabe la menor de que hoy 27 de octubre de 1952 empezará una nueva época para el deporte en el país, siendo el origen de ello, la inauguración que se llevará a cabo del monumental Estadio Nacional en que ha sido convertido el vetusto Estadios Nacional de la calle José Díaz.
El progreso de los deportes en nuestro país y la resonancia que en muchas oportunidades había logrado la actuación de nuestros deportistas en el extranjero, debía tener como consecuencia lógica el hecho de que poseyéramos un campo deportivo que estuviera de acuerdo con el crecimiento de la ciudad y del incremento de los deportes, pero eso no fue posible durante muchos años y teníamos que mostrar a propios y extraños, inclusive en casos de competencias internacionales, un campo que solamente llenaba una necesidad, distando mucho de ser el coliseo que merecía nuestra capital.
Más ahora, debido al decidido apoyo del Gobierno que no ha escatimado ningún esfuerzo para llevar adelante la gran obra y al señor Miguel Dasso, presidente de la Junta Departamental de Lima Pro-Desocupados, como entusiasta ejecutor de los trabajos ya podemos contar con un magnífico estadio.
Contándose anteriormente solo con la Tribuna Sur, es casi increíble que en un plazo menor de un año haya podido levantarse el monumental Estadio Nacional, recinto dedicado a los deportes, que no solamente será un centro de competencias de diversos deportes, sino un Centro de cultura física en el que podrán hacer prácticas deportivas hombres de todas las clases sociales mediante el pago de una módica suma mensual.
Aparte de la circunstancia que dejamos anotada, ocurre que el Estadio Nacional será único en su género en Sud América en cuanto a su belleza, a la comodidad que ofrece a los espectadores y al hecho indiscutible de que todo su interior es integrante aprovechado, cosa que no ocurre en otros estadios de Sub América, pues siempre se pierde por lo menos el espacio que cubre la parte alta de las tribunas.
Con prolijidad digna de encomio y con una gran provisión, se ha logrado que el monumental edificio contenga no solamente los campos de deportes, sino multitud de instalaciones y cómodas oficinas.
Y como para culminar con el mejor de los éxitos la magnífica obra de que nos ocupamos, se le ha dotado de más de doscientos reflectores que proporcionan la mejor iluminación para competencias nocturnas de fútbol en Sud América, como lo ha probado la nitidez con que han salido las tribunas y los espectadores en las vistas captadas en las practicas del Pre-Seleccionado para el Campeonato Sudamericano de Fútbol.
Para terminar, es menester que subrayemos que la obra ha sido proyectada y ejecutada por ingenieros peruanos y que el personal que ha intervenido en su construcción ha sido también peruano, teniendo la satisfacción del tiempo récord en que han sido levantadas las diversas obras. Ahora no queda, sino que el público, aquilatando la proporción de la empresa que ha llegado a feliz término, contribuya con su cuidado a la mejor conservación del monumento que será inaugurado hoy en ceremonia especial.
Comprende el programa un desfile en el que formarán parte más de cinco mil deportistas. Ante una enorme expectativa de dirigentes deportivos, deportistas y aficionados a los deportes, va a ser inaugurado esta tarde oficialmente por el presidente de la República, general Manuel A. Odría, el monumental Estadio Nacional con que desde la fecha contará la ciudad, poniéndola a tono con otras grandes obras capitales en lo que concierne a escenarios para las actividades deportivas.
Se trata de una ceremonia de gran significación y por consiguiente estará revestida de la solemnidad del caso, porque raras son las ocasiones de esta índole en la vida de los pueblos, y cuando se presentan es justo que obtengan el mejor éxito.
Lima necesitaba de un gran estadio y ahora es realidad la obra mediante el apoyo que para su construcción ha prestado el presidente de la República, general Manuel A. Odría y la empeñosa labor del señor Miguel Dasso en su calidad de presidente de la Junta Departamental Pro-Desocupados de Lima, entidad que ha tenido a su cargo llevar a cabo la gran obra.
Se emprendió los trabajos con el mayor entusiasmo hace años con la tribuna Sur, la que ya ha sido utilizada en multitud de oportunidades por los deportistas y por el público, y al cabo de un tiempo prudencial se procedió a demoler lo que quedaba del antiguo Estadio Nacional. Y solamente en el lapso de diez meses, trabajando aceleradamente con más o menos mil obreros, ha sido casi concluida la construcción del monumental Estadio Nacional, con magnífica iluminación artificial. Aun faltan cuestiones de detalle y el arreglo de muchos de los interiores, pero la obra principal ya está lista y la prueba más evidente de ello es que en el curso de esta semana y de la otra, se desarrollará allí un Campeonato Nacional de Fútbol Nocturno y a continuación seguirá el Campeonato de Competencia de Fútbol de la División Profesional.
El monumental Estadio Nacional es una obra levantada con material noble, con mucho lujo y para que los espectadores que concurren, cuenten con el mayor número de comodidades. Es cierto que en Sud América hay coliseos de mayor capacidad que el nuestro, pero el que se inaugurará hoy es el más completo y no tiene precedente en otros países, porque además de la serie de compartimentos de que estará dotado interiormente para la práctica de muchos deportes, así como oficinas, cuenta con instalaciones para cómodo alojamiento de cuatrocientos deportistas más o menos.