movimiento.
Fiorella Llatasi, de Colomural, menciona que existen dos tipos de papel tapiz: el dúplex y el vinílico. El primero se caracteriza por ser texturado y de tonos enteros, idóneo para zonas de poco tránsito; mientras que el segundo es liso, viene en una infinidad de diseños y es el más utilizado en las áreas sociales. Estas piezas se adhieren con un pegamento especial.
Para lograr una composición armoniosa en tu casa, Mónica Fernández, de Romantex, señala que esta pieza debe replicar los tonos presentes en los textiles, adornos o muebles protagonistas. “Si la estancia es pequeña, reviste solo una pared con motivos pequeños y colores claros, para no saturar. Si es amplia, puedes cubrir dos o más muros y apostar por colores intensos”, aconseja Fernández.
Estampados y versatilidad
Inclínate por tonos neutros, como crema, beige, topos o grises de fondo, con motivos naturales (hojas, ramas o paisajes), para lograr un ambiente cálido y sutil. Para una propuesta más arriesgada, elige diseños de orlas, arabescos, rayas, geométricos o líneas en movimiento, en tonos fuertes, como negro, verde, fucsia, rojo o amarillo. Consigue una cuota clásica incluyendo patrones tipo medallones de estilo barroco o en forma de rombos.
La arquitecta Elizabetta Arata señala que es posible personalizar las puertas y los muebles de madera -específicamente los frentes de los cajones de una cómoda, una mesa de noche o consola- revistiéndolos con papel tapiz. “Para que el pegamento se adhiera, debes preparar la superficie. Líjala para eliminar las asperezas y aplica un sellador”, menciona Arata.
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