DANIEL PEREDO M. @danielperedo17
Junio 1981. Antes de volver a Lima para integrar la selección que jugaría las Eliminatorias, César Cueto y Guillermo La Rosa fueron despedidos por su club Atlético Nacional con un almuerzo junto al plantel. Algunos de sus compañeros jugaban en la selección de Colombia y serían rivales por la clasificación a España 82. Uno de ellos, era Francisco “Pacho” Maturana, referente de la selección de Bilardo y amigo de Cueto y La Rosa. En un momento de la reunión, Pacho comentó detalles de la preparación para enfrentar a Perú.
-Bilardo los tiene muy estudiados, conoce todos sus movimientos y me va a dar la tarea de marcarte Guillermo, contó Maturana. Dice que no es difícil, porque Cueto, Oblitas y Uribe hacen las paredes y tú, dirigiéndose a La Rosa, las destruyes.
El almuerzo terminó normal y los dos jugadores volvieron a Lima. A las semanas se disputó el partido en el Campín de Bogotá. Colombia adelantó con gol de Herrera y a falta de cinco minutos La Rosa, que acababa de ingresar, empató de cabeza marcado por Maturana y Sarmiento. Apenas convirtió, el goleador nacional corrió hacia el banco colombiano golpeándose el pecho y gritando con fuerza, lo que fue mal recibido por la prensa e hinchas colombianos que lo cuestionaban por festejar de esa manera ante el país que lo había tratado tan bien. Los medios fueron muy duros y obligaron al buen Guillermo a pedir disculpas y aclarar la celebración.
-Quería gritárselo en la cara a ese Bilardo que había dicho que yo destruía las paredes de Cueto y Uribe, con los hermanos colombianos no hay problema. La gente entendió la bronca de La Rosa y lo volvió a recibir con afecto. Junto a Cueto son grandes ídolos de Atlético Nacional.