Pedro Canelo

Las sirenas de carros policiales derrumban la tranquilidad de una tarde de playa de julio del 2014, en Copacabana. En la puerta del Hotel Royal de Río de Janeiro, se efectuó un operativo para detener a ejecutivos de la empresa Match, encargada de los boletos para el Mundial de Brasil en ese año. Una mafia de reventa de entradas, vinculada a la FIFA, empañaba las últimas semanas del torneo. A hora y media de allí, Diego Armando Maradona se alistaba para una nueva declaración de guerra contra el máximo organismo del fútbol mundial. Y el Diario El Comercio estuvo allí para contarlo.