Miguel Villegas

Miraflores. Malecón Cisneros. Es la primera semana de diciembre y acepta, tras semanas de negociación, una entrevista con DT. El técnico aún no ha perdido el título. Tampoco el cariño de los hinchas. Esto último no lo perderá jamás.

- A usted los hinchas lo adoran pero a sus jugadores los insultan. ¿Incómodo vivir con eso, no?

Gancho al hígado. Respuesta al mentón.

Nunes contesta con la misma rapidez con la que sacó ese derechazo famoso en el rostro del aliancista Kopriva. Ese que se luce orgulloso al costado del trapo oficial de la Trinchera. “Un poco, sí. Y por eso sueño con el día en que la Barra Norte coree el nombre de todos los muchachos antes de cada partido”.

Así es el ‘Cenizo’. Cada dos frases repite un sustantivo que sabe a gloria en su paladar: la barra, los hinchas, la Trinchera. De hecho, cuando volvió al país, después de aceptar el encargo de dirigir a Universitario -o los escombros que quedaban de él-, los únicos que lo recibieron, como si por Salidas Internacionales llegara el Papa, fueron los hinchas. Testigos de un sueño que solo un golazo de Mariño, minuto 89′, definición del Clausura, pudo impedir: que el ídolo ese dibujado a pulso en la bandera -e inmortalizado en los VHS noventeros- bajara, armara un equipo decente y sacara campeón a la ‘U’.

Está más gordo, más pelado, más cara de ratón. Tuvo la oportunidad de traer a un solo refuerzo para su ‘U’ 2006 y convenció a Mayer Candelo. Tuvo la oportunidad de salir campeón, con un equipo que no era el suyo -no lo armó él- y no fue. La espina quedó clavada en el corazón.

Pregunto: ¿Qué haría un hincha de la ‘U’ si uno de Alianza le quita una bandera? Sí, eso mismo. Sencillísimo. Ya estaría planeado cómo recuperarla.