Transcurría el año 1971 cuando Rubén Techera -un joven delgado, alto, de cabello largo y claro, que lucía como un integrante más de ‘The Beatles’- decidió salir de su zona de confort para iniciar una especial travesía lejos de su natal Uruguay. El Perú fue el país que le abrió las puertas, primero en la bella ciudad de Chimbote, donde jugó una temporada por el José Gálvez. Después, la intención de ‘El Pelusa’ -como se le conocía y se le conoce- era volver a su país, pero una inesperada llamada de Don Roberto Scarone, entonces entrenador de Universitario, le cambió la vida y se la pintó de crema. El resto es historia. Un subcampeonato histórico, un título nacional, una canción -un himno-, y muchos acontecimientos más dejaron el nombre del charrúa en la memoria eterna de la ‘U’.
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En Chimbote, Rubén se sintió bien recibido desde que llegó. No fue fácil, claro. Era la primera vez que salía de su país para jugar por otro equipo. Antes había vestido las camisetas de Rampla Juniors, Nacional y Atlético Cerro en Uruguay. También fue parte de la selección charrúa, con la que ganó la Copa América 1967. Entonces, aventurarse en Perú fue una decisión difícil, mucho más en el tiempo en el que se dio.
Un año antes, en 1970, sucedió una de las mayores tragedias en el país: el terremoto y aluvión del Callejón de Huaylas (Ancash), que dejó un saldo de más de 70 mil muertos. Aun con las secuelas de ese funesto episodio, Techera llegó a Chimbote y se sintió como en casa. “Llegué en un momento muy complicado, pero la gente me recibió muy bien, con los brazos abiertos”, cuenta.
Una vez terminada su etapa con José Gálvez, mientras el volante uruguayo ya hacía maletas para retornar a su país, Roberto Scarone -compatriota suyo y entrenador de Universitario que le había dirigido antes en el Nacional- le contactó para convencerle de que se quedara y jugara por su equipo. Rubén no lo dudó ningún segundo. Ya estaba a gusto en el país y quería jugar por un club tan grande como la ‘U’. “Ahí empezó el idilio”, asegura.
Es así que Techera, con 25 años encima, llegó “en la época de oro del fútbol peruano”, según sus propias palabras. De hecho, en Universitario estuvo acompañado del talento de Oswaldo ‘Cachito’ Ramírez, Héctor Chumpitaz, Héctor Bailetti, entre otros cracks que formaron parte de la recordada generación nacional de los años 70 ‘s. En medio de ello, “empezamos un periplo que para mí fue maravilloso”, dice.
La gloriosa campaña del 72′
Tan solo fue una cuestión de días y meses para que Rubén Techera cayera enamorado de Universitario. Era su primer año con el equipo crema, pero él sentía que había jugado ahí toda su vida. Y así lo reflejó siempre en la cancha, dejando el alma por los colores y encaminándose -junto a sus demás compañeros- a una histórica final.
No hubo mejor forma que iniciar la campaña con un clásico en Copa Libertadores. La ‘U’, campeón peruano, compartió grupo del torneo con Alianza Lima, subcampeón nacional, y los equipos chilenos Unión San Felipe y Universidad de Chile, que eran el primer y segundo lugar de su país respectivamente.
El estreno fue satisfactorio. Universitario venció 2-1 a Alianza Lima y eso lo motivó para seguir teniendo buenos resultados en el resto de la primera ronda. De hecho, los cremas finalizaron esa etapa en el primer lugar con ocho puntos, tras registrar tres triunfos, dos empates y solo una derrota. Ese fue el gran paso que dio la ‘U’ hacia la senda del éxito.
Para las semifinales, con el antiguo formato de la Copa Libertadores, Universitario tuvo que disputar su lugar para la gran final contra Peñarol y Nacional, los dos más grandes de Uruguay, en un grupo de todos contra todos en partidos de ida y vuelta.
Techera, el único extranjero del plantel junto a Humberto Ballesteros (argentino) tuvo sentimientos encontrados. “Para mí fue emocionante porque me enfrentaba a compañeros, como en el caso de Nacional, y gente que conocía, en el caso de Peñarol. No me eran desconocidos ninguno de los dos equipos, pero en lo futbolístico estábamos en el principio del apogeo de lo que fue Universitario en ese año”, rememora.
En medio de esa situación, Rubén sintió una gran responsabilidad. No es fácil enfrentar y tratar de eliminar a dos equipos que representan a tu país internacionalmente, con conocidos cercanos al frente, pero el charrúa siempre veló por su profesionalismo. Nada era más importante que la ‘U’ en la cancha.
“Soy muy consciente de lo que tengo que hacer y lo que estoy representando en ese momento. Y para mí, tanto Peñarol como Nacional, eran un rival al cual había que ganarles. O sea que en ese momento para mí la camiseta de Universitario era más importante que toda mi trayectoria con Nacional y todas esas vivencias. Siempre lo pensé así y siempre lo sentí así”, expresa.
Finalmente, Universitario supo imponerse en la tabla sobre Peñarol y Nacional gracias a una mejor diferencia de goles -la goleada por 3-0 sobre el ‘Decano’ en Lima fue clave- y se citó así en la definición del título contra Independiente, que ya había ganado dos veces el torneo anteriormente.
El 17 mayo de 1972, Lima se pintó de crema para la primera final contra el equipo argentino. Los gritos incesantes estremecieron el Estadio Nacional, pero ninguno fue gol. El partido terminó 0-0 y la ‘U’ fue en busca de una hazaña en Argentina la siguiente semana.
El 24 de mayo, hace exactamente 50 años, fue la vuelta en Avellaneda. Independiente hizo valer su localía y favoritismo con un doblete de Eduardo Maglioni, que le puso 2-0 arriba, pero un gol de Percy Rojas a los 79′ le devolvió la ilusión a los merengues, que intentaron empatar hasta quemar el último cartucho, pero no lo lograron.
Entonces, Rubén Techera y sus compañeros se quedaron con las manos vacías. El trofeo que ansiaban levantar estaba en manos ajenas. “En Lima nos faltó un gol y en Avellaneda también”, lamenta el uruguayo.
Sea como fuere, lo vivido en esa campaña no se lo quita nadie. Universitario gestó un subcampeonato inolvidable, que nunca más sucedió. Por ello, a cincuenta años de aquella final, los protagonistas de ese histórico equipo crema siguen siendo recordados con mucho cariño.
“La clave (del subcampeonato) fue el deseo, el tener el equipo que teníamos, el tener el técnico que teníamos, pero sobre todo el impulso de la hinchada también. O sea, fue un conglomerado de muchas cosas que nos dio la pauta de que se podía. Y sí se podía. No se pudo, pero sí se podía. Pienso que hoy no se piensa así”, señala.
La parecida campaña del 75′ con garra
Después de esa campaña, Rubén Techera vivió más momentos gloriosos en Universitario. En 1974 se coronó campeón nacional con los cremas y al año siguiente estuvo bastante cerca de repetir una hazaña como la del 72′ en la Copa Libertadores.
En aquella edición de 1975, a Universitario le tocó compartir grupo contra Unión Huaral y los equipos uruguayos Peñarol y Montevideo Wanderers. El camino hacia la siguiente ronda fue difícil. De hecho, contra su rival peruano la ‘U’ se complicó mucho más que con los charrúas.
Los dos partidos ante Unión Huaral culminaron en empates, mientras que ante Peñarol y Wanderers, el cuadro crema salió vencedor siempre, tanto de local como de visitante. Eso sí, la fecha final de esta fase de grupos fue infartante. La ‘U’ se jugó su pase contra Peñarol en Lima en un partido de vida o muerte, que Techera disputó lastimado.
Una fecha antes, el 1 de abril de 1975, en el choque contra Wanderers, Rubén había sufrido un duro golpe en el hombro derecho. Juan Eduardo Hohberg, entonces técnico de la ‘U’, ya lo había descartado para el trascendental encuentro ante los aurinegros. Pero las ganas de jugar del volante charrúa eran mucho más grandes que su dolor.
“Contra Wanderers me rompo el hombro, y a los 5 días teníamos que jugar con Peñarol. Prácticamente, Hohberg ya me había descartado y yo hablé con mi doctor. Le dije que quería jugar. Entonces jugué prácticamente hecho una momia, porque el doctor me puso el brazo en cabestrillo y me ató con vendas para que el brazo no se moviera”, narra.
De esa forma, Rubén Techera hizo gala de la garra crema. Jugó adolorido el último choque en Lima y ayudó a que su equipo lograra una épica victoria. Y es que la ‘U’, hasta el minuto 79 del partido ante Peñarol iba perdiendo 2-1 y, por tanto, se estaba quedando fuera de la siguiente fase. Pero los goles de Juan Oré y Rubén Techera le dieron la alegría más inmensa a los merengues con un 3-2 final a favor en el marcador.
“Cuando le hago el tercer gol a Peñarol, sentí una explosión de alegría y de gente gritando ese gol, porque nos clasificaba a tener la oportunidad de jugar una final más, después la perdimos con Unión Española, pero realmente eso para mí fue muy especial”, añora.
Gracias a ese triunfo, Universitario alcanzó las semifinales de Copa Libertadores y se jugó el pase a la final ante Unión Española y Liga de Quito en un grupo triangular. Lamentablemente, el equipo crema no pudo alcanzar la definición del título. Terminó segundo de esa tabla a solo un punto del club chileno, que posteriormente se coronó campeón del torneo.
La canción
Rubén Techera es un apasionado de la música. A él le gustaba tocar la guitarra y cantar en cada concentración o reunión de Universitario. Pero nunca se imaginó que un día terminaría grabando una canción. Y no cualquiera.
Después del triunfazo por 3-2 sobre Peñarol, Lima fue invadida por camisetas cremas. El júbilo se había extendido por toda la capital. Ni el toque de queda, que había implementado el presidente Juan Velasco Alvarado en ese entonces, podía detener el regocijo merengue por la clasificación a las semifinales de la Copa.
En tanto, todo el entorno de Universitario se había reunido en una especial cena para celebrar la hazaña. Como era costumbre, Techera agarró su guitarra y comenzó a deleitar con su voz a sus compañeros. Pero ello despertó la atención también de gente ajena al festejo merengue.
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Óscar Novo, un empresario argentino totalmente desconocido para Techera, se le acercó para ofrecerle un negocio. “¿Qué negocio?”, le respondió sorprendido el uruguayo. “Grabar un disco”, fue su respuesta.
En primera instancia, el volante charrúa se negó. “Lo mío es el fútbol, no es la canción”, dijo sorprendido. Aún así, Novo le dejó una tarjeta y le dijo que lo piense, que lo iba a llamar dentro de tres días. “No formaba parte del club y no tengo ni idea de cómo llegó a la cena. Me escuchó cantar, se ve que se le ocurrió”, narra Techera sobre Óscar Novo.
Pasaron los días y Rubén decidió conversarlo con su esposa, quien lo alentó a grabar la canción. “Si no vendés ningún disco, te va a quedar un disco para vos igual”, le dijo. Gracias a esas palabras, el mediocampista crema se animó a aceptar la propuesta musical cuando recibió la llamada a los tres días del empresario argentino, que hoy vive en Miami.
Entonces, Óscar Novo fue a buscar a Techera a los entrenamientos para hacer una prueba en una disquera, donde conoció a dos personas especiales: José Escajadillo, quien se encargó de la letra de la canción y Víctor Cuadros, el arreglista. “Dos monstruos de la música”, describe Rubén.
Para la composición, Techera se reunió personalmente con Escajadillo, quien le preguntó diferentes cosas sobre Universitario para hacer la letra de la canción en base a sus recuerdos y sentimientos. “A medida que yo le iba contestando, él iba escribiendo”, cuenta.
“Por ejemplo me dice ‘¿Qué sentirías si mañana te vas de la ‘U’?’ Yo le expliqué una cosa y él saca ‘y el día que me toque colgar estos botines, me llevaré en el alma, el alma del Perú’. Así se hizo esa canción”, añade.
El tema se hizo en solo dos días, pero se publicó la semana siguiente al triunfo sobre Peñarol, aprovechando que los sentimientos cremas seguían aflorando sin cesar por la capital.
Esa canción no solo representa el sentir de Rubén Techera, sino de muchos jugadores que alguna vez vistieron la crema. Es, sin duda, algo especial jugar para la ‘U’. Pero específicamente el nombre del uruguayo es uno de los que más resuena y seguirá resonando con fuerza en el corazón del club crema gracias a sus melodías en “Universitario y yo”, un auténtico himno.
“Ese fue uno de los motivos por los cuales, pienso yo, que han pasado los años y todavía sigo dentro del corazón de la gente. Yo lo tomo con esta medida. Han pasado muchos jugadores extranjeros por Universitario, pero el cariño, el afecto y el amor que me tiene la gente no creo que lo tenga con todos como conmigo”, expresa.
Actualmente, Rubén Techera —ya con 75 años— hace su vida lejos de los campos de fútbol, pero siempre al pendiente del día a día de Universitario. Humberto Ballesteros, el compañero de vestuario que se ha vuelto su hermano, es como un periódico para el uruguayo. “Me relata todo lo que pasa”, dice. Y así se mantiene al tanto de los cremas.
Ya a solo tres años del centenario de Universitario, el extranjero cantor de la generación dorada del club sueña con estar presente para la enorme celebración que se aproxima. “Si no me invitan, voy igual”, con esa frase resume su amor eterno por la ‘U’, pues ni la edad ni nada impedirá que el 7 de agosto de 2024 aterrice en Lima, se ponga la camiseta crema y —por qué no— entone “Universitario y yo”.
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