Muchos goles y muchas historias tiene por contar Ysrael Zúñiga. En sus tiempos, el ‘Cachete’ destacó por ser uno de los mejores delanteros del torneo local. Dejó su huella en diferentes clubes peruanos e incluso llegó a jugar en la Premier League con el Coventry City F. C. Sin embargo, donde se consagró como ídolo es en el FBC Melgar, club del que decide hablar en esta exclusiva con El Comercio.
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Zúñiga consiguió varias hazañas en la ‘Ciudad Blanca’ como futbolista. En el 2015, incluso, se coronó campeón nacional con un equipo que cargaba el enorme peso de 34 años sin tocar la gloria. En ese sentido, con la voz autorizada de ídolo, el ‘Cachete’ habla sobre sus impresiones de la clasificación histórica del ‘Dominó' a las semifinales de la Copa Sudamericana más allá de la eliminación.
Pero no solo eso. El exdelantero, que fue compañero de Juan Reynoso en la selección peruana y que fue entrenado por él justamente en Melgar, nos cuenta cómo era el ‘Cabezón’ en esas dos facetas y lo importante que fue para el título nacional de los rojinegros en el 2015.
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MELGAR Y SUDAMERICANA
— Hace un tiempo incursionaste en política, ¿Cómo sigues ligado al fútbol desde esa faceta?
Al fútbol sigo ligado desde siempre, nunca lo he dejado. Yo tengo una escuela de fútbol desde antes que me retiré, dirijo allí a algunas categorías y estoy metido con los chicos, dirigiéndolos y entrenándolos. Más allá de dirigirlos, también he seguido todos los cursos, los estudios, y me mantengo capacitándome siempre. Estoy pensando seguir unas capacitaciones en estos meses también para seguir creciendo, sobre todo para el tema de formación deportiva. Pero sí, siempre estoy ligado al fútbol. Incluso a veces estoy asesorando gente metida en el deporte o estoy compartiendo ideas con entrenadores, o viendo partidos y sacando resúmenes con excompañeros que ahora están dirigiendo.
— ¿Qué representa para ti que Melgar, el equipo donde te consagraste como ídolo, haya llegado a su primera semifinal internacional de su historia?
Significa mucho. Primero porque es la primera vez para Melgar que llega a esta fase en un torneo internacional. Estar entre los cuatro mejores de Sudamérica en lo que respecta a Copa Sudamericana, significa mucho.
— ¿Consideras que Bernardo Cuesta ya puede ser considerado un ídolo de tu talla en Melgar?
Sí, definitivamente. Yo creo que Bernardo ha hecho y está haciendo las cosas bastante bien, no solamente dentro del campo, sino también fuera. Yo creo que es una persona muy capaz, muy profesional, lo cual es admirable. Y como te digo, después de cada fin de semana, el día lunes llegas a la escuela y todos son Bernardo Cuesta. Esta última vez nomás ha pasado el cambio y todos querían tapar, pero eso es bastante bueno y habla de por sí del trabajo que viene haciendo Bernardo durante tantos años aquí en la institución.
— A nivel local, Melgar ya ganó el Apertura y tiene altas posibilidades de coronarse campeón nacional después de 7 años. Según tu experiencia en el 2015, ¿qué se necesita para ser campeón nacional?
Para ser campeón nacional se necesita quedar primero, empezando por ahí (entre risas). Melgar, a pesar de que jugó un gran partido contra Sporting Cristal, un buen segundo tiempo, no pudo sumar, pero si tú ves la tabla ahorita, Melgar tiene partidos menos y si los gana, pasaría a ser primero. Pienso que Melgar puede competir hasta el último, para quedar campeón nacional sin necesidad de ir a un partido definitorio con otro. Así que va a depender del compromiso que tengan los muchachos. Yo creo que hasta ahora se ha visto un compromiso muy bueno de parte de todos, porque a pesar de estar compitiendo en copa internacional, también están compitiendo también en el torneo nacional y eso es bastante bueno. Se nota, se ve. Esperemos que se pueda dar, que consigan los resultados que están pensando para fin de año.
— Algo que se destaca en Melgar es la apuesta por sus juveniles. Matías Lazo y Kenji Cabrera, dos Sub-20 del equipo, son el claro ejemplo, ya que no solo compiten a nivel nacional si no también en Sudamericana. ¿Qué impresiones te han dejado estos dos muchachos?
Mis impresiones son bastantes buenas. Yo los vengo siguiendo hace mucho tiempo. Incluso a Matías tuve la suerte de entrenarlo cuando estaba Ricardo Ortega todavía y va evolucionando bastante bien. Ambos han arrancado de titular en el primer partido con Internacional y lo hicieron bastante bien. Los dos jugaron un partido muy serio, lo cual se necesita para este tipo de compromisos y creo que tienen una parte tremenda en cuestión de años para seguir creciendo. También los vi en la selección, en la Sub 20. Como te digo estoy ligado al fútbol, sigo todos los partidos y en los amistosos que viene haciendo esta categoría, vienen desenvolviéndose muy bien. Es más, hay muy buenos comentarios de parte de los entrenadores de la selección, no solo por ellos dos, sino también por Bruno Portugal. Eso habla muy bien de los chicos. Pero más allá de lo rico que puedas ser técnicamente, si no tienes compromiso o no tienes un comportamiento adecuado, no puedes competir. Y ellos están compitiendo en base a esfuerzo, sacrificio, en base a muchos detalles que a veces uno no ve. Para estar compitiendo a esta altura con chicos o con delanteros de nivel internacional, como en el partido contra Inter que jugaron jugadores que tienen un recorrido tremendo en el fútbol, y que lo estén haciendo de esta forma, de este nivel, eso significa que van a seguir creciendo. Eso es bueno para ellos y para la institución.
— ¿Se podría decir que el plantel actual de Melgar es mejor que el del 2015 o 2016?
Cada plantel es distinto. Definitivamente son planteles distintos, comandos técnicos distintos, cada entrenador tiene una ideología del juego, cada uno tiene su método para trabajar y que se plasmen estos dentro del campo. A veces los resultados acompañan y a veces no. Hay que tener en cuenta que el Melgar de hoy día no tiene la presión que tenía el Melgar del 2015.
— ¿Qué los diferencia?
El Melgar del 2015 tenía casi 35 años de presión. Este Melgar de hoy día no tiene tanta presión como antes porque ya los chicos -hay que felicitarlos- vienen participando en torneos internacionales continuamente y eso es muy positivo para ellos y para el club. Pero todo esto es porque se hizo un trabajo desde el 2014, vino un comando técnico bastante serio, que sentó bases y muchos chicos que estaban ahí continúan en la actualidad. Sin necesidad de comparar a uno u otro, creo que ambos equipos tienen lo suyo.
— Como ídolo del club, ¿qué es lo que más deseas para Melgar en el resto de la temporada?
No solamente en el resto de la temporada. Creo que todos los exfutbolistas que hemos pasado por la institución, siempre deseamos lo mejor, que les vaya bien siempre, que consigan los objetivos. Más allá de estar o no estar en una institución, uno siempre tiene un gran cariño y respeto por todas las instituciones donde uno pasa. En este caso hablamos de Melgar, uno siempre le desea lo mejor y más aún si es de la ciudad donde vives.
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JUAN REYNOSO: MELGAR Y SELECCIÓN
— En tus primeros años en la selección, llegaste a compartir vestuario con Reynoso en la Copa América del 99′ y la Copa de Oro 2000, ¿Cómo era jugar a su lado?
Primero, tiene una calidad tremenda de persona. Es grandísimo como compañero, es un líder natural. Siempre apoyaba a los jóvenes, a todos. En ese tiempo, él venía de México de Cruz Azul y todos los chicos que llegaban del extranjero -Chemo también, Pablo Zegarra, Percy Olivares- venían con una madurez tremenda y siempre con enseñanzas para los jóvenes. En ese sentido, Juan, en el tiempo que yo compartí con él como compañero siempre ha sido 10 puntos, la verdad.
— ¿Recuerdas algún consejo de él en esos tiempos? ¿Qué tanto te ayudó en tu crecimiento futbolístico?
Sí, me dio varios consejos. Siempre comentaba que uno tiene que entrenar bien para competir bien. A veces entrenas a media máquina y al final llegas al partido y juegas a media máquina. Y lo importante siempre es dejarlo todo, más allá del resultado uno se va contento y satisfecho de dejarlo todo. Juan no solo tenía consejos para mí, sino para todos, pero sobre todo para los jóvenes.
— ¿Qué era lo que más le pedía Reynoso al equipo en su condición de capitán?
Siempre pedía compromiso, no solamente dentro de la cancha, sino también fuera. En ese sentido no ha cambiado mucho. Siempre hay que respetar la camiseta que vistes, sea de un club o sea de la selección y tienes que saber en dónde estás, en qué situación estás, a quién representas. Creo que eso es importante de parte de Juan.
— ¿Cómo era él en el vestuario?
Era un amigo más. A pesar que daba una imagen externa quizás un poco seria, a veces la gente que no lo conoce lo toma muy serio, en realidad es un amigo más, muy bromista, conversa muy de cerca con todos. Pero a la hora de trabajar sí es muy exigente. Fuera del trabajo, es un mate de risa como todos y siempre está bromeando o conversando de cosas que son útiles para el equipo, para el grupo, para el jugador, pero a la hora de trabajar sí es muy exigente. Una cosa es ser amigos y otra cosa ya mezclar la amistad con el trabajo y que se haga cualquier cosa. Creo que en ese sentido los chicos y el mensaje que él transmite es eso. Conmigo vas a tener una amistad muy buena, transparente y a la hora de trabajar hay jerarquías que hay que respetar y hay que hacerlo serio.
— Personalmente, ¿cómo afrontaste el hecho de que lo hayan borrado de la selección en el 2000? ¿Te afectó?
Sí, fue medio complicado, porque cuando yo llegué, él nos recibió. Pero son etapas y en ese momento tú no te das cuenta. Pero ya con el transcurso de los años te das cuenta que cada uno, en el fútbol, tiene etapas. Yo creo que Juan ha aprovechado muy bien sus etapas, como futbolista como seleccionado, como entrenador… ha disfrutado mucho. Ahora se le da la posibilidad de estar al frente del comando técnico de la selección, lo cual también va a disfrutar mucho, porque es un sueño que siempre ha tenido él, así que esperemos que las cosas le salgan súper súper bien en todo.
— ¿Él les dijo algo, desde afuera ya, cuando le tocó no seguir?
Siempre. Las pocas veces que tenía acercamiento con el grupo, siempre tenía las mejores palabras para todos, los mejores deseos. Al final, ya él con mucha más madurez que nosotros los jóvenes, simplemente cumplió un ciclo y a veces hay que aceptar las etapas. Aparte, uno a veces anda con lesiones, lo cual te merma un poco el rendimiento, pero en ese sentido muy bien, siempre fue muy maduro.
— ¿Cómo fue el ambiente interno de la selección en ese entonces?
El ambiente estaba tranquilo. Al final son procesos nuevos, etapas nuevas. Él (Reynoso) hoy en día está en la selección, va a dirigir a Perú por primera vez, va a hacer próximamente una convocatoria y seguramente en la convocatoria aparecerán los mismos o no aparecerán. Pero es parte del fútbol. A mí me puede gustar un jugador a ti, te puede gustar otro. Te puede gustar jugar con 4-4-2, a mí me puede gustar jugar con 3-5-2… Cada uno tiene su ideología de juego, su metodología de juego. Pero, como te digo, en ese tiempo los chicos toman las decisiones con mucha madurez, así es que no hubo ningún problema. Son parte del crecimiento, forman parte de los procesos también.
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— Después te tocó tenerlo al lado como DT en Juan Aurich y Melgar, ¿Cómo lo recuerdas en esa etapa de entrenador del fútbol peruano?
En el poco tiempo que estuvo en Juan Aurich, cuando me dirigió por primera vez, te das cuenta que puedes aprender mucho de Juan. Una porque te hace trabajar al 100%, es exigente. Y otra, es un enfermo del fútbol, como digo yo hablando positivamente, porque siempre está capacitándose, estudiando, viendo la forma de cómo hacerle frente a un rival. Es un estudioso y eso te contagia, te hace pensar que tú también puedes crecer, como todos los que son competitivos.
— En su llegada a Melgar en 2014, ¿Cómo Reynoso cambió la perspectiva del equipo?
Juan llega en el 2014 y el equipo acostumbraba a pelear el descenso, o por no salvarse el descenso, a media tabla. Simplemente nos enseñó a ser competitivos y él siempre tiene en la punta de la lengua ‘como entrena, juegas’. Entonces, nos enseñó primero a ser competitivos desde el entrenamiento. Es más, yo recuerdo cuando él empezó como entrenador y rotaba mucho. Nunca repetimos el equipo y la gente lo criticaba mucho, pero al final terminaba consiguiendo resultados. Lo que él básicamente hacía con su rotación era que compitas. A mí me pasó un día que hice dos goles en Aurich y en el otro partido en la siguiente semana ni aparecí en el banco, simplemente, porque no me había visto entrenando al 100%. Uno para jugar tiene que entrenar al 100% y eso te hace crecer al final, te hace competitivo. En ese sentido, a Melgar le enseñó a competir desde el 2014. Incluso, ese año Melgar, aunque no campeonó, fue el mejor equipo en puntaje acumulado. Fuimos la defensa menos batida y la delantera que hizo más goles también. Tuvimos un año bastante bueno, incluso en reservas salimos campeones.
— Así los guio hacia el título nacional del 2015…
En el 2015 otra vez competimos y Juan rotaba a jugadores. Rotaba y rotaba y rotaba y al final el equipo era competitivo. Creo que eso hay que valorar y rescatar. Desde el 2014, Melgar ha sido competitivo hasta la fecha. Y venir a una ciudad que no conoces, venir a una institución tan grande con hambre de gloria y triunfos, y ayudarle a quitar un peso de encima después de casi 35 años sin campeonar, creo que eso habla muy bien del trabajo que realizó Juan aquí, en Melgar.
— ¿A ti te molestaba de alguna forma el tema de las rotaciones?
No, al contrario. Aprendí, porque ya sé que con Juan no puedes regalar ningún entrenamiento. Esa experiencia de Aurich me sirvió a mí, porque yo a los chicos aquí en Arequipa les decía que con Juan tienes que trabajar siempre a full. Si bajas la máquina, no apareces ni en lista. Yo les contaba mi anécdota: si un día se ganaba con dos goles míos, al otro día desaparecía del mapa. Pero era porque él quiere que seas competitivo, que no te conformes. Y eso es bastante bueno, habla muy bien de cómo es como persona y como entrenador.
— ¿Reynoso, como entrenador, es paternalista o cómo es el trato con el futbolista?
El trato con el futbolista es muy amical. Es muy amigo del jugador. Si hay que protegerlo, lo hace. Si hay que apretarlo un poco, lo va a apretar. Juan es un tipazo como persona. Al final cuando tu tienes grandes personas al lado, tu compromiso por ayudarlo a crecer es el doble.
— ¿Qué era lo que más le pedía dentro y fuera de la cancha?
Lo que no es negociable para él es la actitud. Puedes jugar mal, puedes jugar bien, pero el compromiso, la actitud y las ganas no son negociables en ningún equipo y Juan lo recalcaba mucho. Nos pedía darlo todo siempre.
— ¿Cómo manejaba el vestuario, el ambiente en el grupo?
Siempre hay almuerzo o cenas de confraternidad en todos los equipos. Juan, en ese sentido, es como muchos. Siempre hay reuniones, charlas, videos… todo lo que te ayude a mejorar y fortalecer como grupo, como equipo. Siempre están los detalles ahí. En esos momentos, Juan es bastante buena onda. Con nosotros, un amigo más y dentro del trabajo ya había jerarquías que respetar y que cumplir las indicaciones que Juan tenía para el equipo.
— ¿Un recuerdo poco conocido que tengas con Reynoso?
Tengo muy buenos recuerdos con él en Aurich y Melgar. Siempre Juan es muy querido y apreciado de parte mía y de mi familia. Cuando llegó a Aurich, empecé a jugar y justo me lesioné la rodilla. Tuve el apoyo de Juan. Me operaron en México, hice parte de la rehabilitación ahí gracias a Juan. Estoy agradecido con él hasta ahora, porque me rompí tan feo la rodilla, porque incluso había posibilidades de no volver a jugar. Pero al final seguí jugando unos años más, así que agradecido.
— ¿Qué virtudes puedes destacar de Reynoso como entrenador?
Como entrenador, siempre trata de estar al día, innovándose, creciendo, capacitándose, estudiando. Es un enfermo de que el trabajo se haga bien, está exigiéndote siempre. Y eso es bastante bueno. Es como yo a veces converso con personas o cuando tú estás en una entidad o en un rubro y tienes gente apasionada al lado, te contagia. O sea tú quieres seguir a los apasionados. Y Juan es de esos, quiere que todo se haga bien, que salga bien o que se intente hacer de la mejor forma posible y eso está en los detalles. Y en ese sentido Juan es muy detallista, está detrás de los videos, viendo las jugadas tanto del rival como del equipo, viendo los entrenamientos, o sea viendo todos los detalles. Y en los entrenamientos él se percata si estás dando o no el 100%. Como te digo es una persona que va a ayudar mucho a los jóvenes sobre todo en Perú. Esperemos que las cosas salgan bastante bien.
— ¿Te alegró la noticia de que ahora es el nuevo DT de la selección peruana?
Sí, la verdad que sí. Yo sigo todos los partidos que él dirige, seguí mucho la campaña en Cruz Azul cuando campeonó con él después de tantos años. Nos alegró mucho la noticia de que él sea nombrado entrenador de la selección porque es su sueño. Es más, cuando estábamos en Aurich, Melgar, siempre conversábamos del tema de la selección y el sueño que él tenía de alguna vez dirigir a la selección. Pero también sabía que debía quemar etapas y es parte de los procesos o del crecimiento, así es que le ha llegado el momento y el momento se lo ha ganado él. La oportunidad de dirigir a la selección, se lo ha ganado él. Creo que es de los pocos entrenadores que ha dirigido equipos de provincia y equipos que han estado en media tabla para abajo o casi acompañando en un campeonato y los ha sacado campeones. Ha ido a dirigir a México donde el nivel es muy superior y también ha hecho buenas campañas. Ha sido campeón también internacionalmente y eso habla muy bien del crecimiento como entrenador que ha tenido y la oportunidad que se le da es en base a lo que él se ha ganado, él se ha ganado por derecho estar ahí dirigiendo a la selección.
— Hablando de su carácter, ¿crees que eso pueda chocar de alguna forma con los jugadores o no lo ves así?
No, para nada. Juan dentro de la cancha es un amigo más, fuera de la cancha tú lo puedes ver un poco serio. Como te digo es 10 puntos como persona, si lo tienes ahí dentro de una institución, de un grupo, te das cuenta que como persona es 10 puntos.
— ¿Confía en que Reynoso hará un buen trabajo como DT de la selección? ¿Por qué?
Sí, tengo mucha confianza en que puede hacer un buen trabajo, pero más allá del trabajo que pueda verse en un par de años, yo visualizo que vamos a tener nombres nuevos en unos 3 años, jóvenes con 20 años, 21 años jugando en la selección. Y creo que va a ser una base para unos 5 o 6 años de competencia a buen nivel. Así que esperemos que las cosas le salgan bastante bien, que su proyecto que tiene con la selección se haga poco a poco, se fortalezca y se haga realidad.