El ‘duelo’ para Manuel Barreto duró dos meses. Tras su salida de Sporting Cristal, el técnico de 37 años hace por primera vez un repaso de su etapa en La Florida. Prefiere evitar polémicas que ya considera innecesarias, acepta sus errores y marca el inicio del 2020 como el fin de un proyecto planificado para dos años y que terminó abruptamente tras mes y medio. Barreto explica las razones de ese cambio.
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—¿Qué evaluación haces de tu paso por Cristal?
He tenido mucho tiempo para reflexionar y ya estoy con ganas de pasar la página, pero sobre todo tratando de quedarme con todo lo positivo. Estoy agradecido por haber llegado al club, a las personas que me dieron la oportunidad de pasar por tantos roles y etapas, como ser entrenador de la Sub 18, estar en menores, estar en la reserva, ser asistente del primer equipo y luego ser técnico; y tener el privilegio de dirigir a tantos jugadores, que es con lo que finalmente me quiero quedar. Después sí que la etapa de este año, a partir de todos los cambios en el club, fue complicada. Pero yo acepté seguir y me hago responsable siempre de mis decisiones.
–¿No fue muy acelerado llegar al primer equipo?
No me arrepiento del momento que tomé la decisión de asumir el primer equipo. Era un momento complicado y sentía que era mi responsabilidad cuando recurrió a mí la dirigencia con necesidad de que asumiera hasta fin de año. Estaba mucho tiempo en el club y no podía hacerme el distraído. Sentí que tenía que dar la cara. Luego este año ya fue diferente con todos los cambios y las cosas que han pasado que la gente no tiene por qué saberlas.
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–Más allá de las necesidades del club, ¿no crees que debiste esperar más para asumir un equipo como Cristal?
Para que funcione un entrenador joven necesita estar protegido, respaldado; si eso no ocurre por supuesto que todo va a ser más complicado, eso es normal. En todo caso, mi lectura es que este año no se hizo lo correcto. Aun viendo esa situación, la responsabilidad que sentía, el compromiso con los jugadores y la ilusión de hacerlo bien hicieron que continuara.
–Está claro que este año no sentiste el respaldo de la directiva. ¿Crees que no confiaban en ti?
Yo estoy superagradecido con los jugadores y con toda la gente que he tenido que trabajar en el club durante todos estos años. Sí ha sido complicado por un montón de situaciones que pasaron y mi respuesta es más que obvia. Ya no estaban las personas [Alfonso García Miró, por ejemplo] con las que yo había llegado al primer equipo, con las que había trabajado tantos años y con las que se formó el proyecto que estaba destinado a durar dos años. Hacer una evaluación sobre un proyecto que finalmente duró menos de un mes y medio, y quedarme solo con un partido me parece… había que ser un poco más positivo al final de todo.
–Ese partido fue contra Barcelona en Guayaquil por la Libertadores. La crítica apuntó al planteamiento que utilizaste. ¿Por qué cambiar de sistema (del 4-3-3 a un 5-3-2) justo en un duelo tan importante?
El responsable de todo es el entrenador, más en un resultado como ese. Pero teníamos algunas bajas por lesión y enfrentamos a un rival de mucha jerarquía, con mucho potencial y un presupuesto muy superior al nuestro. La idea no funcionó porque nos anotaron rápidamente y no pudimos encontrarnos nunca, y ya el plan de juego no lo pudimos desarrollar como lo habíamos esperado. Eso pasa en el fútbol y debo hacerme responsable y asumirlo.
–¿Consideras que tras ese partido tu salida del club ya estaba definida?
Después le ganamos bien a Cusco (3-2) y volvimos a jugar contra Barcelona y ya era muy difícil darle vuelta, pero lo hicimos alineando a seis jugadores menores de 23 años formados en el club. Éramos un equipo muy joven que necesitaba tiempo. Pudimos ganar ese partido (2-1), pero ya la llave se había puesto muy cuesta arriba, sabiendo que para los equipos peruanos es muy difícil ganar en Copa Libertadores, hay evidencias de sobra. Se lo comuniqué a las personas a las que respondía en el club, que no llegábamos en las mejores condiciones, pero teníamos que hacer lo mejor posible. Sin embargo, todo se resume en un partido donde no estuvimos a la altura de lo que podíamos hacer.
–¿Supongo que la lectura de la directiva fue que tras ese partido ya no estabas en la capacidad de hacer reaccionar anímica y futbolísticamente al plantel?
Después ganamos dos partidos seguidos (3-2 a Cusco y 2-1 a Barcelona), jugando bien. Luego en Arequipa estuvimos correctos, pero el resultado nos fue esquivo (0-1). Ya no tiene ningún sentido seguir pensando si podía dar vuelta al asunto. Deseo dar la vuelta a la página y quedarme sí con tantas cosas positivas y no solo con un mes o un partido.
–Hay una declaración tuya después de la derrota ante Melgar que muchos utilizaron para criticarte con dureza. “Mi trabajo ha sido exitoso y beneficioso para el club, nadie podrá borrar el trabajo que he hecho por Cristal”, dijiste.
Pasó lo que pasó. Cuando uno está hablando constantemente con los medios de comunicación, en conferencias de prensa, por supuesto que uno está en la posibilidad de cometer errores, de decir algo que no está bien dicho o que finalmente te lo pueden interpretar mal, y todo lo que digas puede ser usado en tu contra. No guardo rencor al pensar si fueron justos o no al criticarme. Sí siento que no era conveniente que el único hilo de comunicación en el club fuera yo. Evidentemente, en esa etapa necesitaba otra cosa. Pero era lo que había.
–¿Cómo fue para un técnico tan joven, de 37 años, dirigir un vestuario con mucha gente de experiencia?
Me pareció igual que dirigir a la reserva o en menores, claro que con otro grado de responsabilidad por todo lo que rodea al equipo principal. Es una carga añadida porque es un club con mucha historia, pero en cuanto a la comunicación, al día a día, poder desarrollar una idea, una forma de jugar, eso ha estado siempre en orden.
–¿Es difícil el trato con jugadores incluso mayores que tú, como Jorge Cazulo (38) y Carlos Lobatón (40)?
Mi relación con todos ha sido muy buena. Siempre he dicho que he estado muy agradecido por trabajar con ellos. A ellos como líderes del grupo siempre los he valorado muchísimo, porque son muy respetuosos, receptivos para escuchar y aprender. Ellos siempre fueron una ayuda, un factor positivo.
–¿Qué opinas sobre lo que dijo Claudio Vivas cuando lo reemplazaste en el cargo?
No tengo nada de qué opinar. En todo este tiempo he trabajado con muchísimas personas, profesionales nacionales y extranjeros, y con todos he tenido una buena relación siempre basada en el respeto. No tengo nada más que decir.
–Te acusó de no querer ceder a los jugadores de la reserva y que fuiste poco ético al sustituirlo...
Estuve cuatro años en el club e hice todo lo que me solicitaron los dirigentes y lo que estaba enmarcado en mis funciones. Me sorprende realmente [lo que dijo] porque no lo escuché. Siempre he ayudado en todo, incluso he puesto jugadores que me pedían que jugaran en tal posición, tal cantidad de tiempo… en la última etapa puedo decir que hice más cosas de las que me pedían que otros entrenadores.
–¿Sentiste que hubo una campaña de desprestigio en tu contra desde que asumiste el equipo, que se te criticaba absolutamente todo?
No está en mí juzgarlo. Tal vez por ser joven tenía menos margen de error y luego de ese partido [la derrota ante Barcelona] se generó todo esto, no lo sé. Ya depende de ustedes analizarlo. En todo caso, todo lo sumo para crecer y fortalecerme como persona y entrenador. Después ese análisis de si fueron justos o no, no me corresponde.
–¿Y cómo tomas que incluso ya fuera del club tu reemplazante, Roberto Mosquera, dijera que recibió un equipo en un mal estado físico?
Tampoco tengo nada qué decir al respecto. Lo que quiero ahora es poner distancia con lo que fue mi paso por Cristal. No opino sobre lo que diga Roberto, a quien le tengo aprecio. Solo puedo comentar que en el partido que le ganamos acá a Barcelona en la Copa Libertadores hicimos el récord de recorrido y rendimiento físico con el GPS en todo el tiempo que estuvimos.
–¿Qué es lo más importante que te deja tu experiencia en el primer equipo de Cristal?
Quiero quedarme con todo lo positivo, lo especial que ha sido estar en un club con tanto prestigio y tanta historia, que en los últimos años ha logrado una hegemonía nacional tanto en mayores como en menores. Poder ser parte de eso y trabajar con tantos profesionales, entrenadores y jugadores. Es lo que me llevo.
–¿Y cuál es el error que cometiste que te deja intranquilo hasta hoy?
Por supuesto que uno es humano y se equivoca a diario, pero no. Ahora miro hacia adelante. Claro que si te volviera a pasar una situación igual podría tomar otra decisión, pero ya martirizarme pensando en cambiar lo que pasó ya no tiene sentido. Lo más saludable es poner distancia, ser agradecido con todo, con las personas que me dieron la posibilidad de llegar a Cristal y subir al primer equipo hasta comienzos de este año. Ya después del partido de presentación salió la última persona con la que trabajaba.
–¿Cómo crees que le irá a Cristal ya bajo la conducción total de Innova Sports?
La verdad, les deseo lo mejor. Soy un peruano que quiere lo mejor para el fútbol peruano. Deseo que les vaya bien y que hagan lo mejor posible. Yo lo que tenía que decirles a las personas correspondientes se los dije de frente.
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–Pasada la página de Cristal, ¿cuál es tu futuro?
Hoy estoy superpreocupado con lo que estamos viviendo, con la realidad del país. En mi caso eso está pospuesto porque no tenemos ni siquiera claridad en cuanto a cómo va a continuar todo. Hay un montón de entrenadores de menores y academias que tienen ingresos bajos y la están pasando mal. Entonces sí estoy pensando en eso, en qué se podría hacer como colectivo para ayudar a esos entrenadores que son muchísimos y tienen un gran valor. Tal vez buscar iniciativas de cursos para poder colaborar en este tiempo de cuarentena. Participar en capacitaciones, cursos, poder hablar con otros técnicos, compartir experiencias, ideas, formas de ver el fútbol, sabiendo hoy que la prioridad es la salud. Ya después, cuando pase todo, volverá la ilusión y las ganas de construir algo que valga la pena en un proyecto importante.
–¿Pero no descartas seguir dirigiendo en Primera?
No descarto nada. Me gustaría volver a trabajar en un proyecto ambicioso, en un lugar donde haya algo interesante, con posibilidades de desarrollar un trabajo ya sea en menores o mayores. No hago distinciones.
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