De los 2.764 bonos familiares habitacionales (BFH) que el programa Techo Propio (TP) entregó en el mes de febrero –según el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS)– para ayudar a las familias de escasos recursos a comprar o construir sus viviendas, un total de 2.282 bonos fueron otorgados bajo la modalidad de Construcción en Sitio Propio.
Es decir, el 82,6% de los BFH estuvieron dirigidos a los grupos familiares que construirían una vivienda en un terreno o en aires independizados.
Pero, a diferencia de lo que sucedía en el 2019, cuando el plazo promedio para pagar el crédito para construir una vivienda era de 7,9 años; en el 2020 dicho plazo se incrementó notoriamente hasta 10,2 años.
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De esta manera, el impacto económico de la pandemia se vio claramente reflejado en el desempeño de este indicador, que apenas un año atrás era –como señalan en Capeco– “sensiblemente menor”.
Y también se condice con el comportamiento de quienes acceden al financiamiento bancario para la adquisición de una vivienda nueva ya que el 59% de los demandantes –según un reciente estudio del gremio constructor– desea pagar su crédito hipotecario en un plazo mayor a 15 años, lo que significa un aumento de 12,3 puntos porcentuales respecto a las preferencias expresadas en el 2019.
MÁS CAMBIOS
Pero no son los únicos cambios que ha traído consigo la pandemia en el mercado inmobiliario peruano.
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Como consecuencia del impacto negativo del COVID-19 en nuestra economía, en el 2020, el 98% de los demandantes efectivos de construcción de vivienda sobre lote propio afirmó que deberá tomar un crédito para financiar el gasto que implicaba la puesta en marcha de esas obras.
“Ha habido un incremento de 17,3 puntos porcentuales en la proporción de hogares que debe recurrir a un financiamiento”, afirman en Capeco.
En esa misma línea, también el presupuesto que se destinará a construcción ha disminuido. En ese sentido, el 64% de hogares que construiría su vivienda no desembolsará más de S/50.000 por la construcción y estarían dispuestos a invertir un promedio de S/54.311 en la obra, monto inferior en 29% al que se estimó en el 2019.
Y de la mano con la reducción del presupuesto destinado a hacer a la construcción, también el área que se levantará se verá afectada. Mientras en el 2019, el área promedio a construir era de 77 m2, el año pasado el área promedio de la vivienda por construir era de 64 m2.
Pero a diferencia de lo que sucedió en el 2019, cuando un 31% de los demandantes afirmaban que construiría un máximo de 50 m2, en el 2020 dicho porcentaje se elevó hasta 50%.
LOTES URBANIZADOS
Con relación a la demanda de lotes, el 61% de los demandantes efectivos de lotes afirman que lo comprarían en una urbanización nueva ejecutada por una empresa inmobiliaria. Un año atrás, en el 2019, dicha preferencia era de casi la mitad.
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Pero, mientras en el estudio de Capeco del año 2019, la preferencia por la compra al crédito llegó al 90%, entre los cambios en la demanda habitacional pospandemia que ha detectado el gremio empresarial destaca el hecho de que hoy en día, el 97% de quienes desean adquirir un lote habilitado para vivienda lo pagará al crédito.
Aun así, la preferencia por adquirir lotes grandes se mantiene pues el 62% de los demandantes desea adquirir lotes con un área igual o menor de 100 m2, siendo el área promedio de 123 m2, lo que significó un crecimiento de 22 puntos porcentuales.
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