
Mariana Camino, socia y CEO de la consultora de economía y negocios ABECEB, asegura que muchos, ya vislumbran la posibilidad de que el presidente argentino, Javier Milei, vaya a la reelección. La ejecutiva, que visitó Lima esta semana para participar del SAE de Apoyo Consultoría, conversó con ella sobre la recuperación económica argentina y lo que se viene en adelante para este país.
—A noviembre del año pasado, el gobierno acumulaba 10 meses consecutivos de superávit fiscal. En el 2023 se acumulaba más bien un déficit de 1,5% del PBI. Con la mejora del déficit, la capacidad de pago de Argentina ha mejorado por el incremento de los ingresos públicos y la dilación de la deuda en relación al PBI, que viene creciendo. ¿Es el control del déficit la mejor medida económica que se ha visto hasta el momento?
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Efectivamente, justo diste con el ‘core’ del modelo de política. El déficit, como dices, tiene diez meses de superávit fiscal, es mucho, es muy sorprendente para un primer año de gestión. Fue un número que sorprendió a todos contra todo pronóstico. De los últimos 40 años, Argentina registró 32 años déficit fiscal. Entonces, desde la óptica de este Gobierno, el principal problema que explica toda esta decadencia de larga data es haber convivido tantos años con el déficit fiscal. ¿Por qué? Porque te obligaba a emitir dinero para poder financiar ese déficit o endeudarte. Y, tienes crisis de restricción externa. Entonces, lo novedoso y lo que sostiene la buena expectativa de crecimiento y que se pueda pagar la deuda, la sostenibilidad del modelo, la confianza y demás, es que esa recurrencia que explica la historia argentina de problemas de deterioro económico para Milei estaría resuelta. Hay una convicción –y el mercado le cree– de que el ancla fiscal es lo más relevante y el dato de estos 10 meses (de superávit) es cierto, y nadie cree que se pueda volver atrás.
"Llevamos 14 meses de gobierno y la imagen del presidente y de la gestión es positiva. Tiene 52%- 53% de imagen positiva. Lo que comúnmente se suele denominar la ‘luna de miel’ de un nuevo gobierno que dura tres meses se ha extendido"
—¿Nadie?
El mercado, los agentes económicos y el sector externo (lo creen). Hay confianza de que se va a sostener esta regla fiscal.
—¿La gente también lo cree?
Lo cree también, ese es el otro dato inédito. Llevamos 14 meses de gobierno y la imagen del presidente y de la gestión es positiva. Tiene 52%- 53% de imagen positiva. Lo que comúnmente se suele denominar la ‘luna de miel’ de un nuevo gobierno que dura tres meses se ha extendido, seguimos estando en esta luna de miel después de haber hecho un ajuste brutal, cinco puntos del PBI en el gasto y la gente lo sigue apoyando. Realmente es un cambio de paradigma, es un cambio de régimen y de política económica que está siendo bien valorado por la ciudadanía, por los mercados, por el clima inversor y el ambiente de negocios empresarial en Argentina.

"Sin la popularidad, Milei no podría estar planteando una agenda de reformas tan importante como la que estamos viendo hoy"
—Milei fue elegido con 56% de los votos. ¿Su popularidad ha permitido que continúe haciendo reformas y que vaya a continuar haciendo reformas a futuro?
Ese es uno de los temas centrales. Sin la popularidad no podría estar planteando una agenda de reformas tan importante como la que estamos viendo hoy. El Gobierno de Milei tiene dos estrategias, la primera es todo lo que tiene que ver con esta nueva lógica de política económica. En el 2024 el gobierno logró estabilizar las correcciones de la macro en un 80%. Además, logró que la economía supere la recesión. Hoy estamos viendo que crecemos, que el empleo vuelve a crecer.
—La proyección de crecimiento es de 5% para este año.
Exactamente. Por eso digo que no solamente la magnitud de lo hecho en el 2024 es muy relevante, sino la velocidad. En un año logró corregir la macro y sobre todo, bajar la inflación. La expectativa del Gobierno es 2,3% de inflación mensual para enero, eso es algo muy significativo.
—Venían de 20% o 25% mensual.
Asumió Milei el 10 de diciembre del 2023, en enero del 2024 registramos 25% de inflación y después fue todo un sendero a la baja, tan progresivo y tan significativo que hoy estamos en un valor de 2%-2,3%. No solamente se ocupó de corregir la macro, sino que además empezó a plantear reformas estructurales. Y para eso necesita como socia a la sociedad. Este año hay elecciones de medio término en el Congreso y necesita empezar a tener más apoyo porque hay leyes que tienen que salir con la aprobación del Congreso. Pero está avanzando en los dos frentes, eso es lo inédito de este proceso.

—En las elecciones de medio término se espera que gane espacios en las dos cámaras.
Exactamente. Primero, porque es nuevo, tiene todo para ganar. Y después, porque está bien posicionado sobre todo a nivel país. No va a tener mayoría, pero va a seguir aumentando participación. Está más cómodo para hacer alianzas y además, tiene apoyo popular sostenido. Eso también presiona a los gobernadores a alinearse.
—¿El argentino la está pasando mal?
La está pasando mal, pero cada vez menos. Lo que también marca este proceso es que (el argentino) vuelve a tener esperanza. Milei es un poco la respuesta a un hartazgo social muy grande, de muchos años. La sociedad argentina es aspiracional. En Argentina, el 80% de la ciudadanía se define o tiene aspiraciones de clase media, pero lo cierto es que con el deterioro de los ingresos se va perdiendo ese estatus.
—De hecho, el ingreso real no crece como han crecido otros indicadores.
Está volviendo, pero sí es el último, el más rezagado. Pero, el rebote se está viendo. Este año se espera entre 4% y 6% de crecimiento del PBI, y eso es porque lo acompaña un crecimiento de ingresos reales. Volvió el consumo, volvió el crédito en la economía que no había y la actividad está creciendo. Ahora, Argentina tiene una matriz sectorial muy grande y es heterogénea porque hay algunos sectores que son más dinámicos y crecen más rápido, y hay otros que tienen problemas de competitividad. Pero desde el punto de vista de lo que era un año atrás, el ingreso de las familias del ciudadano de a pie está creciendo y está recuperando ya el ingreso registrado. Le está ganando a la inflación ya hace meses.
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—¿Qué hace falta para que repunten esos ingresos?
Hoy Argentina se puso más cara en dólares. Sí hace falta que haya más demanda y más volumen de crecimiento, que se perfile este crecimiento del sector registrado y que empiece a haber una traslación también de negocios de baja competitividad a más rentabilidad. Estamos atravesando un proceso de reacomodamiento de la economía y también de esos precios relativos. El salario crece, pero todavía hay ajustes de tarifas para el ingreso disponible de una familia que le quitan consumo, pero no es que no va mejorando. Y al tener menos inflación, si bien estamos caros, hay un reacomodamiento del presupuesto de las familias. Se paga menos en alimentos, pero más en tarifas. La consolidación que se tiene que dar en el 2025.

—El gobierno de Milei, en muchos aspectos, representa lo que Macri no pudo hacer en su momento, que era un planteamiento más gradual.
Milei planteó una estrategia de shock, pero eso también lo hizo porque ganó con comodidad. Cuando ganó Macri, solo por un punto en el balotaje, el mandato social era otro. No tenía la legitimidad de origen para hacer cambios radicales como sí la tuvo Milei. Y no nos olvidemos que Milei ganó con tres conceptos: motosierra, casta y dolarización. Eso es lo que le da el crédito para una política de shock, Macri no tenía condiciones para hacerlo. Una de las cosas que la ciudadanía entendió es que hay que poner a precio real de mercado las tarifas.
—¿Lo entendió la ciudadanía realmente?
Sí. Macri no se pudo reelegir porque el ajuste que soportó la clase media en aquel momento se consideró muy fuerte, sobre todo en tarifas. La clase media le soltó la mano en la reelección. Si ves ahora el tipo de cambio, el dólar, el ajuste y el esfuerzo, es muchísimo mayor, pero también hay una conciencia y una evolución social de que ese periodo era necesario. Y lo que hizo bien Milei es que las asignaciones sociales las aumentó.
—La entrega, ahora, es directa y no a través de un intermediario.
Exactamente, ese fue el acierto. Redujo el tamaño del Estado, del gasto en relación con el PBI en aquellos aspectos donde había margen para la eficiencia y aumentó lo que es clave, que es la asignación directa, sin intermediarios, sin desvío de dinero, sin corrupción, que le llega a las familias. Entonces, mejoró también la percepción de justicia, de equidad y también, la baja de la inflación que castiga más a las familias de bajo ingreso. Todo eso ayuda a que hoy tenga la imagen positiva que tiene, y así se puede soportar este traspaso de más tarifas.
—No solamente es que ganó en mejores condiciones y pudo hacer más cosas que Macri, sino que también que hay una parte social que acompaña hoy a Milei.
No es que ganó en mejores condiciones, al revés. Recibió una herencia y un país al borde de la hiperinflación. Esa criticidad en la economía es lo que hizo que la sociedad entendiera que era el momento del shock del cambio. Cuando asumió Macri no estaba tan claro que estábamos en un umbral de crisis. Volver a vivir una hiperinflación –ustedes también la vivieron– sí es muy negativo, es un retroceso. También se dio este fenómeno de que con un mundo más interconectado, muchos jóvenes profesionales argentinos se iban del país. Además, ya había una aceleración inflacionaria muy importante con Massa (ex ministro de Economía) en el último período previo a las elecciones, que hizo que la sociedad entendiera –sumado a la gestión de pandemia con Alberto Fernández–, que era el momento para el cambio y un cambio radical.
—Con este ajuste de la inflación hubo una recesión el año pasado. ¿Considera que ha sido superada rápido? Duró dos trimestres, actualmente ya no están en recesión.
Exactamente, pero, ¿sabes por qué? Porque fue administrado. Fue un daño colateral que el gobierno eligió. Cuando atiendes los problemas de la macro, tienes tensión entre los objetivos. ¿Qué dijo Milei? “Negocio lograr que no haya déficit fiscal para no tener necesidades de emitir o de pedir prestado”, que es lo que generaba esta dinámica perversa que no te permitía crecer por otros motores. Milei dice “el sector privado es el que tiene que liderar el crecimiento”. Para eso necesito dar entorno pro-inversión, reglas de juego claras, incentivos. Lo primero es un país ordenado, sin inflación y sin el Estado tomando el poco crédito que los bancos y la economía generaban. Se sabía que un esfuerzo tan grande de ajuste de gasto iba a generar una desaceleración de la actividad y una recesión, pero se confiaba también en que como es una estrategia de shock, iba a durar poco e iba a valer la pena el ajuste para después crecer. Esto, contra todo pronóstico, porque los consensos del mercado mostraban que no se confiaba en la aceleración que tuvo el proceso. Hoy estamos viendo una desinflación abrupta y una recuperación en ‘V’.
—Hoy ya se puede hablar de volver a tener inversiones en Argentina. Se debe en parte, al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones, el RIGI, para proyectos por encima de los US$200 millones que ha beneficiado sobre todo, a la minería. ¿Es así?
Es un vehículo de inversión que se integra dentro del periodo de Milei. El sector que más inversión está capturando es la energía y después la minería. Ambos sectores insertos en ecosistemas globales con estándar internacional. La energía pasó de ser deficitaria a superavitaria, y es el principal motor de exportación y de crecimiento.
Energía y minería son los sectores más dinámicos que hoy están explicando buena parte del motor de crecimiento de la Argentina y en el marco del RIGI, ya capturamos US$10 mil millones de inversiones, primero energía, después minería. Y, para adelante se espera, primero, diez años de exportaciones que están lideradas por cuatro sectores: energía, minería, todo lo que es el agro y lo que se llama la economía basada en el conocimiento: tecnología e innovación. Nosotros tenemos 12 unicornios, un ecosistema emprendedor muy dinámico.
—Ahora que lo peor ya pasó, ¿se esperan otro tipo de reformas? Reformas del mercado laboral, del mercado de capitales, de competencia, seguir reduciendo el tamaño del Estado y más privatizaciones? La propuesta inicial del gobierno era privatizar 41 empresas. Luego de algunas negociaciones, quedaron cuatro en la lista: Energía, Argentina, Nucleoeléctrica, Argentina, Yacimientos Carboníferos e Intercargo. Otras cuatro quedaron sujetas a privatizar o concesionar. Pero, Aerolíneas Argentinas, por ejemplo, ha quedado fuera. ¿Qué reforma se viene inmediatamente?
Ese es el mayor riesgo. A mí a veces me preguntan: “¿por qué ahora sí y antes no?” ¿”Esto tiene futuro o te das la vuelta como Macri?” Lo que vivió Macri con sus aciertos y sus aprendizajes también ayuda a Milei a ir con la fuerza que lo está haciendo en un contexto distinto. No solamente está cambiando el clima de negocios y de inversión por el RIGI, sino que también esta idea de la libertad económica y de la apertura que sostiene el gobierno hoy pone un ‘pipeline’ de 59 empresas de unos 10 sectores para traspasar al sector privado con distintas modalidades. Hay algunas que son emblemáticas, por ejemplo, Aerolíneas Argentinas. Una de las concesiones que no pudo poner Milei en esa primera norma que sacó a mitad del año pasado fue la de Aerolíneas Argentinas.
—El Correo Argentino también.
También. Pero después, la sociedad hizo presión -en lugar de apoyar a los gremios, apoyó al gobierno–porque entiende que es insostenible esta situación. El gobierno dio a conocer todos los beneficios que tienen los pilotos y hay mucha resistencia al hecho de decir “todos tenemos que hacer el esfuerzo”. Hay un cambio también ideológico, lo que se llama “batalla cultural”. En el marco de todo eso hay un proyecto de ir privatizando. Se está desregulando el sector (aerocomercial), pero la idea es que se desregulen todos los sectores de la economía argentina con apoyo de la sociedad en la mayoría de los casos. Y, se va a ver cómo el Congreso va apoyando alguna de esas instancias, algunas cosas se pueden hacer por decreto, otras no.
—¿Y esto se va a dar antes que cualquier otra reforma?
En realidad, se está trabajando hoy todo lo que es fácil. Desregular implica simplificar todo lo que hoy nos suma trámites, todo lo que el gobierno puede resolver ‘a tiro de decreto o de resolución’. Todos los días hay una novedad de algo que se eliminó y se mejoran las condiciones para el empresario. Pero, hay procesos que requieren consenso, articulación, presupuesto y lo que pasa por la Legislatura tarda mucho más. Se está trabajando en ambos planos, y también en reforma laboral. Se está haciendo un esquema para dejar los convenios colectivos y tratar de que sean acuerdos uno a uno. Se está trabajando en la reforma política, ahora salió media sanción para que ya no hayan las PASO, las primarias intermedias. Se está avanzando en un programa de reforma impositiva para simplificar la carga de impuestos en cantidad, en volumen, en peso específico. Lo impositivo tiene que pasar sí o sí por norma legislativa, lo administrativo no. Hoy tenemos una agenda que combina todas esas dimensiones en el mismo plano.
"A Milei le interesa alinearse con la ideología de Donald Trump en Estados Unidos, no porque lo vaya a ver Estados Unidos, pero sí para dar mensajes de hacia dónde va"
—¿Qué impide que en las próximas elecciones se destruya lo que ha construido Milei en el ámbito económico? Esto, teniendo en cuenta que desde el lado social, el mensaje que brindó Milei en Davos, por ejemplo, fue confrontacional respecto al llamado ‘wokismo’. ¿Este perfil conservador en lo social, tal vez cuando todo esté ordenado en la parte económica, puede ser un problema?
Hay un Milei previo a Davos –con un enfoque muy económico, sosteniendo esta necesidad de apuntar contra la casta, mejorar las condiciones de mercado y darle entidad a las inversiones del sector privado– y un Milei post-Davos, que empieza a dar la batalla cultural, empieza a hacer declaraciones que tienen más que ver con cuestiones ideológicas, cuestiones culturales. Se está pensando como un líder también que da este mensaje, que se alinea con la derecha y los movimientos más conservadores. ¿Qué es lo que nosotros estamos viendo? De alguna manera asumió un costo por esos comentarios que hizo en Davos respecto de la comunidad LGTB y algunas otras cosas. Acá (en Argentina) hubo una marcha después de esas declaraciones y en esa marcha participaron parte de sus votantes. A Milei lo sigue la sociedad joven, preferentemente varones. Hubo un costo, pero el beneficio que fue mayor. A Milei le interesa alinearse con la ideología de Donald Trump en Estados Unidos, no porque lo vaya a ver Estados Unidos, pero sí para dar mensajes de hacia dónde va. Milei tiene un fuerte perfil económico, pero también se está posicionando como un líder disruptivo, que provoca, que le habla a su sociedad que está pidiendo esta libertad económica como bandera.
—Milei, entonces, hará sus sumas y restas en cada oportunidad mediática.
Él está equilibrando. Y la otra parte de su perfil es que es muy pragmático. Es un juego de equilibrio. Tiene que alinearse a Estados Unidos porque le conviene, pero también hace negocios con China, porque es nuestro principal mercado de exportación. Es un equilibrio que hasta ahora lo está sosteniendo en distintas plataformas, digamos, dependiendo de qué estemos hablando.
—¿Qué implica esta relación con Trump?
Es importante porque nosotros, para para bajar o mitigar los riesgos que puede tener sostener el ciclo económico para adelante, necesitamos este año un buen acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Un lineamiento de política en común con Estados Unidos siempre nos favorece y de hecho la expectativa es que se cierre un acuerdo ventajoso para Argentina ya para marzo. Esto nos daría las reservas que nos hacen falta como para terminar ese proceso de consolidación […] No nos olvidemos que Trump es proteccionista y Milei es aperturista. Ahí no hay una convergencia y una divergencia.
—Trump es proteccionista hasta cierto punto.
(Asiente). Anunció mucho y luego retrocedió con China, México…
—Entonces, repito mi pregunta: ¿qué impide que en las próximas elecciones se destruya todo lo que económicamente se ha logrado hasta el momento?
Esto que te digo de generar bases sólidas. Si Argentina vuelve a crecer, yo creo que lo importante es eso. Desde el 2011 venimos perdiendo 1% por año de PBI per cápita. Entonces, si de repente esa tendencia de no crecimiento se da vuelta, el hecho de que vengan inversiones, se mejoren las infraestructuras físicas, tecnológicas, de educación y de servicios en una economía abierta cambia lo fundamental, y lo más importante es que la proyección de la balanza de exportación es positiva. Argentina va a generar los dólares necesarios para sostener esto que el gobierno está logrando como una nueva base de corrección económica. Para muchos este año ya se empezó a vislumbrar un largo plazo. Hay una idea de escenario de Milei a ocho años. El inversor internacional no mira tanto la elección de medio término, lo que mira es si hay reelección, para que estas reformas estructurales de las que hablábamos terminen de tomar forma. Lo importante es que no haya una vuelta atrás, lo que podría estar sujeto a algún shock externo o alguna volatilidad. Consolidar la política económica y hacer frente a cualquier shock de volatilidad internacional es fundamental, y para eso está trabajando el acuerdo con el FMI y se está trabajando en reducir el tamaño del Estado, mantener este superávit financiero primario y financiero fiscal. El riesgo país bajó muchísimo, ahí te das cuenta también cuál es la percepción de la comunidad internacional respecto a la vocación de honrar los compromisos de deuda.










