(Foto: El Comercio)
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Redacción EC

Esta semana se dieron a conocer los resultados de la última Encuesta de Presupuesto Abierto 2017, que fue elaborada por la International Budget Partnership. Entre sus resultados, este informe mostró que el Perú es uno de los países más transparentes en cuanto a publicaciones sobre la asignación y ejecución del .

Según la encuesta, el Perú es uno de los 11 países (entre una muestra de 115) que publican ocho documentos al año en que se detalla la información en todas las etapas del ciclo presupuestal. Existe amplia evidencia internacional que muestra que este tipo de prácticas tiene incidencia positiva en las variables macrofiscales, como el déficit público o la deuda.

No obstante este resultado positivo, la encuesta encuentra que el Perú está rezagado en cuanto a participación ciudadana en el proceso de formular, aprobar, implementar y evaluar el presupuesto. Avanzar en esto, según diversas investigaciones, ayudaría a mejorar los indicadores sensibles para la población.

(Infografía: El Comercio)
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LAS EXPERIENCIAS
En primer lugar resalta un estudio elaborado por Miguel Jaramillo, investigador de Grade, junto a Glenn Wright. En esta investigación, evaluaron la relación entre las instituciones participativas y la efectividad de la política agraria, en una muestra de cien municipalidades en zonas rurales del país.

Se llegó a la conclusión de que tener participación ciudadana voluntaria estaba “fuerte y significativamente” asociado a políticas agrícolas más activas y efectivas. Sin embargo, las políticas eran menos efectivas cuando se implementaban bajo un proceso de participación obligatoria.

Otro estudio, elaborado por Jaramillo y Lorena Alcázar, muestra evidencia contraria en el sector saneamiento. La existencia de presupuesto participativo no tuvo relación significativa en cobertura ni continuidad del servicio de agua potable a nivel de gobiernos subnacionales.

Otros estudios en países emergentes, como Brasil e India, revelaron que la participación ciudadana en las decisiones de ejecución presupuestal aumentó el gasto en servicios que benefician directamente a las personas.

En Brasil, por ejemplo, la participación de los ciudadanos elevó la asignación de recursos para salud y educación. Los municipios con presupuesto participativo redujeron sustancialmente sus ratios de mortalidad infantil, al mejorar la dirección y foco de las políticas.

En tanto, en India se probó que las personas en condiciones menos favorecidas eran quienes más participaban de los procesos de decisión. Más aun, priorizaban el gasto en pistas, vivienda y servicios infantiles.

Además de los presupuestos participativos, hay países que han ido un paso más allá para incluir a los ciudadanos. Corea del Sur, por ejemplo, tiene un sistema de consulta de política fiscal, cuyo comité incluye a funcionarios del gobierno, académicos y personas de la sociedad civil, quienes pueden opinar e inclusive vetar algunas alternativas de política.

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