Durante los primeros meses, el llanto es la forma principal de comunicación del bebé. A través de él expresa hambre, sueño, incomodidad, afecto o dolor. No siempre significa algo grave.
Durante los primeros meses, el llanto es la forma principal de comunicación del bebé. A través de él expresa hambre, sueño, incomodidad, afecto o dolor. No siempre significa algo grave.

Escucha la noticia

00:0000:00
¿Por qué mi bebé llora tanto? Diferencias entre llanto normal, hambre, cólico o angustia
Resumen de la noticia por IA
¿Por qué mi bebé llora tanto? Diferencias entre llanto normal, hambre, cólico o angustia

¿Por qué mi bebé llora tanto? Diferencias entre llanto normal, hambre, cólico o angustia

Resumen generado por Inteligencia Artificial
La IA puede cometer errores u omisiones. Recomendamos leer la información completa. ¿Encontraste un error? Repórtalo aquí
×
estrella

Accede a esta función exclusiva

Son las tres de la mañana y tu Ya le cambiaste el , lo , lo has cargado en brazo e incluso le has susurrado un popurrí de canciones, pero nada parece calmarlo. Como , te comienzas a preguntar si siente dolor, si está enfermo o simplemente te necesita por un poco más de tiempo. Aunque sabes que estás haciendo lo mejor que puedes, te sientes cansada, confundida y hasta un poco por no saber qué le sucede.

Esta es una escena que, sin duda, se repite una y otra vez, especialmente durante los , y que da lugar a una de las preguntas más frecuentes entre los : ¿por qué mi bebé llora tanto? ¿Deberíamos entenderlo como una señal de alerta o simplemente como parte del desarrollo?

Aunque el llanto a simple vista pueda parecer un simple sonido, en realidad vendría a ser como el que domina un recién nacido. Como explicó Erick Olivera, pediatra de la Clínica Ricardo Palma a, “durante los primeros meses, el llanto es la principal forma de comunicación del bebé. A través de él expresa distintas necesidades o molestias, ya que aún no tiene la capacidad de hablar”.

, sueño, incomodidad por el pañal sucio, necesidad de contacto, gases, , frío o calor, al final todo se traduce en llanto.

Entonces, ¿cómo podemos diferenciar entre las distintas causas del llanto? ¿Cuándo deberíamos preocuparnos y cuándo basta con acompañarlo con paciencia y contención? A continuación, los especialistas en pediatría nos lo explican.

¿Cuánto llanto es normal?

El llanto es una parte natural y esperada del De acuerdo con el pediatra, durante la etapa neonatal (los primeros 28 días), un bebé puede llorar entre 1 y 2 horas al día. Mientras que, entre el primer y segundo mes de vida, ese promedio puede aumentar a 2 o 3 horas diarias, para luego estabilizarse a 2 horas hacia los 3 o 4 meses.

A partir de entonces, el tiempo de llanto tiene a disminuir progresivamente hasta llegar a un rango de 30 minutos a 1 hora diaria.

El llanto por hambre suele ser rítmico y persistente, pero muchas veces va precedido por señales más sutiles, como llevarse las manos a la boca o buscar el pecho.
El llanto por hambre suele ser rítmico y persistente, pero muchas veces va precedido por señales más sutiles, como llevarse las manos a la boca o buscar el pecho.

“Este comportamiento se considera normal siempre que el bebé esté sano, se alimente correctamente, tenga un crecimiento adecuado y presente momentos de calma y alerta. Sin embargo, si el llanto es inconsolable, se extiende por más de 2 o 3 horas seguidas, cambia de tono o viene acompañado de otros síntomas, podría ser señal de que algo no anda bien y requerir atención médica”, advirtió el experto de la Clínica Ricardo Palma.

Aun así, no todos los bebés siguen un patrón exacto. Como señaló el pediatra Wilfredo Ingar, de Clínica Internacional, más allá del tiempo, lo fundamental es observar cómo responde el llanto ante los cuidados. Si al atender sus necesidades este disminuye, no suele haber motivo de preocupación.

Por su parte, Ángel Samanez, pediatra neonatólogo y decano de la carrera de medicina humana de la Universidad Científica del Sur, destacó que el llanto también evoluciona con el crecimiento. “En las primeras semanas, suele sonar igual sin importar la causa. Pero hacia los 3 o 4 meses, los empiezan a distinguir diferentes tipos de llanto, ya sea por hambre, sueño o malestar, lo que facilita una mejor respuesta a sus necesidades”.

¿Cómo puedes identificar si el llanto es por hambre?

Si bien el hambre es una de las causas más frecuentes de llanto en los bebés, no siempre es el primer signo. De hecho, antes de llorar, la gran mayoría emite señales más sutiles que indican que ya necesitan alimentarse.

Por eso, Noah Schwartz, pediatra de Cleveland Clinic, precisó que reconocer estas señales tempranas puede ayudarte a responder antes de que llegue el llanto, lo que facilita la y reduce la tanto para el bebé como para los padres.

“Esperar al llanto puede ser una señal de que el bebé ya está en una etapa avanzada de hambre, lo que puede dificultar la alimentación, ya que el bebé puede estar más alterado y menos dispuesto a prenderse al pecho”.

Las señales tempranas de hambres suelen ser:

  • Se lleva las manos a la boca o succiona los dedos o el puño.
  • Hace movimientos con la boca o lengua, como si estuviera masticando o succionando.
  • Gira la cabeza buscando el pecho, especialmente si está cerca de la madre.
  • Emite sonidos leves, como gruñidos.

Pero, ¿cómo diferenciarlo de otros tipos de llanto? Según el especialista en pediatría, el llanto por hambre es más rítmico, progresivo y persistente, mientras que el llanto por sueño está acompañado de señales como frotarse los ojos, bostezos o irritabilidad. En caso de que sea por incomodidad física (como un pañal sucio), el llanto es más agudo o molesto, con signos de fastidio bastante visibles.

¿Cuándo el llanto es por cólicos?

De acuerdo con el doctor Ingar, los cólicos son un trastorno fisiológico que afecta aproximadamente al 20% a 25% de los recién nacidos debido a la inmadurez de su sistema digestivo.

Estos suelen aparecer entre la tercera o cuarta semana de vida, y pueden extenderse hasta los seis meses, alcanzando su pico máximo alrededor del segundo o tercer mes, sostuvo el pediatra Erick Olivera.

El llanto por cólicos es agudo, intenso y suele aparecer al atardecer. Viene acompañado de piernas encogidas, puños cerrados y rostro rojo.
El llanto por cólicos es agudo, intenso y suele aparecer al atardecer. Viene acompañado de piernas encogidas, puños cerrados y rostro rojo.

El llanto por cólicos tiene características muy particulares que ayudan a distinguirlo de otros tipos de llanto: es agudo, intenso, de inicio súbito y persistente, llegando a durar hasta tres horas. Generalmente ocurre en las tardes o noches y es difícil de consolar.

“Además, el llanto viene acompañado de signos físicos como enrojecimiento facial, puños cerrados, piernas encogidas hacia el abdomen, arqueo de espalda y abdomen tenso, lo que ayuda a diferenciarlo de otros tipos de malestar”, detalló el experto.

Por eso, para aliviar el malestar, Olivera recomendó algunas estrategias como:

  • Colocar al bebé boca abajo ( sobre el regazo o una almohada, acompañado de suaves masajes en la espalda.
  • Cargarlo en posición vertical, sobre el hombro o con portabebés ergonómicos.
  • Realizar masajes abdominales circulares en sentido horario.
  • Ofrecer baños o compresas tibias para relajarlo.
  • Usar ruido blanco o sonidos suaves que calmen al bebé.
  • En algunos casos, y siempre bajo indicación médica, se puede considerar el uso de probióticos.

¿Llora por necesidad de afecto o angustia?

Los bebés también pueden llorar porque necesitan consuelo, cercanía o Según Noah Schwartz, este tipo de llanto no debe interpretarse como una “manipulación”, ya que durante los primeros meses los bebés no cuentan con esa capacidad: lloran para expresar una necesidad genuina.

“Sostenerlos o calmarlos no los “malcría”, sino que fortalece el vínculo afectivo y les brinda seguridad”, enfatizó.

Para diferenciarlo de otras causas de llanto, el pediatra indicó que, este suele presentarse en momentos específicos —como al quedarse solos o al separarse de una — y suele calmarse cuando el cuidador está presente.

Aunque en algunos casos se puede dejar llorar brevemente al bebé para ver si logra calmarse solo, ignorar sistemáticamente su llanto puede ser contraproducente.

Los bebés necesitan saber que sus señales son escuchadas. Si esto no ocurre, se activa su sistema de , aumentando los niveles de cortisol y adrenalina. Esto puede traducirse en un niño más irritable, inseguro o con dificultades para relacionarse socialmente. A largo plazo, esto puede afectar significativamente su seguridad emocional y el desarrollo del vínculo con sus cuidadores”, recalcó el doctor Olivera.

¿Qué otros factores pueden causar llanto?

Además de las necesidades básicas previamente mencionadas, existen otros factores menos evidentes que también pueden desencadenar el llanto en los bebés.

Según Ángel Samanez, molestias como un pañal sucio, el exceso de abrigo, luces, ruidos intensos, la sobreestimulación, o incluso un ambiente familiar tenso pueden incomodar al bebé y hacer que llore.

No todo llanto es por hambre o dolor: a veces solo busca consuelo y cercanía. Calmarlo en brazos no lo malcría, fortalece el vínculo y le da seguridad emocional.
No todo llanto es por hambre o dolor: a veces solo busca consuelo y cercanía. Calmarlo en brazos no lo malcría, fortalece el vínculo y le da seguridad emocional.

Estas causas no siempre son fáciles de identificar, pero es importante tenerlas en cuenta al momento de consolar al niño.

Por otro lado, el pediatra de Clínica Internacional mencionó que, algunos tipos de llanto podrían ser motivo de preocupación. “Si el llanto es muy agudo, diferente al habitual, no se calma con nada, viene acompañado de fiebre, vómitos, irritabilidad, dificultad para respirar o rechazo al pecho, es fundamental acudir al pediatra de inmediato, ya que podría indicar un problema de salud más serio”.

¿Qué puedes hacer cuando tu bebé no se calma?

Los pediatras sugirieron las siguientes técnicas y recursos:

  • Cargar al bebé en brazos o practicar el contacto piel con piel (como el porteo), lo ayuda a sentirse seguro y acompañado.
  • Mecerlo suavemente en brazos, en una mecedora o mientras caminas.
  • Usar sonidos rítmicos o relajantes, como ruido blanco, ventiladores o música suave (especialmente si la escuchaba en el embarazo).
  • Pasearlo en o en brazos, incluso salir a dar una vuelta puede ayudar a cambiar el ambiente.
  • Ofrecer el pecho como consuelo, aunque no parezca tener hambre.
  • Dar un baño tibio, que puede relajar su cuerpo y calmarlo.
  • Cantarle suavemente o hablarle con tono tranquilo.
  • Evitar la sobreestimulación y procurar un entorno sereno y silencioso.
  • Hacerle masajes suaves en la espalda o el abdomen.
  • Cambiar de entorno si el lugar está generando incomodidad (demasiado calor, ruido o luz).

¿Cómo puedes aprender a interpretar el llanto?

Interpretar el llanto de un bebé no es algo que se aprenda de inmediato; requiere tiempo, práctica y, sobre todo, mucha observación. De acuerdo con el especialista de Cleveland Clinic, los padres comienzan a reconocer ciertos patrones con la convivencia diaria: si el llanto aparece tras varias horas sin comer, si coincide con señales de sueño o si se calma con el contacto físico.

Aunque al principio todo resulte confuso, los cuidadores desarrollan progresivamente una mayor comprensión de lo que su bebé necesita, simplemente prestando atención a su comportamiento y ritmo diario. “Sin duda, un elemento clave es observar el contexto y las señales físicas para identificar correctamente la causa principal”, agregó Schwartz.

De manera complementaria, Wilfredo Ingar subrayó que con el tiempo los padres aprenden a reconocer no solo los patrones, sino también el tono, la intensidad y los gestos que acompañan cada tipo de malestar.

A muchos padres les pasa: sienten angustia, dudas o incluso culpa cuando su bebé llora con frecuencia. Pero es importante recordar que el llanto es una forma normal de comunicación y no siempre tiene una causa específica.

Si ya han atendido sus necesidades básicas y el llanto persiste, tomarse una breve pausa —dejándolo en un lugar seguro— para respirar y calmarse también es parte del proceso.

, sino una forma fundamental de cuidar mejor. En la , más que certezas constantes, se necesita paciencia, conexión y mucha ternura, incluso en los días más difíciles”, concluyó Noah Schwartz.

Contenido sugerido

Contenido GEC