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Bar Queirolo: la historia de una disputa legal familiar que se extendió por una década y acabó con el cambio de nombre
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Un ícono del Centro de Lima, conocido durante décadas como el “Bar Queirolo”, anunció recientemente su cambio de nombre a “El Emblemático Q de Lima” tras una extensa disputa legal con otra empresa de origen familiar común, pero que funciona de manera independiente desde hace décadas. La ganadora del litigio fue la Antigua Taberna Queirolo, ubicada en Pueblo Libre, que sí contaba con el registro oficial de la marca. El caso ha generado interés sobre los requisitos legales para ostentar en exclusividad el nombre de una marca.
El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) resolvió que el establecimiento del Cercado, ubicado en el cruce de los jirones Quilca y Camaná, ya no podrá utilizar el apellido que lo identifica en la memoria colectiva de varias generaciones de limeños y turistas, en favor de su contraparte de Pueblo Libre.
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La Resolución 1134-2017/SPI de la Sala Especializada en Propiedad Intelectual estableció un fallo previo a favor de la Antigua Taberna Queirolo S.A.C., fundada en 1880 y titular de la marca registrada “Antigua Taberna Queirolo” para servicios de restaurante y bar. La sentencia, ya en ejecución, motivó el cambio de nombre en toda la identidad gráfica y comercial del local del Centro de Lima.

El conflicto se remonta a la coexistencia de dos ramas empresariales de la familia Queirolo. Aunque ambas nacieron de un mismo tronco, hoy se gestionan como entidades jurídicas y comerciales separadas, con operaciones independientes en distintos distritos de Lima. Mientras la Antigua Taberna Queirolo S.A.C. opera en Pueblo Libre, la Bodega Queirolo S.A.C. desarrolló su actividad en el Centro de Lima y más tarde abrió locales en Surquillo.
Antecedentes
El proceso legal se inició en marzo de 2015, cuando la Antigua Taberna Queirolo S.A.C. solicitó la intervención de Indecopi. Presentó una denuncia por infracción a los derechos de propiedad industrial y actos de competencia desleal, además de medidas cautelares para impedir que la empresa del Centro continuara utilizando las denominaciones “Bodega Queirolo” y “Queirolo” en la promoción y venta de servicios gastronómicos y bebidas alcohólicas.
Tras una inspección, Indecopi verificó el uso de dichas denominaciones en carteles, cartas, boletas y material promocional. En consecuencia, la Secretaría Técnica de la Comisión de Signos Distintivos ordenó el cese inmediato de su empleo para evitar confusión en los consumidores.
En su defensa, la Bodega Queirolo S.A.C. alegó un uso legítimo e histórico del nombre, respaldado con comprobantes de pago y testimonios. Además, resaltó su rol como punto de referencia gastronómica, cultural y social en el Centro de Lima, argumentando anterioridad frente al registro marcario de su contraparte en Pueblo Libre.

Por su parte, la Antigua Taberna Queirolo S.A.C. sostuvo que el uso del nombre del local del Centro generaba confusión y vulneraba su derecho de exclusividad, configurando así un acto de competencia desleal.
Tras revisar los expedientes, la Comisión de Signos Distintivos concluyó que, aunque ambas empresas compartían vínculos familiares y habían coexistido durante décadas en el rubro gastronómico limeño, la protección legal corresponde a quien posee el registro vigente de la marca.
La resolución incluyó también una sanción económica: se impuso a la Bodega Queirolo S.A.C. una multa de 2 Unidades Impositivas Tributarias (UIT) y se prohibió de manera definitiva el uso de “Queirolo” y sus variantes.
En 2023, el Tribunal de Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual se pronunció nuevamente mediante la Resolución N.° 0885-2023/TPI-INDECOPI, aumentando la multa a 6 UIT al declarar fundado un procedimiento sancionador contra la Bodega Queirolo S.A.C., que incumplió la prohibición de usar el nombre durante varios años.

Actualmente, la Antigua Taberna Queirolo sigue operando en Pueblo Libre, donde fue fundada en 1880, consolidada como un referente del pisco y la gastronomía peruana. En paralelo, el local del Cercado de Lima adoptó la nueva denominación “El Emblemático Q de Lima”, con la obligación de no volver a utilizar el apellido que originó la controversia.
Análisis
En entrevista con El Comercio, el abogado especialista en propiedad intelectual de marcas y socio de Coetic Consultores, Darío Morales Herrera, explicó que en la legislación se deben considerar dos figuras. En primer lugar, el concepto de marca, que surge a partir de su registro. “Si el nombre no estaba registrado antes, entonces en teoría no existía para la normativa”, señaló.
En segundo lugar, habló del concepto de nombre comercial, el cual existe desde el momento en que se empieza a usar. “Sin embargo, Indecopi siempre le da prioridad a la marca; si esta está registrada, nadie puede impedir su uso. El Indecopi no hará un análisis en base al nivel de recordación que tenga la gente sobre un nombre comercial, lo que le importa es si fue registrado”, agregó.
Morales cuestionó este enfoque. “El Indecopi tiene una postura que considero errónea. Si un nombre comercial ya existía con anterioridad al registro de la marca, o si dos nombres comerciales coexistieron durante décadas en el mercado peruano, lo que debería hacer Indecopi no es simplemente otorgarle todo el valor al que registró primero. Una salida sería aceptar que el local de Pueblo Libre tiene la marca, pero que, dado que el del Centro cuenta con un nombre comercial tan longevo e histórico, pueda seguir utilizándolo dentro de un área restringida, es decir, el local donde se encuentra”, sostuvo.

El especialista recomendó a las pequeñas y grandes empresas registrar su marca lo antes posible y, como defensa adicional, conservar facturas y documentos que acrediten el uso histórico de un nombre comercial.
Por su parte, la abogada especialista en derecho de propiedad intelectual Claudia Espinoza señaló que este caso se sustenta en la Decisión 486 del Régimen Común de la Propiedad Industrial, que establece que el registro de una marca otorga un derecho de exclusividad con alcance nacional. Por ello, la marca inscrita en Indecopi tiene mayor fuerza jurídica en todo el país.
“Además, contamos con los criterios adoptados en el Perú por la Sala Especializada en Propiedad Intelectual del Indecopi. Es importante resaltar que el peso histórico de un nombre comercial no sustituye al valor del registro de una marca. Como alternativa, ambas empresas podrían llegar a un acuerdo y firmar un llamado acuerdo de coexistencia marcaria, en el que se establezcan límites claros”, precisó.
La experta concluyó que, una vez registrada la marca, es indispensable renovar el registro cada diez años para mantener la protección.

Pronunciamiento de Indecopi
Ronald Gastello Zárate, secretario técnico de la Comisión de Signos Distintivos del Indecopi, explicó a El Comercio que esta controversia se remonta a 2015, cuando el local de Pueblo Libre presentó una denuncia contra el del Centro de Lima por infracción a los derechos de marca. “Finalmente, se le dio la razón, se declaró fundado su pedido y se impuso una sanción a la otra empresa con una multa de 2 UIT y la prohibición del uso del nombre. Todo esto ocurrió hasta el año 2017”, señaló.
“Dos años después, en 2019, volvió a denunciar ante Indecopi al advertir que no se estaba cumpliendo lo dispuesto anteriormente. Por ello, se volvió a sancionar al bar en cuestión. Y, por si fuera poco, en febrero de este año se reportó la persistencia del incumplimiento y se inició un nuevo proceso administrativo”, informó.
El especialista indicó que la empresa sancionada presentó alegatos vinculados a la antigüedad del uso del nombre comercial, pero lo que prevaleció fue el registro de la marca por parte de la taberna de Pueblo Libre. “Nuestra legislación establece que la propiedad sobre una marca se adquiere a partir de su registro. Por eso es necesario registrar la marca para poder afirmar que uno es dueño de ella. No basta con diseñarla estéticamente o publicitarla, también hay que seguir estos procesos”, precisó.
El Comercio se contactó con trabajadores e integrantes de la familia Queirolo, pero señalaron que no brindarían comentarios al respecto.












