A Pablo lo mataron de un disparo en la cabeza mientras almorzaba con su familia en una cevichería de Carabayllo, el pasado 18 de setiembre. Tenía 39 años y era ingeniero minero. Lo poco que se conoció horas después de su crimen es que contaba con antecedentes policiales y que los sicarios que lo interceptaron llegaron solo 10 minutos después que él al restaurante. Detrás de su asesinato está la organización criminal llamada ‘Los Temibles de Ancón’, conformada por avezados delincuentes y al menos dos policías. Uno de ellos, alias ‘Comandante’, de la comisaría de Puente Piedra, habría brindado la información necesaria para matarlo.
'Los Temibles de Ancón'
La madrugada del jueves, la Fiscalía Provincial Corporativa Especializada Contra la Criminalidad Organizada - Equipo 3 y la División de Investigación de Crimen Organizado de la Dirincri realizaron un operativo en la zona norte de Lima, resultando en la captura de 13 presuntos integrantes de la organización criminal que mató a Pablo y afectó a varias personas. Durante el operativo, también se allanaron 25 inmuebles, incluyendo la sede policial de la Brigada Especial Contra el Crimen de Lima Norte, en San Martín de Porres.
El fiscal superior Jorge Wayner Chávez Cotrina, coordinador nacional de las Fiscalías Especializadas contra la Criminalidad Organizada, informó a El Comercio que ‘Los Temibles de Ancón’ se dedicaban a los delitos de sicariato, extorsión y usurpación agravada. Además, precisó que el líder fue identificado como David Kenyo Espinoza Osorio, de 32 años. Este sujeto, también conocido como ‘Cholo David’, fue capturado previamente a finales de abril de este año por la Brigada Especial Contra la Criminalidad de Lima Norte; sin embargo, luego fue liberado.
El pasado jueves se detuvo a el ‘Cholo David’ y a otras 12 personas que responden a los siguientes nombres: Julio Salvador Alarcón (42), (a) ‘Julio’, Brayan Javier Segura Manuel (19), (a) ‘Brayan’, José Alfredo Salazar Lucero (23), (a) ‘Pelacho’, Elmer Neyson Suxe León (27), (a) ‘Chemy’, Edinson Capa Oyola (27), (a) ‘Capita’, Shuver Emerzon Rondoño Huerta (31), (a) ‘Ñato’, Jhan Paul Tejeda Mejía (33), (a) ‘Conejo’, Yohnny Ricardo Calderón Chavelón (50), (a) ‘Chavelón’, Jorge Luis Oliva Estrada (37), (a) ‘Coco’, Filder Atanacio Aróstegui (42), (a) ‘Atanacio’, Carlos Navarro Enriquez (56), (a) ‘El Comandante’ y Gabriel Mendoza Jara (36).
Para obtener los terrenos, la organización criminal primero escogían cuáles les convendría. Una vez determinados sus blancos, procedían a extorsionar a los dirigentes o directivos de las asociaciones asentadas en los terrenos. A ellos des exigían la entrega de lotes para no atacarlos. Si no acataban a sus pedidos, el líder de la banda disponía que se inicie un seguimiento minucioso para asesinar a quienes no se ajustaban a sus “reglas”. En esta actividad también habrían participado policías a cambio de sumas de dinero, según información fiscal a la que accedió El Comercio.
“Estas personas se acercaban a los propietarios de terrenos y exigían su entrega. Cuando no estaban dispuestos, los amenazaban. Si no estaban de acuerdo con eso simplemente los asesinaban”, declaró el fiscal superior Jorge Chávez Cotrina a El Comercio.
En tanto, el jefe de la División de Investigación de Crimen Organizado, el coronel PNP Héctor Raúl Quinteros López, indicó a este Diario que la organización operaba en terrenos previamente usurpados por otros dirigentes o bandas delictivas. “Ofrecían falsa seguridad a estos asentamientos humanos, asociaciones que iban formando. Les cobraban cupos a todos los ocupantes. Si es que no hacían caso a sus pedidos, los amenazaban con matarlos”, señaló.
Sobre la detención del policía en retiro que trabajaba en la Comisaría de Puente Piedra, Carlos Navarro Enriquez (56), (a) ‘El Comandante, el coronel PNP Quinteros declaró que las investigaciones sobre sus acciones están en pleno desarrollo. “Vamos a continuar con la lectura de los teléfonos para sacar más información y poder ver si es que hay otros policías involucrados. De haberlos, se realizará una investigación objetiva para establecer cuál es la situación de cada uno de ellos”, concluyó.
Los criminales operaban en distritos como Ancón, Ventanilla, Puente Piedra y Santa Rosa. Durante el operativo de la madrugada, se incautó una escopeta, una pistola, dos cargadores de fusil, uno de pistola y cuatro municiones de fusil. Este grupo delictivo está implicado en al menos siete casos de homicidio. Asimismo se le atribuye cuatro conspiraciones para cometer asesinatos, dos intentos de homicidio, tres casos de usurpación agravada y numerosas extorsiones.
El crimen de Pablo y la vinculación con los malos policías
El tres de abril de este año, Pablo recibió una llamada. Al otro lado del teléfono estaba un policía. Presuntamente se trataba de un sujeto conocido como ‘El Comandante’. Él le habría exigido dinero para dejarlo lotizar un terreno que tenía en la zona en la zona de Zapallal, Puente Piedra. Carlos Navarro era el que aparentemente dirigió esa llamada, pudo constatar este Diario con documentación fiscal. En ella también le habría dicho que tenía conocidos suficientes en la Comisaría de Zapallal para garantizarle seguridad y tranquilidad. Según información brindada por la fiscalía, el efectivo que actualmente está detenido en la Dirincri, hace un mes fue dado de baja en la policía, pasando al retiro.
Esa comunicación cambió el destino de Pablo. Él no quiso negociar y denunció el hecho, acción que le costaría la vida más adelante. Había firmado una disputa con la banda. Ellos decidieron seguir con su modus operandi usual, tocaba atacar.
En junio, dos meses después, un grupo de la organización criminal se reunió para coordinar cómo usurparían el terreno del sujeto. Ahí también habría llegado alias ‘Tombo’, un policía de la Comisaría de Puente Piedra que también colaboraba con ellos. Él fue identificado como Henrry Sisfredo Eras Montoya, quien en la actualidad cumple con una condena de 12 años y cuatro meses por encubrir a dos detenidos, pero esa es otra historia.
En esa presunta reunión, ‘Tombo’ se vio con ‘Julio’, el lugarteniente del ‘Cholo David’ y conversaron. Este último le habría entregado S/3.000 para que garantice presencia policial el día que realizarían la usurpación del terreno de Pablo en Zapallal. El 15 de junio de este año, el cabecilla de la banda y sus cómplices usurparon el terreno, pero solo por unas horas porque luego fue recuperado.
Nada parecía derrotar a Pablo, solo faltaba matarlo. El ‘Cholo David’ habría convocado nuevamente a sus cómplices, incluyendo a ‘El Comandante’. El 19 de junio, ‘Julio’ ya tenía la información exacta acerca de dónde vivía Pablo porque la consiguió aparentemente a través de ‘El Comandante’. Por eso le habría pagado, pero la operación aún no terminaba.
A los pocos días, el ‘Cholo David’ llegó hasta los exteriores de la Comisaría de Puente Piedra, acompañado de su lugarteniente ‘Julio’ para presuntamente coordinar, junto con ‘El Comandante’ y otros integrantes, cómo asesinar a Pablo y así tomar el terreno que no quiso entregar con la negociación inicial.
‘El Comandante’ habría solicitado S/10.000 para ejecutar el asesinato, pero fue rechazado por los integrantes de la banda. En cambio, ofrecieron S/8.000 para que “centrara” a la víctima y los sicarios del grupo lo maten. Al parecer, según la investigación fiscal, así sucedió el hecho de sangre dentro de la cevichería de Carabayllo.
‘Tombo’ y ‘El Comandante’, no serían los únicos efectivos que fueron cercanos a el ‘Cholo David’. La investigación fiscal también tiene en la mira a la Brigada Especial Contra la Criminalidad de Lima Norte, la cual fue allanada durante el operativo realizado el jueves. Se presume que ahí un grupo de policías le habrían ofrecido apoyarlo con la detención de su rival a cambio de dinero.
El líder de la organización, David Kenyo Espinoza Osorio, de 32 años, conocido como ‘Cholo David’, había sido detenido previamente en abril por la Brigada Especial Contra la Criminalidad de Lima Norte, donde se le incautó un fusil y una granada. Sin embargo, tras el pago de presuntos sobornos, estos objetos fueron devueltos, permitiendo su liberación, según informó la Fiscalía.
El Comercio accedió a documentación policial sobre el caso del fusil. Este fue analizado por la Unidad de Criminalística de la Dirincri. Ahí se determinó que se trataba de una réplica que lanzaba municiones de hidrogel y funcionaba a pilas. Por otro lado, según información fiscal, la granada hallada al detenido era de uso exclusivo de las fuerzas del orden como el Ejercito del Perú, Marina de Guerra del Perú, Fuerza Aérea del Perú y la Policía Nacional del Perú.
En la actualidad los detenidos permanecen en las instalaciones de la Dirincri donde se realizan las diligencias pertinentes con la Fiscalía de la Nación.