
Una pantalla de siete metros de alto por seis de ancho se infla en medio de Miaria, una comunidad nativa de Yine, ubicada a pocos metros del río Urubamba, en la provincia de La Convención (Cusco). Entre las pequeñas casas construidas sobre troncos y techadas con calaminas y hojas de palmera, cerca de 350 personas (de una población de casi 600), se sientan a esperar en completo silencio la función.
Miaria no ha sido la única parada de la enorme pantalla inflable. Comunidades quechuahablantes en Ayacucho y Áncash, asháninkas en Junín, matsiguenkas y yines en la zona del Bajo Urubamba (Cusco) y afroperuanas en Piura, además de diversos asentamientos humanos en Lima, han podido vivir y disfrutar –muchos por primera vez– la magia del cine.
El colectivo La Combi – Arte Rodante no solo se encarga de inflar la pantalla y llevar películas a peregrinar por todo el país. “Como parte de nuestros programas sociales nos dedicamos a recuperar los espacios públicos a través de la instalación de cines al aire libre, que son acompañados de talleres audiovisuales de documental, animación y gestión de cines comunitarios”, explica Carolina Martin, periodista y socia fundadora de La Combi-Arte Rodante junto a Beatriz Nicasio y Teresa Castillo, ambas comunicadoras audiovisuales. Las tres nacieron en España y llegaron a Lima hace más de 10 años. La gira en Lima y Callao comienza el 9 de junio y va hasta el 17 de julio
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