
Escucha la noticia
“Nos preocupa cómo se desprestigia lo hispano y el español con Donald Trump”
Resumen generado por Inteligencia Artificial
Accede a esta función exclusiva
Resume las noticias y mantente informado sin interrupciones.
Arequipa ya está lista. Luego de la cancelación del Congreso de la Lengua Española del 2023, debido a la combustión política que afectó al país por entonces, este año la Ciudad Blanca por fin será sede de la décima edición del importante evento. Ayer se realizó su lanzamiento oficial, con presencia de diversas autoridades, y entre ellas estuvo el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, quien conversó con El Comercio.
Cuando más de una vez le han consultado sobre el estado actual del español, usted ha respondido que debemos tomarlo “con orgullo, pero sin autocomplacencia”. ¿Por qué?
Porque es verdad que el español es un idioma importante, el segundo del mundo en hablantes nativos. Pero siempre me conviene repetir que la fuerza de una lengua no solo está conformada por la literatura. No solo es la lengua de Cervantes, de García Márquez o de Vargas Llosa, sino que al mismo tiempo la transformación tecnológica y la investigación científica ocupan un lugar muy importante. Ahí es que yo digo que no debemos caer en la autocomplacencia, pues debemos seguir apostando por la investigación científica y la transformación tecnológica para ocupar un espacio en la realidad del mundo actual en el que vivimos.
¿Cuál diría que es, hoy, la principal amenaza contra nuestro idioma?
Lo que me preocupa en este momento es que las lenguas como espacio de entendimiento y conocimiento pueden convertirse también en un espacio de mentira y de manipulación. Vivimos en un momento en el que las lenguas que son comunicación, que nos hacen seres humanos, se están utilizando mucho para romper la comunicación y para generar bulos, mentiras, etc. Hay un poder muy agresivo de las redes sociales que juega con el ser humano, y que apuesta por el fanatismo, por la mentira, por encerrar en sus propias identidades a los seres humanos, y por romper la posibilidad de comunicación. Yo creo que en un mundo globalizado como el que habitamos, la interculturalidad y la multiculturalidad son muy importantes. Y conocernos a nosotros mismos debe significar también reconocer a los otros. Es triste vivir en dinámicas que, más que ser multiculturales, están inventando nuevas formas de autoritarismo, de dominio, de manipulación. Ese es el peligro que ahora sufrimos en la sociedad: nos convertimos en comunidad a través del idioma, pero las palabras pueden servir para entenderse o para engañar.

Uno de los ejes de este Congreso de la Lengua será el lenguaje claro, en referencia, por ejemplo, al lenguaje que deberían ofrecer los políticos a la gente. ¿No le parece que, por el contrario, la clase política apuesta más que nunca por un lenguaje sumamente pobre y nocivo?
Creo que el lenguaje claro es una de las reivindicaciones que más tiene que ver con el pensamiento sobre la democracia y sobre nuestra convivencia. La democracia se vale mucho del diálogo, el entendimiento y la cercanía que puede haber entre una institución y la ciudadanía, o entre el conocimiento médico y la ciudadanía. Pero es verdad que muchas veces no existe ese lenguaje claro y se utiliza una terminología muy oscura, que no ayuda a comprender el conocimiento, o que rebaja con mucha frecuencia también el entendimiento y la reflexión política. En el sentido que tú me planteas, yo veo dos peligros. Primero, que estamos en un momento en el que la política a veces se olvida de la cortesía verbal para pasar al insulto, a la agresividad. No es lo mismo tener un adversario que tener un enemigo, y no es lo mismo tener una opinión que creerse en la posición única de la verdad. Eso muchas veces infecta el debate político. Segundo, hay también una reflexión que hacer sobre lo que cabe en las palabras. Al hablar de multiculturalidad, yo he hablado de identidad, que puede ser el reconocimiento de la importancia de nuestra propia experiencia. Pero también hay mecanismos que hacen de la identidad algo cerrado, que considera que solo puede defenderse considerando a los demás como una amenaza. Eso acaba convirtiéndose en un discurso de odio frente a los otros. Hay discursos ideológicos muy populistas y demagógicos, que utilizan el lenguaje de una manera muy agresiva. Por ejemplo, desde el Instituto Cervantes estamos muy preocupados con la manera en que se está intentando desprestigiar lo hispano y el español, como lengua y como cultura, en la sociedad norteamericana ahora con Donald Trump. Hasta el punto que se avergüenza a un niño de hablar español. Por eso a mí me parece que es muy importante reivindicar la riqueza cultural, el bilingüismo, y no considerar a los demás como enemigos, teniendo una idea fanática de la propia identidad, del propio yo.
Acabo de ver un video de Trump “elogiando” al presidente de Liberia por hablar muy bien el inglés. Lo felicitaba y le preguntaba dónde había aprendido a hablarlo. ¡No sabía que Liberia es un país anglófono!
Pues imagínate tú, por ejemplo, si yo felicitase a alguien en Perú por hablar bien el español ¿no? Sería ridículo. Los españoles solo somos el 9% de los hablantes de un idioma que tiene 500 millones de hablantes nativos y 100 millones más de gente que ha aprendido el español. Eso significa que tenemos que apostar por la idea de que nadie es dueño del idioma, y que la unidad se consigue a través del conocimiento del otro, y del respeto a la diversidad. No se habla el mismo español en España que en México o en el Perú. Y en el Perú no se habla igual el español en Arequipa, en Cusco o en Lima. No es que unos hablen bien y otros mal, sino que la diversidad a lo largo de los kilómetros y de los hablantes es una de las características de una lengua mayoritaria.
Por eso en el Congreso se hablará también del mestizaje y las transferencias entre el español y las lenguas originarias americanas.
Me interesa mucho que se le preste especial atención al mestizaje porque el hecho de que el español sea una lengua mayoritaria no significa que sea una lengua hegemónica, que busque borrar a las demás lenguas. No tendría ningún sentido que un español quisiera borrar el catalán o el gallego, que son lenguas españolas. A mí me parece que la convivencia a lo largo de la historia entre las lenguas originarias y el español también ha sido muy importante y es una fuente de riqueza.
¿Y ya identificó algo especial del español de Arequipa?
Bueno, a mí me llama mucho la atención la riqueza con que el idioma está relacionado con la realidad. Esta mañana, por ejemplo, al aterrizar en el aeropuerto de Arequipa, estábamos esperando un coche, y el responsable de venir a recogernos llamó al conductor y le dijo: “ya pueden venir, al toque”. Entendí que ese “al toque” era como una expresión de “lo más rápido posible” o “en este mismo momento”, pese a que en Salamanca nadie diría “venga al toque”. Es muy atractivo ver de qué manera esas expresiones populares enriquecen. Y lo que es estupendo es que esa diversidad sea una riqueza y no se convierta en un problema para romper la unidad de un idioma mediante el que podamos seguir entendiéndonos tantos millones de habitantes.
El X Congreso de la Lengua Española se celebrará del 14 al 17 de octubre en la Ciudad Blanca, y reunirá a más de 250 expertos del ámbito hispanohablante. Entre sus ejes de discusión están el mestizaje y la interculturalidad, el lenguaje claro y accesible, y la cultura digital y la IA.













