Fundador de GIT: “Es una época con demasiado WhatsApp y nada de rock and roll”

“Desde que vi por primera vez una batería me enamoré y ya estoy casado hace muchos años con ella”, dice entre risas Willy Iturri, un prócer del rock argentino que supo estar en el momento y el lugar correctos, con el talento preciso para convertirse en el baterista favorito de muchos de los grandes de la historia del rock en su país y Latinoamérica.

Pasado mañana vuelve a Lima con GIT para un concierto que, según asegura, más que el recuerdo, traerá de vuelta la energía de un rock que está más vivo que nunca.

—Hasta hace poco, cada uno de ustedes tres estaba inmerso en sus propios proyectos. ¿Cómo llegaron a organizar esta gira?
A principios de año llegué a Buenos Aires y tuvimos un almuerzo con los chicos y bueno, fue así, de pronto tuvimos ganas de tocar. Vimos que en el ensayo la química no se había perdido, porque suena increíble. De hecho, creo que suena hasta mejor que antes. Además, había mucha gente pidiéndonos por las redes sociales una serie de temas, así que aquí estamos. El show va a estar buenísimo, no se lo pueden perder.

—¿Cómo es la relación entre ustedes después de más de 30 años como banda y muchos más de amistad?
La relación como banda fue del 84 al 94. Luego, en una gira por Japón nos separamos; cada uno tenía ganas de hacer otras cosas, los chicos se dedicaban a producción en estudios y yo a ser solista. Estuve mucho tiempo viviendo en Chile, después en México y, como te dije, un día nos juntamos y dijimos: “¿Por qué no volvemos a tocar?”. Al hacerlo descubrimos que nos seguimos llevando muy bien, que la forma de tocar de cada uno siempre ha sido muy particular y que nos extrañábamos y divertíamos mucho en el escenario. Y cuando un artista se divierte en el escenario el público también lo hace.

—Pero en una entrevista con un medio chileno, hace unos dos años, dijo que era imposible una reunión de GIT ¿Qué cambió desde entonces?
Visteeee, ¡Que lo imposible es posible! [risas]. Y claro, hace dos años yo dije eso porque estaba de gira a full con mis músicos y en ese momento era totalmente imposible, lo que cambió fue que se hizo posible [risas].

—Más allá de la gira, ¿les ha pasado por la cabeza componer nuevas canciones, hacer un nuevo disco?
No, hacer un nuevo disco por ahora no. Siempre está la posibilidad, pero por ahora estamos todos centrados en hacer conciertos que suenen muy bien. De hecho, publicamos nuestros ensayos en nuestra página de Facebook, Gitenvivo, donde todos pueden ver cómo sonamos. Lo que sí, te doy una buena noticia: se van a reeditar en vinilo todos nuestros discos. En CD también y en formato digital. Es algo que me pone muy contento, porque yo los había perdido todos [risas].

—¿Por qué cree que se perdió la fuerza del movimiento del rock en español?
Los años 80 y 90 fueron una etapa impresionante del rock en español. De la generación del 2000 en adelante, por decirlo de alguna manera, a mí no me gusta nada, se perdió el rock y creo que, en ese sentido, los grupos de los 80 y 90 eran impresionantes. Soda Stereo, nosotros, Virus, los Enanitos Verdes, Miguel Mateos, que por suerte siguen tocando, y, bueno, ni hablar de Spinetta y Charly [García]. Todos fueron grupos con su propia identidad, sus propias canciones, que hacían muy bien las cosas y cada uno tenía una responsabilidad grande. Hoy no veo responsabilidad, veo un ‘tuluncancún’ como yo le digo [risas]. ¿Viste que todo suena así? ‘Tuluncancún, tuluncancún’ [más risas], son letras vacías y no me dicen nada. La verdad es que creo que es una época en la que hay demasiado WhatsApp y de rock and roll nada de nada.

— ¿Cómo era ser un rockstar en los años 80, con la locura y el exceso que eso podía conllevar?
Es lindo, porque a mí me siguió pasando desde ese día hasta la fecha. Aunque yo cumplí ya 18 años sin alcohol y sin drogas, evidentemente tuve excesos, y ellos por suerte me dejaron ver que la vida que estaba llevando no me gustaba, no sabía lo que era una mañana o una tarde y eso no es vida, era bastante angustiante. Evidentemente, tampoco podía crear ni tocar y cada día me sentía peor. La fama es linda y sigue estando ahí, pero con lo otro cada día estaba peor.

—“Es por amor” es uno de los temas más cantados de la historia del rock latino. ¿Qué siente al respecto?
Te cuento algo. Me fui a México y vi que hay un auto llamado Chevy Es por Amor, lo puedes buscar en Google. Eso te dice hasta dónde ha llegado ese tema. En la publicidad del auto suena la canción. Eso resume cuán inserta en el imaginario del rock latinoamericano está. Y no solo en México, también en Colombia, Ecuador, el Perú. El tema es verdaderamente muy amado en todos sitios.

—De los muchos músicos argentinos con los que grabó, ¿quién es el que más le impresionó?
La verdad es que me impresionaron todos. Tuve el honor de grabar con mucha gente: León Gieco, Gustavo Santaolalla, Raúl Porchetto. También fue un honor que la negra Mercedes Sosa me invitara a grabar a Sao Paulo con Milton Nascimento y, por supuesto, con el flaco [Charly García] querido hicimos cosas buenas, cosas lindas. Recuerdo cuando hicimos “Peluca telefónica”, para “Yendo de la cama al living”, del 82. ¡Mira qué grupito! Éramos Pedro Aznar, Spinetta, Charly y yo en la batería. Nos sentamos, tocamos y lo grabamos en la primera toma. Pero poco tiempo después, cuando la íbamos a tocar, Pedro me dijo: “¿Vos te acordás cómo empieza este tema?”. “¿Peluca telefónica? No, yo no tengo ni idea”, le dije. Y nadie más se acordaba nada [risas]. Tuvimos que ir al disco, escucharlo y sacar lo que habíamos grabado. Había sido inspiración pura. Con GIT la cosa era muy parecida.

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Ficha del entrevistado. 

Willy Iturri, músico y fundador de GIT 
​Nací en Buenos Aires en 1953. He sido baterista de la banda de Charly García en sus primeros discos. En 1984, junto a Pablo Guyot y Alfredo Toth, armamos GIT En 1994 nos separamos pero hoy estamos juntos nuevamente.