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Las oportunidades de Brasil en medio de la disputa con EE.UU.: “China sería una alternativa para Brasil, que es un gran abastecedor”
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En medio de la tensa relación con Estados Unidos y su amenaza de imposición de un 50% de aranceles, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha encontrado en sus pares de Chile, Colombia y España una foto con cierta tonalidad de respaldo político este lunes 21 en una reunión en Santiago.
Además, el gobierno brasileño también ha anunciado algunos “planes de contingencia” con los que espera hacer frente a las consecuencias económicas, en caso no sea fructífero el diálogo con Washington.
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Fernando Haddad, ministro de Hacienda y miembro del comité interministerial formado para responder a Estados Unidos, aseguró que el gobierno de Lula da Silva va a “insistir en la negociación comercial”.
Sin embargo, según la agencia AFP, no descarta la posibilidad de que no se llegue a ningún acuerdo con la gestión de Donald Trump.
En ese caso, indicó que evalúan poner en marcha “instrumentos de apoyo a los sectores” potencialmente afectados, si bien no dio detalles de estas medidas.
Un informe de France24 muestra las diferencias comerciales entre ambas balanzas comerciales. Por un lado, el petróleo es el principal producto brasileño exportado a Estados Unidos, además de aeronaves y maquinaria agrícola, café, carne de res y jugo de naranja. En tanto, los productos y servicios de origen estadounidense que van a Brasil alcanzan los 80.000 millones de dólares, apenas un 2% del total de sus exportaciones.

Jorge Chávez Mazuelos indica a El Comercio que el 12% de las exportaciones de Brasil van hacia Estados Unidos, por lo cual “el tema es hacia dónde se podría redirigir parte de esta producción”.
“China podría ser una alternativa ya que es el principal socio comercial de Brasil y hay productos que por los aranceles, pues, digamos, los productores estadounidenses no pueden enviar a China en términos competitivos: carne de cerdo, patas de pollo..., y Brasil es un gran abastecedor de esos productos: ese espacio que Estados Unidos pierde en China podría ser reemplazado por producción brasileña”, apunta el docente de la Academia Diplomática del Perú.
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El arancel del 50% impuesto por Estados Unidos entraría en vigor desde el 1 de agosto. Ambos estados tendrían que acomodar sus mercados, y los productos argentinos podrían ocupar el papel de Estados Unidos.
Lula y el espaldarazo
Pero la jornada de este lunes 21 no solo estuvo en Brasil.
El presidente chileno Gabriel Boric recibió al presidente Lula Da Silva, en una reunión con Pedro Sánchez, presidente del gobierno español; el mandatario de Uruguay, Yamando Orsi; y el jefe de Estado de Colombia, Gustavo Petro.
Desde el punto de vista diplomático también se trataría de una respuesta del presidente brasileño a Estados Unidos.

“Probablemente lo que busca Lula Da Silva es un espaldarazo político en un contexto de tensiones muy fuertes entre Estados Unidos y Brasil”, explica Chávez Mazuelos, recordando también que fue el gobernante brasileño uno de los creadores de la llamada Cumbre Progresista, en la que intervienen mandatarios de izquierda.
El grupo publicó una columna de opinión conjunta en la que apelaron a la defensa de la democracia como “el mejor camino para la paz y la cohesión social”. Abogaron también por “impulsar estrategias comunes en favor del multilateralismo, el desarrollo sostenible, la justicia social y los derechos humanos. ”Porque la democracia es frágil si no se cuida”, indicaron.
Aun así, a pesar de esta polémica reciente, en función a las relaciones internacionales Brasil ha sido un país cercano a Estados Unidos en la nueva configuración del orden mundial. Por ese motivo, Chávez Mazuelos no descarta que el diálogo pueda tener un buen resultado.
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“Él [Lula Da Silva] ha tratado de ejercer un liderazgo que abogue por la multipolaridad, pero ha tratado de hacer que los BRICS no se conviertan en un foro antiestadounidense o antioccidental. O sea, ha querido jugar ese rol de bisagra entre Estados Unidos y el mundo emergente. Yo creo que sí puede haber espacio para la interlocución”, remarca el especialista.
El problema estaría en el campo del discurso político.
¿Una cuestión política?
La reciente crisis entre la administración de Donald Trump y el gobierno de Lula Da Silva tiene un nombre: Jair Bolsonaro.
El líder republicano aseguró que el expresidente brasileño es víctima de una “caza de brujas” y exigió el cese de la “persecución”. Un pedido que no es gratuito pues ambos comparten una misma posición política.

Fue así como se justificó el arancel de 50%.
Pero Bolsonaro y Trump no solo comparten la posición política. El exmandatario brasileño es acusado por supuestamente orquestar un complot golpista para permanecer en el cargo a pesar de su derrota en las elecciones de fines del 2022.
El 8 de enero del 2023 los seguidores de Bolsonaro saquearon los principales edificios gubernamentales una semana después de que Lula asumiera el cargo, un hecho que recordó bastante el asalto al Capitolio, en Estados Unidos, dos años antes.
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Pero no solo Trump ha respondido con aranceles. Estados Unidos dispuso la revocación del visado del juez del Supremo Alexandre de Moraes, instructor del caso contra Bolsonaro.
Un informe de France24 señala que Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente brasileño, y apodado “el número 3″, habría presionado a las autoridades de Estados Unidos para que sancionen al juez De Moraes, quien investiga el presunto intento de golpe de Estado.
Eduardo Bolsonaro vive en Estados Unidos desde febrero. La cadena BBC informó que estuvo en un mitin y llamó a “rescatar la libertad y la democracia” de su país ante un auditorio repleto en el sur de Florida. Esto sucedió dos semanas antes del anuncio del 50% de arancel.
Mientras que ambas posturas políticas siguen en disputa, la población de Brasil aguarda con expectativa que llegue agosto, y saber si se concreta la guerra comercial.










