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Juan Claudio Lechín: “Evo Morales y sus aliados van a tratar de ilegitimar esta elección”
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Dos décadas después de que la izquierda liderada por Evo Morales llegara al poder, Bolivia celebra mañana unas elecciones históricas en las que, según las encuestas, el país votará por un giro a la derecha. De fondo se encuentra una severa crisis económica, pero también el desmoronamiento de un movimiento que pasó de dominar la política nacional a perder casi todo su caudal electoral.
La pelea entre Morales y su exaliado, el presidente Luis Arce, por el control del Movimiento al Socialismo (MAS) hundió aún más al gobierno, mientras que Morales, inhabilitado para postular y con una orden de aprehensión en su contra, sigue atrincherado en su bastión en el Chapare.
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El escritor y analista político boliviano Juan Claudio Lechín, para quien el MAS siempre fue un proyecto degradado, confía en que cualquiera de los candidatos de derecha que gane –los favoritos son el millonario Samuel Doria y el expresidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga– restablecerá el orden democrático en el país.
—Luego de una hegemonía de dos décadas, el MAS llega a estas elecciones casi desmantelado, mientras que los candidatos de oposición y hasta el voto nulo lideran las encuestas. ¿Llegó el turno de la derecha en Bolivia?
Ojalá. Y la palabra ‘ojalá’ tiene una connotación no irónica, sino de verdadera consternación. En los últimos 20 años en Bolivia el fraude ha sido una norma. El abuso y el atropello han sido una norma por parte de Morales y Arce, que han estado apoyados desde el principio por Cuba y Venezuela. De manera que los bolivianos estamos expectantes a ver de dónde viene el golpe fraudulento o antidemocrático. Porque tenemos conciencia de que el cartel de los soles, que se nutría en gran medida de la cocaína boliviana, no puede perder ese tipo de proveedor.

—¿Cuál es la herencia del MAS en Bolivia? ¿Cómo está el país?
Devastado económicamente y moralmente. Es el primer proyecto político en la historia de Bolivia que destruye el concepto de república. Con la destrucción de la república viene un estado plurinacional. Evo Morales tuvo superprecios de los minerales y del gas en los años alrededor del 2010 y los dilapidó totalmente. No hay hospitales, no hay vacunas. Ha arrinconado a la producción. Ha destruido unidades productivas muy importantes. Ha sido verdaderamente calamitoso. En el lado positivo, mucha gente ha querido rescatar la presencia indígena, pero la presencia indígena en Bolivia ha sido creciente desde la revolución de 1952, de tal manera que yo no veo que haya sido una contribución mayor.
—¿Fracasó el proyecto del MAS como movimiento reivindicativo de las clases populares?
No solamente ha fracasado. Es un proyecto degradado. No es un proyecto que se propone algo y no lo consigue. Su propuesta es falsa de origen. Vende un sueño, una ilusión. Cuando llega al poder, de lo que se preocupa la izquierda es de mantenerse en el poder. Por lo tanto, devasta a compañeros de ruta, amigos anteriores y al mismo pueblo. En Venezuela terminaron masacrando al mismo pueblo en beneficio del poder.
—El poder del MAS se diluyó en medio de peleas entre Morales y Arce, mientras el partido llega a los comicios sin un representante fuerte que alcanza con dificultad un 2% en las encuestas. ¿Se esperaba que el movimiento colapsara desde adentro?
Yo pienso que en esos modelos de poder, y es el caso que se evidencia en Bolivia, cuando uno de los rivales no elimina al otro, se produce una degradación del modelo político. Si vemos a la Unión Soviética, Stalin elimina a todos los demás y se queda con el monopolio del poder. En cambio, si en un país como Bolivia uno permite el surgimiento de Evo Morales o de otros pequeños líderes sectoriales, lo que inevitablemente va a suceder es la degradación del modelo. Y el triunfo de ninguno.
—¿Ve condiciones para la sustitución de Morales como líder político en la izquierda?
No. A pesar de que a Andrónico Rodríguez lo han preparado en Cuba, lo han formado en escuelas político-militares y viene de una estirpe política, porque su padre fue cocalero en el Chapare, no es un muchacho que tenga fluidez política.

—El propio Evo Morales lo ha criticado en la campaña…
En el caso de ellos, siempre hay que desconfiar. Parte de la naturaleza y de la técnica política del socialismo es el engaño. De tal manera que uno nunca sabe si verdaderamente la crítica es auténtica o está fabricada con algún fin.
—Morales quedó inhabilitado y no logró inscribir a su partido para estas elecciones. ¿Cuánto ha influido en esta campaña?
Muchísimo, y en contra. Porque en Bolivia Evo fue adorado cuando subió al poder, salvo por mí, que desde el principio fui un opositor e hice una huelga de hambre en contra. Yo lo conocía y sabía que era un truhán. Muchos creían en Morales y la decepción ha sido muy grande. Ese péndulo que vemos hoy está en gran medida producido por la decepción enorme con respecto de él.
—Morales ha llamado al voto nulo. ¿Qué nos diría de lo que está pasando en Bolivia si ese tipo de sufragio es mayoritario?
El voto nulo no representa absolutamente nada en términos de legalidad. Porque el voto nulo no mete ni un congresista, no coloca a nadie. No tiene un ministro porque no tiene representatividad. No sirve. Sin embargo, uno nunca sabe cómo Evo y sus aliados podrán utilizarlo en la propaganda para posicionar el voto nulo como proyecto político después de las elecciones. Pueden querer generar la percepción de que el voto nulo significó algo y dotarlo de significado.
—¿Qué podría venir para Morales y su proyecto político con un triunfo de la derecha?
Yo pienso que no le va a ir bien, a pesar de que los dos candidatos favoritos no tienen una fibra política, porque si tuvieran una fibra política clásica, tanto ‘Tuto’ Quiroga como Samuel Doria tendrían clara la importancia del desmontaje del MAS y de todo lo que significó el MAS en detrimento de Bolivia y por lo tanto de Evo Morales. Pero creo que ellos inclusive estarían tentados de perdonarle ciertas irregularidades como el narcotráfico probado en varias oportunidades. Pero Estados Unidos no. Instalado un gobierno de derecha, Estados Unidos va a tener una presencia en Bolivia, va a volver la DEA. Yo no creo que pasen por alto las muchas declaraciones de funcionarios militares y policiales que han declarado en Estados Unidos ante los servicios de inteligencia y al sistema judicial norteamericano sobre la participación de Evo Morales en el tráfico de drogas.
—¿Morales podría asumir el rol de líder de la oposición?
Pienso que él va a tener esa ensoñación. Lo conozco desde los años 80 y es de una soberbia sorprendente. Y el poder lo volvió más soberbio todavía. Si hay algo que él anhela profundamente es volver al poder y a tener esa impunidad de la que gozaba en el poder.
—Las encuestas anticipan una segunda vuelta entre Doria Medina y ‘Tuto’ Quiroga. Si bien ambos son de derecha, ¿qué diferenciaría a sus gobiernos?
Hay toda una pelea en Bolivia sobre quién es mejor y yo creo que es una pelea banal. De lo que se trata es de restablecer el orden democrático, la sucesión y alternabilidad de la democracia, el Estado de derecho, la transparencia. Cualquiera de los dos lo va a hacer. Ambos tendrán tareas muy difíciles en materia económica, lo cual les va a restar popularidad. Si yo fuera uno de ellos, preferiría que el otro gane para que el otro cargue con todas las políticas de ‘shock’.

—¿Qué país heredará el próximo presidente en cuanto a la unidad? En el Chapare protegen con uñas y dientes a Evo Morales, pese a que tiene una orden de aprehensión en su contra.
Yo creo que van a pasar muchos años antes de restablecer una Bolivia como la que era antes de que Evo Morales subiera al poder. Aunque a tropiezos, era un país en el que había la convicción de que nos encaminábamos hacia un mayor grado de transparencia, de incorporación de los sectores indígenas, había participación popular. Va a pasar mucho tiempo para reordenar el país. Sin embargo, creo que los pueblos, después de ser tontos, como lo ha sido el pueblo boliviano con la adoración insana a Evo Morales, cuando son inteligentes, son sumamente inteligentes y sumamente dinámicos. Y el pueblo boliviano, como el peruano, tiene una gran capacidad emprendedora, tiene una gran resiliencia que le va a permitir remontar muchos obstáculos en corto tiempo.
—Morales ha dicho que esta elección es una farsa. ¿Teme un movimiento de violencia alrededor de estos comicios?
Su pregunta viene con bola de cristal. Yo sí creo que ellos, y me refiero al modelo que Evo representa, apoyado por Cuba, Venezuela e Irán, van a ir con todos los infiltrados que tienen en el Estado, en los movimientos sociales y los violentistas que pagan el narcotráfico, van a intentar hacer un gobierno como el de Jeanine Áñez, al que descompusieron muy rápidamente. Ahora va a ser mucho más difícil, pero creo que van a tratar de ilegitimar esta elección.
—La izquierda boliviana fue referente para otras izquierdas de la región, pero hoy suma un 10% de apoyo. ¿Cree que pueda reorganizarse más allá de Morales y el MAS?
Todo depende de cómo se organiza la izquierda a escala global. Si a escala global la izquierda cumple dicho rol dentro de un sistema de libertades, es posible que Doria Medina, que se reclama socialdemócrata, pueda capitalizar esa izquierda. Pero si la izquierda continúa siendo un disfraz democrático que esconde la radicalidad, pienso que Bolivia va a estar vacunada contra esos discursos y esas tentaciones, por lo menos por un tiempo.
—También será una gran prueba para la derecha, que tiene la oportunidad de ganar el poder en Bolivia, pero también de perderlo, según su desempeño en el próximo gobierno…
Yo tengo la convicción de que la derecha en términos económicos siempre hace un excelente papel. El gran problema de la derecha es que juega con la mitad de las fichas. Solamente cree en la economía y la tecnología y desusa o malusa o cede todo lo demás en el ser humano. Cede el pensamiento, cede el arte, cede la literatura, cede la narrativa, cede la historia, cede la cosmovisión y se refugia en la economía y la tecnología. Entonces, si el capitalismo y la democracia no logran englobar los destinos humanos, los sueños, las debilidades, las visiones, siempre va a haber mesiánicos, tiranías o caudillos mesiánicos que tienten a la gente con cantos de sirena.
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