Después de casi 14 meses de enfrentamientos e intercambios de fuego, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció el martes que el gabinete de seguridad de su país aceptó un acuerdo de alto el fuego con Hezbolá de 60 días, pero advirtió que su duración dependerá “de lo que ocurra en Líbano”. Además, remarcó que “con el pleno entendimiento con Estados Unidos, mantenemos plena libertad de acción” contra la milicia chiita.
“Si Hezbolá viola el acuerdo y trata de rearmarse, atacaremos. Si trata de reconstruir la infraestructura terrorista cerca de la frontera, atacaremos. Si dispara un cohete, si cava un túnel, si trae un camión con misiles, atacaremos. Ante cualquier violación responderemos con la fuerza”, prometió Netanyahu en un discurso televisado.
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“Un buen acuerdo es aquel que se cumple, y lo haremos cumplir”, siguió.
El gabinete de seguridad estuvo reunido durante varias horas y Netanyahu anunció que votó a favor del compromiso de alto el fuego que fue propuesto por Estados Unidos.
Netanyahu arremetió contra los críticos del acuerdo que sostienen que Israel no podrá volver a luchar contra Hezbolá después de pactar un alto el fuego. Dijo que manifestaron lo mismo antes del acuerdo de intercambio de rehenes de una semana de duración en Gaza pactado el año pasado con Hamás.
En ese sentido, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, calificó el acuerdo de alto el fuego como “un error histórico”, pero no manifestó si su partido se retirará de la coalición de gobierno.
En las horas previas a la reunión del Gabinete, Israel llevó a cabo su ola más intensa de ataques en Beirut y sus suburbios del sur y emitió un número récord de advertencias de evacuación. Al menos 24 personas murieron en todo el país, según las autoridades locales.
El primer ministro israelí enumeró tres razones para aceptar el alto el fuego: la primera es centrarse en la amenaza iraní. La segunda es permitir que las tropas descansen y que se repongan los depósitos de armas, en alusión a la administración del presidente estadounidense Joe Biden, que ralentizó la entrega de material, y a su futuro reemplazante en la Casa Blanca Donald Trump. La tercera razón es desvincular los frentes norte y sur para aislar a Hamás en Gaza.
“Con Hezbolá fuera de escena, Hamás se queda solo en la campaña. Nuestra presión aumentará”, dijo Netanyahu.
Tras el mensaje de Netanyahu, el primer ministro libanés, Najib Mikati, pidió a la comunidad internacional “actuar rápidamente” para “aplicar de inmediato” el alto el fuego.
Desde el 8 de octubre de 2023, Hezbolá ataca casi a diario comunidades israelíes y puestos militares a lo largo de la frontera con Israel, que ha respondido con bombardeos. La milicia libanesa lo hace en apoyo a Hamás, que está en guerra en Gaza contra las fuerzas israelíes tras haber atacado Israel el 7 de octubre del 2023.
Hace dos meses, Israel y Hezbolá entraron en una guerra abierta, luego de que los israelíes hicieran detonar los beepers que usaba la milicia chiita para comunicarse. Además, Israel mató a los máximos comandantes de Hezbolá, incluido el líder máximo Hassan Nasrallah, e inició una operación terrestre en el sur del Líbano y efectuó bombardeos en Beirut y otras ciudades.
Los bombardeos israelíes en el Líbano han causado más de 3.500 muertos en el último año, así como el desplazamiento de 1,2 millones de personas. En Israel, 78 personas han muerto (47 de ellas civiles), mientras que unas 60.000 han sido desplazadas por el intercambio de fuego con Hezbolá.
Benjamin Netanyahu dijo que después
de más de un año de combates, “no es el mismo Hezbolá. Lo hemos hecho retroceder décadas”.
Por Carlos Novoa Shuña
Analista internacional especializado en temas del Medio Oriente
Es evidente que Hezbolá ha sido resquebrajado, casi anulado porque le han dejado prácticamente sin cúpula. Pero también hay que decir que Hezbolá es un grupo que no solo tiene un brazo armado que participa en los ataques, sino que también tiene una parte política de relativa importancia en el Líbano, aunque últimamente ha perdido fuerza, eso no se puede soslayar.
El acuerdo es, en teoría, favorable para los israelíes. Esto no debe sorprender, porque es parte de lo que recoge el vencedor de una guerra. Y si bien es cierto que no ha habido una ofensiva total, los ataques de Israel a Hezbolá han sido contundentes.
Ahora el otro tema pasa por Irán, que va a supervisar y va a estar pendiente de cómo hacer que este golpe no sea tan grande para Hezbolá. Nadie quiere ser visto como un derrotado, como un perdedor. Entonces, eso es otro factor a tener en cuenta.
El acuerdo también contempla que Israel tiene el derecho a responder militarmente si hay una violación del mismo. El pacto también habla de una zona desmilitarizada. Queda claro que Israel no quiere tener ningún tipo de restricción a su “derecho a defenderse” si es que ellos ven o creen que hay algo que le vaya camino a violar su seguridad. En ese caso, ellos van a responder de inmediato.
Este acuerdo va a servir para la imagen interna de Netanyahu, que otra vez está en problemas en Israel, porque debe empezar a responder ante la justicia por cargos que tenía pendientes. Él va a mostrar el pacto como un gran triunfo sobre Hezbolá.
Las claves del acuerdo de tres etapas
La prensa israelí y la estadounidense adelantaron detalles del acuerdo. En su primera etapa, este prevé una tregua de 60 días durante la cual Hezbolá y el ejército israelí se retirarán del sur del Líbano para permitir que las tropas libanesas y de la ONU se desplieguen en la zona.
Específicamente, Israel y Hezbolá acordaron un desarme del sur del Líbano en una fase inicial de 60 días, tiempo durante el cual las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se retirarán y la milicia libanesa se replegará al norte del río Litani, cumpliendo con la retirada de personal armado desde la Línea Azul que estipula la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, establecida tras la guerra del 2006.
Uno de los objetivos finales del acuerdo es el retorno seguro de los 60.000 residentes del norte de Israel.
En el área que será vaciada, el Ejército de Líbano desplegará miles de soldados. La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (FINUL), que es la misión de paz de la ONU en el país, participará en el despeje de la zona.
De acuerdo con el diario israelí Israel Hayom, tropas estadounidenses bajo el mando del Comando Central de los Estados Unidos (Centcom) supervisarán y coordinarán las relaciones entre las fuerzas armadas israelíes y las libanesas durante los primeros días del acuerdo.
El portal Ynet informó que los soldados libaneses y la FINUL tendrán la misión de “limpiar” la infraestructura de Hezbolá que las FDI no destruyeron en el área entre la frontera israelí y la línea acordada. Al finalizar el período de prueba, ellos se encargarán de hacer cumplir el acuerdo y evitar que Hezbolá vuelva a atrincherarse en la región.
También habrá presencia de tropas francesas en la labor de supervisión.
Además, las fuerzas de seguridad libanesas, en cooperación con la FPNUL, se encargarán del control de armamentos en todo el territorio libanés.
Según el acuerdo, el ejército libanés y el gobierno de Beirut serán los que tendrán que evitar el contrabando y la producción de armas destinadas a Hezbolá.
La segunda etapa prevé el retiro total de las tropas de Israel del sur del Líbano.
La agencia EFE indicó que el acuerdo también contempla la creación de un organismo internacional, que será encabezado por Estados Unidos, para supervisar el cumplimiento del alto el fuego, en el que también estarán implicados Reino Unido, Alemania, Francia, y previsiblemente un país árabe.
Como parte del acuerdo, Israel exige libertad para volver a atacar Líbano si se incumple lo pactado en tres supuestos: el rearme de Hezbolá, la preparación de un ataque contra territorio israelí o el retorno de los milicianos del grupo proiraní al sur del país.
De acuerdo con la prensa israelí, las FDI podrán atacar en caso de existir una amenaza inmediata para Israel, mientras que en el resto de casos será el comité internacional el responsable de determinar qué acción seguir.
La tercera etapa del acuerdo establece negociaciones entre Israel y el Líbano sobre la demarcación de su frontera, que en la actualidad es un límite fijado por la ONU tras la guerra del 2006.
La agencia EFE recordó que Israel ha asegurado que no pretende establecer una zona de amortiguación en el sur de Líbano.
Los activistas de Hezbolá capturados por las FDI durante la operación terrestre en el sur del Líbano no serían devueltos al Líbano, establece el acuerdo.