La sorpresa entre los vecinos de la cuadra dos de la calle Batallón Libres de Trujillo en Surco, fue total: De pronto, en marzo del 2012, la municipalidad les levantó las veredas y los dejó en badenes; un empedrado que priorizó el paso de vehículos y espantó a los peatones.
La única que no lucía desconcertada era la funcionaria del municipio de Surco, Ana del Carmen Mendoza, quien siguiendo las órdenes del alcalde, Roberto Gómez Baca, supervisaba ‘la obra’. Mendoza se había comunicado por teléfono con el supuesto general Howell, entonces jefe del C.C. FF.AA. y supuesto habitante de la casa frente a la cual se hacían los trabajos. A través del teléfono, ‘Howell’ le había solicitado que para hacer las remodelaciones siguiera las indicaciones del mayor del Ejército Gálvez Torres.
Dos años después, sentada frente a la Comisión López Meneses en el Congreso, Ana del Carmen Mendoza comprendió que el ‘mayor EP Gálvez Torres’ era en realidad Luis Sánchez Tacuri, el portero-mayordomo de Óscar López Meneses.
Sánchez Tacuri está en problemas: El suboficial PNP Miguel Saavedra también recibió órdenes suyas mientras usurpaba la identidad de un oficial del Ejército Peruano. Fue el 16 de agosto del 2013 cuando obedeciendo una indicación de su comando, el suboficial Saavedra llegó a bordo de su patrullero a la casa de López Meneses para, supuestamente, reforzar la seguridad del domicilio del almirante Cueto.
En el parte policial se lee con claridad que por órdenes del ‘coronel EP Gálvez Torres’ el patrullero debía ubicarse frente al número 281 de la calle Batallón Libres de Trujillo. ¿Por qué frente al 281 y no frente al 209, donde estaban asignadas las otras unidades que custodiaban la casa de López Meneses?
En agosto del 2013, el 281 fue alquilado por Francisco Miranda Briceño, primo de Pedro Pérez Miranda, conocido por policías y fiscales como ‘Peter Ferrari’, asiduo protagonista en investigaciones contra el narcotráfico y venta de oro ilegal. López Meneses hizo que un patrullero se apostara frente a esa ubicación: El 17 de octubre, ese patrullero reportó que de esa casa entraba y salía personal vestido con chalecos negros. Inmediatamente, la División de Seguridad Presidencial envió un oficio a la Oficina de Inteligencia de Seguridad del Estado requiriendo información.
“Se ha tomado nota sobre un posible funcionamiento de una empresa de seguridad en el 281 de Batallón Libres de Trujillo” dice el oficio número 2091-2013 y añade “El cual se encuentra colindante al colegio donde estudia el hijo del señor presidente de la República, pudiendo constituir un riesgo”. Y concluye pidiendo, con carácter de urgencia, un informe “A fin de dar cuenta al Despacho Presidencial”.
El informe fue realizado y enviado al Despacho Presidencial, con el sello de reservado, el 26 de octubre de 2013.
Si el presidente Humala y sus asesores en seguridad se preocuparon por la presencia de una empresa de seguridad en la casa vecina al nido de su hijito, por qué no se preocuparon por la proximidad de la casa de López Meneses, a la que tres metros más allá custodiaban ocho patrulleros.