(EFE.-) El espeleólogo Cecilio López-Tercero, que llegó anteayer a España tras ser rescatado en Perú en una cueva en la que permaneció atrapado 12 días, ha relatado hoy que estuvo a 400 metros de profundidad “mirando una misma piedra” durante días en condiciones climatológicas adversas y que fue medicado con morfina.
A pocas horas de haber sido dado de alta de la Clínica Cemtro de Madrid, donde fue atendido a su regreso a España, ha contado en una rueda de prensa celebrada en la Federación de Espeleología que atravesó una odisea durante los 12 días que permaneció inmovilizado en la cueva Intimachay -ubicada en una región del Amazonas- con una rotura vertebral y sin sentir sus piernas.
“Pasé días mirando una piedra que había en el techo”, ha comentado y ha dicho que, aunque no se desesperó, su “máxima ilusión” durante las casi dos semanas fue que “viniera alguien de arriba” a hablarle de algo, aunque lo que le contasen “fuera mentira”.
Fue atendido por un equipo de rescate, coordinado por la Federación de Espeleología de Madrid con ayuda de las fuerzas y cuerpos de seguridad de Perú, en el que sus compañeros hacían jornadas de hasta 18 horas para atenderle y cuidarle.
López-Tercero ha confesado que sabía que “iba a ser un rescate complicado” ya que la situación era grave al encontrarse en la cueva a “mucha profundidad” -400 metros- con una temperatura de 9 grados centígrados y una humedad que rozaba el 100 por ciento.
Estuvo arropado con una manta térmica en todo momento y a los pocos días fue elevado lentamente hasta los 300 metros por los equipos de rescate, pero no pudo recibir la medicación adecuada hasta el quinto, cuando un equipo de médico peruano acudió a la zona para atenderle y suministrarle morfina y mitigar así el insoportable dolor que padecía por la rotura de una vértebra lumbar.
El espeleólogo ha asegurado que la cueva en la que entró, junto con otros tres compañeros, era “la segunda mas profunda del Perú” con “potencial y riqueza arqueológica” y que por ello, tras estudiarla y valorarla el año pasado, decidió organizar una “expedición internacional” con expertos de Italia y Francia.
Sobre el operativo de rescate, ha considerado que la administración española reaccionó tarde y mal y ha dicho que “hubiera seguido en el fondo de la cueva” si no llega a recibir la ayuda del Gobierno peruano.
“Pensaba que algo iban hacer por mí, pero creo que ha hecho muy poco”, ha expresado López-Tercero en referencia a, según ha criticado, “los pocos medios” que cree que aportaron las administraciones españolas y a la tardanza en recibir respuestas tras la petición de ayuda de la federación madrileña de espeleología.
Antes de la intervención del espeleólogo, Agustín Rodríguez, coordinador técnico de la Federación Madrileña de Espeleología, ha afirmado que el rescate de López-Tercero ha sido el más complicado que han tenido que hacer hasta la fecha y probablemente, ha indicado, “uno de los más largos de la historia” de la espeleología.
Ha explicado que, tras ser informado del hecho, contactó inmediatamente con las administraciones españolas para organizar un rescate y que no obtuvo respuestas favorables ni medios, excepto por parte de delegación consular de España en Lima, que días después se sumó a la coordinación del operativo.
Rodríguez explicado que gran parte de la operación se financió con fondos de la federación y aportaciones anónimas y ha calculado que, en total, cerca de 50 expertos voluntarios españoles se desplazaron hasta la cavidad de la cueva de Intimachay, ubicada en una zona de difícil acceso en la amazonía peruana.