Debate: Héroes de la democracia, por Luciana León

Saldamos la deuda con nuestros héroes. Dos décadas pasaron y no es hasta hoy que como país rendimos un justo homenaje a los comandos que llevaron a cabo la operación Chavín de Huántar, que culminó con la liberación de 72 rehenes a manos de las huestes terroristas del MRTA, tras 126 días de producida la toma de la residencia del embajador de Japón.

Fue hasta aquel 22 de abril de 1997 donde se puso fin a los días de terror en que vivimos todos los peruanos, día en que nos mantuvimos más unidos que nunca, esperando la liberación de cada uno de los rehenes, quienes también cumplieron un rol fundamental durante el rescate.

Esa fue la última gran batalla para consolidar la paz y la democracia en el Perú. Fueron nuestros héroes los que lo lograron. Todos los peruanos esperábamos que por su valeroso accionar sean reconocidos y condecorados. Lastimosamente, la historia que siguió después del triunfo fue de persecución e indiferencia, pues poco o nada se hizo por ellos.

Somos un país de paradojas: Quiénes nos salvaron, exponiendo sus vidas en favor de la patria, fueron injustamente perseguidos, llegando incluso a ser denunciados a nivel internacional; pese a que dicha operación militar es reconocida no solo por el heroísmo de los comandos sino también por ser el mejor rescate de rehenes de la historia.

La ley que propone declarar “Héroes de la Democracia” a los comandos Chavín de Huántar, de mi autoría, ha sido aprobada por amplia mayoría en el Pleno del Congreso, dando un primer paso en la búsqueda del reconocimiento nacional a nuestros combatientes, que es lo que siempre merecieron.

Tenemos que asumir la responsabilidad que nos corresponde sobre este tema: Ahora está en manos del Ejecutivo publicar la norma de forma inmediata, cambiando la “cultura del olvido” por una de “reconocimiento a sus héroes”, que nos ayude a formar a la población, para que así conozcan nuestra historia y esta no se repita.

Enseñarle también a nuestra juventud que con los terroristas no se negocia ni se les victimiza. Mucho menos se les puede considerar presos políticos, expresiones que solo merecen el rechazo de todos los peruanos.

El ejemplo de valor y sacrificio de los comandos es el mejor legado para nuestros jóvenes que hoy siguen la carrera militar en el país. Puedo dar fe de ello desde mi condición de capitán de reserva del Ejército Peruano, conociendo la responsabilidad de llevar con honor el uniforme y estar siempre al servicio del país.

Ejemplos de lucha como la del coronel EP Juan Valer Sandoval y del capitán EP Raúl Jiménez Chávez, quienes entregaron sus vidas durante el operativo, no pueden quedar en el olvido. La verdadera justicia es reconocer a nuestros héroes, amar a nuestra patria y mantener, a través de la educación y respeto de nuestra historia, la paz en el Perú.

Por ello, hoy y siempre: ¡Honor y Gloria a nuestros comandos Chavín de Huántar!