Aunque el Perú sigue siendo un país mayoritariamente católico, el porcentaje de ciudadanos que no profesa ninguna religión ha crecido de forma notoria en la última década. Según el censo ejecutado el año pasado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), 1’180.361 de peruanos de 12 a más años afirmó no seguir ningún credo. Esta cifra es superior en un 94% a la reportada en el 2007, que fue de 608.434 personas.
De acuerdo a su religiosidad, los peruanos de 12 a más años se distribuyen así: el 76% son católicos, el 14,1% son evangélicos, el 4,8% tiene otro credo (lo que incluye a adventistas, testigos de Jehová, mormones, israelitas, budistas, musulmanes, entre otros) y el 5,1% dijo no tener religión. Este último segmento, que incorpora a los ateos, fue el que más aumentó en el periodo intercensal (es decir, entre el 2007 y el 2017). La proporción de católicos, en cambio, subió solo en 4% mientras que los evangélicos crecieron en 25,3% en esta década.
El censo del 2017 arroja varias luces sobre las características de los ateos y otros peruanos que no siguen religiones. Esta población, por ejemplo, es predominantemente urbana (85,5% vive en las ciudades) y masculina (el 61,4% son hombres). Asimismo, la mayoría (el 40,4%) son jóvenes de entre 18 a 29 años. Solo el 11,8% de ellos tienen de 50 a más años.
¿Dónde viven los peruanos que no profesan ninguna religión? Numéricamente, la mayoría está en Lima, ciudad que alberga a un tercio de la población peruana. En el censo, 458.304 limeños dijeron no tener religión. No obstante, cuando se matiza la cantidad de peruanos no religiosos con la población total de las regiones, la selva resalta.
Según el censo, en San Martín, Ucayali, Amazonas y Madre de Dios están las mayores proporciones de ciudadanos sin religión [ver gráfico]. En San Martín, por ejemplo, uno de cada diez vecinos dijo no tener ningún credo.
-Algunas explicaciones-
Para Helmut Kessel, presidente de la Sociedad Secular Humanista del Perú, el incremento de la población sin religión en la última década responde a una tendencia del mundo occidental relacionada con el mayor acceso a la información y el retroceso de las supersticiones. “Cuando era chico no había Internet, vivíamos en una especie de burbuja. No había cómo contrastar la información que se transmitía de abuelos a padres e hijos. Hoy, cualquier persona puede coger su teléfono y encontrar opiniones que lo lleven a cuestionar lo establecido”, dijo a El Comercio.
Según Kessel, otros factores que influyen en esta tendencia son la exposición de casos de abuso sexual y corrupción en las iglesias así como el reconocimiento de los derechos de las minorías sexuales. “Hoy los gays y lesbianas ya no están en el closet, sino que lo son abiertamente. Toda la gente joven tiene algún familiar o amigo de la comunidad LGBT y se da cuenta que no son aquellos monstruos que presentan los grupos religiosos y ultraconservadores”, afirma.
Con Kessel coincide Henry Llanos, presidente de la Asociación Peruana de Ateos. Para él, el incremento de la población peruana sin religión refleja la incursión de la cultura racional y científica desde las universidades. "Somos parte de una tendencia global. Sí llama la atención de que el porcentaje de ateos sea mayor en hombres que en mujeres. Eso podría deberse a brechas de género y acceso a la educación, sobre todo la superior", apuntó.
¿Por qué la selva?
Respecto a por qué hay mayores porcentajes de peruanos sin religión en la selva, Henry Llanos cree que se debe a que su población no se siente identificada necesariamente con las creencias de la cultura occidental, entre ellas la religión católica. “En la selva puede haber formas de pensar más cercanas a la naturaleza o quizá hayan entendido mal la pregunta [del censo]”, señala.
Por su parte, Helmut Kessel tiene la teoría de que en la selva existe una tensión entre una cultura liberal que no tiene vergüenza del cuerpo y tolera más a las minorías sexuales con los discursos evangélicos que cuestionan la vida de la comunidad LGBT. "Es probable que en ese choque de perspectivas haya muchas personas que terminen alejándose de la religión", cree.
-Ruido estadístico-
Según Henry Llanos, la Asociación Peruana de Ateos solicitó hace unos días al INEI que les informe qué porcentaje de peruanos marcaron la categoría de "Otra religión" y consignaron "ateos" en la cédula censal aplicada el año pasado. Ellos promovieron esa acción en el 2017 para que la categoría de "ateo" aparezca por primera vez en un censo nacional. No obstante, en los gráficos presentados por el INEI no se detalla cómo está compuesta la categoría "Otra religión".
Asimismo, según Helmut Kessel, entre el 5,1% de peruanos que afirmó el año pasado que no tenía religión, es probable que hayan personas que creen en entidades sobrenaturales o supersticiones aunque no formen parte de un credo organizado y jerárquico. Por lo tanto, no se puede afirmar que todos ellos sean ateos.