Las estadísticas que revelan la situación del hambre que se padece en el Perú no son alentadoras. En los últimos tres años, aumentó el número de peruanos que sufren de hambre, según un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Entre el 2014 y el 2016, se identificó a 2,5 millones de personas en esta situación en el país; es decir, 100 mil personas más de las que se registraron entre el 2013 y el 2015.
Para la FAO esta situación no es exclusiva del Perú, sino que es una suerte de tendencia. “Perú es uno de los seis países de América Latina en los que se ha incrementado la prevalencia de la subalimentación”, explica María Elena Rojas, representante de la FAO en el país.
Rojas identifica dos razones para el aumento del hambre. La primera es la crisis económica que han atravesado varios países de la región y la repercusión que esta ha tenido en el acceso a los alimentos. La segunda es el aumento de los precios de los alimentos a raíz de los fenómenos naturales que se han presentado.
—Menos desnutrición—
Donde sí se ha registrado una reducción es en el índice de desnutrición crónica infantil (DCI). Según el INEI, la DCI en niños menores de 5 años bajó 1,3 puntos porcentuales en el 2016 respecto al año anterior, situándose en 13,1% (373 mil niños). Este mal se presenta cuando hay déficit de nutrientes o grasas saturadas.
Debido a estas mejoras, el Perú incluso ha servido como ejemplo para la FAO y para la Fundación Bill y Melinda Gates, debido a las políticas aplicadas para la lucha contra este mal nutricional.
“En los últimos 10 años, el Perú ha reducido la DCI en un 50% y es uno de los casos de ejemplo en la región”, destaca Carmen Burbano de Lara, representante local del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA).
Para Burbano de Lara, los buenos resultados se deben a las políticas multisectoriales que se iniciaron contra la DCI, y al presupuesto que cada ministerio asignó para esta tarea.
El gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski se ha propuesto reducir la desnutrición crónica infantil 6,4% para el 2021.
—Anemia latente—
Sin embargo, lo que el Estado aún no ha podido controlar ni derrotar es la anemia. En el 2016, el INEI identificó que el 43,5% de menores de tres años (620 mil niños)padece anemia;un punto porcentual más que en el 2015.
Alejandro Vargas, coordinador de la Fundación Acción Contra el Hambre, hace una aclaración necesaria: la anemia no es exclusiva de las zonas rurales, ya que el 40% de niños que la padece vive en áreas urbanas.
Vargas recuerda que el problema radica en una deficiente educación nutricional familiar, ya que no se incluyen alimentos ricos en hierro en la dieta diaria.
El Ministerio de Salud ha intentado combatir la anemia con la repartición de multimicronutrientes, conocidos como ‘chispitas’. Para Vargas, esto es insuficiente si es que no se refuerzan los centros de salud para educar a las familias.
Aplicando estos planes preventivos y educativos, la fundación logró reducir de 73% a cero la anemia en los niños de la comunidad de Yanapampa, en la región Ayacucho.