Decenas de pobladores seccionaron ayer el cuerpo de una ballena Bryde, luego de que fuera arrastrada hasta el puerto de Paita por una embarcación con la que colisionó a pocos kilómetros de la costa.
Los restos del cetáceo incluso fueron comercializados por los pescadores en el mercado de la localidad, ante la inacción de la Policía Nacional del Perú y de la Dirección Regional de la Producción de Piura.
El comercio de la carne del animal, de unos 3 años de edad y aproximadamente 40 toneladas de peso, generó la advertencia de la gestora de la ONG Orca, Elena Romero Rojas, quien precisó que, además de estar prohibido por la legislación peruana, representa un atentado contra la salud.
“El consumo de la carne de ballena es muy tóxico para los humanos porque en sus tejidos hay excesivo ácido láctico y altos porcentajes de mercurio y plomo”, dijo.
El biólogo marino Sebastián Silva, gerente de Pacífico Adventures –promotor del avistamiento de ballenas– pidió que se investigue a la nave libanesa Conti Arabella, que arrolló al animal.
El jefe de la Capitanía del Puerto de Paita, capitán de fragata Amílcar Velásquez, adelantó que dicha embarcación y su representante en nuestro país –la agencia marítima Cosmos– serán sancionadas por abandonar el cuerpo en la playa.