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‘Juanjo’ es clave, una crónica de Fernando Vivas sobre Juan José Santiváñez
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Los sinceramientos se agradecen, aunque sean forzados por las circunstancias sorpresivas y, en el caso de ‘Juanjo’ Santiváñez, desafíen el excepcional consenso congresal que lo censuró en marzo, sacándolo del Ministerio del Interior.
No podía volver allí pero sí era legal -aunque un desafío político- que vaya al Minjus [Ministerio de Justicia]. Dina y él, que son socios, sabían que el Congreso se iba a tragar el sapo.
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Héctor Villalobos analiza a fondo los hechos políticos que definen la agenda, cada miércoles.
En realidad, varios congresistas lo han digerido velozmente. Unos callan, otros doran la píldora y algunos hasta lo guaripolean. Lo hacen por tres razones esenciales: porque no quieren distraerse de sus campañas, porque Dina será más manirrota ante sus pedidos y porque el propio ‘Juanjo’ impulsará la agenda que anhelan (luego veremos que esto podría ser un bumerán).
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Santiváñez, en su primera entrevista en Expreso, ya acarició esa agenda para su auditorio congresal. Como primera medida del Minjus, ofreció agilizar la reforma ‘anti caviar’ de la justicia y coqueteó con la salida de la Corte IDH [Corte Interamericana de Derechos Humanos]. Ni siquiera subrayó que el primer ministro Eduardo Arana tiene mucho que decir y decidir al respecto. He ahí el problema interno de ‘Juanjo’ y del Ejecutivo.
“’Juanjo’ quizá piense que la campaña le quitará el ojo público de encima. Pero esa lógica simple se invierte en campaña. Su mano amiga se convertiría en abrazo del oso, si la oposición lanza la narrativa de que el gobierno apoya a tal o cual candidato”.
Arana no es hombre de guerra y no se la va a dar al Minjus, pero tiene límites. Y si se llega a ellos, ¡zas!, se va; y ‘Juanjo’ podría ser premier (aunque es más viable que lo sea Morgan Quero u otro que no tenga a la fiscalía encima).
Ya que estamos en el terreno de los pronósticos abusivos, podríamos especular que la gran mayoría de ministros querrá mantener sus puestos en el barco todo el tiempo que sea posible, pero puede llegar el momento en que evalúen si les conviene saltar antes de llegar al puerto con Dina.
El propio ‘Juanjo’ podría ser uno de ellos. Mientras más nos acerquemos al 2026, será difícil que Dina les diga, ‘tocan a uno, tocan a todos’ (esta arenga me la contó alguien que estuvo en el gabinete) y los fuerce a la defensa colegiada de ‘Juanjo’ que han hecho en estos días.

El reenganchado ministro tiene 12 carpetas fiscales. Esta semana lo ponemos en el candelero porque fue aludido como el ‘hombre clave’ (nada menos que presunto jefe) de una supuesta organización criminal que nucleó abogados alrededor del Mininter para cobrar por favores. Uno de estos intercambios habría sido ayudar a la minera ayacuchana El Dorado, que buscaba respaldo policial para recuperar unos terrenos. Además de pagar coima, la empresa se habría comprometido a extender certificados de trabajo a Nicanor Boluarte para que este sustente su arraigo laboral ante el PJ.

La fiscalía, en su tesis criminal, cita reuniones de los investigados en el despacho del abogado de la minera, Percy Tenorio. También habría jugado un papel importante el abogado Marco Antonio Palacios, socio fundador del estudio de Santiváñez. Como este hay tres casos más.
El capo de los entuertos sería ‘Juanjo’ pero solo es aludido, no investigado, pues cualquier fiscal no puede tocarlo mientras sea aforado. Eso solo lo puede hacer Delia Espinoza, que estará meditando cómo y cuándo entra al zafarrancho de combate.
No me apoyes
La fiscalía no necesita forzar ni apurar diligencias, porque enervaría todo. ‘Juanjo’ ya tiene un impedimento de salida y se salió con el gusto de no prestar su voz para el peritaje del ‘audio’ con Junior Izquierdo (a) ‘Culebra’.
En ese ‘master’ del presunto ‘pensamiento Santiváñez’ oímos desnudarse a un hombre que quiere figurar a toda costa sin importar maneras ni banderas y desconfiando de todos lo que están encima de él. ‘Juanjo’ niega que sea su voz pero admite que se reunió con ‘Culebra’ en un chifa y que habló largo y distendido con él. Por algo no quiso colaborar con el peritaje.

‘Juanjo’ el intenso dinamizará la cartera que se despintó cuando la dejó Arana para pasar a la PCM y la tomó el grisáceo Enrique Alcántara. Para empezar, arregló el entuerto de Martín Vizcarra, devolviéndolo a Barbadillo, de dónde no debió salir. Esa acción del lunes le permitió una distracción pasajera ante los cuestionamientos que le caían, pues el miércoles la fiscalía se encargó de reavivarlos con su tesis del ‘hombre clave’.
Dina y su intenso socio no son personajes de cálculo fino para el largo plazo. No barajan escenarios con lupa.
‘Juanjo’ quizá piense, a grosso modo, que la campaña electoral le quitará el ojo público de encima e impulsará una agenda que ha acabado por gustarle a él tanto como a la mayoría congresal. Pero esa lógica simple se invierte en la campaña.
Su mano amiga se convertiría en abrazo del oso, si la oposición lanza la narrativa de que el gobierno, en la figura de Santiváñez, apoya a tal o cual candidato.
Ningún competidor querrá que le echen ese cuento encima. Se prendería la alerta de falta de neutralidad del gobierno y si persistiera, sonaría la alarma de fraude. Pero no nos remontemos tanto. Esperemos los próximos pasos y pases de ‘Juanjo’.
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