La jueza suprema Elvia Barrios Alvarado (62) se convirtió este jueves en la primera mujer en presidir el Poder Judicial en toda la historia de la institución. Ella fue elegida por la Sala Plena de la Corte Suprema.
En el PJ se le conoce como una jueza fuerte, decidida y comprometida con su profesión. Su carácter no conjuga con su metro sesenta y su contextura delgada que, por el contrario, le restan años a primera vista.
Barrios Alvarado llega a la presidencia del Poder Judicial en un contexto donde el Perú ingresa a su Bicentenario de la Independencia arrastrando consigo conflictos políticos y sociales que han tocado la puerta de la justicia. Y, sumado a ello, una epidemia sanitaria mundial que ha colado en crisis a todas las instituciones. Además, en su gestión se podrían dar las primeras condenas para el caso Lava Jato.
La jueza suprema asegura que hará frente a todos estos retos que supone el manejo de un poder del Estado cuyos pilares busca solidificar bajo la “integridad y transparencia” que su gestión ofrece.
“Ad portas del bicentenario hay que articular esfuerzos para salir de esta crisis sanitaria, económica y política, no debe ganarnos el individualismo”, dijo Barrios a El Comercio.
Su elección por la Sala Plena de la Corte Suprema llega para conformar un triunvirato donde las magistradas están al frente de las entidades más importantes del sistema de justicia: Marianella Ledesma presidiendo el Tribunal Constitucional, Zoraida Avalos al frente del Ministerio Público; y ahora Elvia Barrios dirigiendo el Poder Judicial.
Durante su carrera Barrios ha impulsando diversos grupos de trabajo y comisiones para la defensa de los derechos de las mujeres y el entorno familiar. Actualmente es presidenta de la Red Latinoamericana de Jueces (2020-202) y es titular de la Sala Penal Especial de la Corte Suprema.
El rol que desempeña cuando se coloca la cinta que la distingue como jueza suprema, dista de la mujer que recita, lee y escribe poesía. Entre sus libros favoritos se encuentran El Mundo es Ancho y Ajeno de Ciro Alegría, Los Miserables de Víctor Hugo y Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez.
Entorno allegado a la jueza cuenta que desde el colegio estuvo incentivada por las reflexiones que Ciro Alegría narraba a través de su libro “El Mundo es Ancho y Ajeno”. Los abusos que cometían los gamonales contra los campesinos la tenían contrariada y le recordaban los profesos judiciales que su abuelo debía seguir para defender sus tierras.
Lo que vivió en su niñez la llevó a tomar la decisión de estudiar derecho en materia penal en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Haber obtenido la calificación de 20 en su titulación le valió una mención honrosa de “excelente” por la Decana de América que Barrios ha mostrado con orgullo a lo largo de su carrera profesional.
-Exfiscal de armas tomar-
Empezó en el Poder Judicial como oficinista practicante antes de terminar la carrera. Se presentó a la plaza de fiscal adjunta de las agencias fiscales que en los años ochenta eran parte del PJ. Ello, hasta 1982 que se creó el Ministerio Público a donde fue trasladada.
Su carrera profesional empezó con su nombramiento como Provincial adjunta en Tarapoto y luego en Iquitos Maynas en 1984.
Haber aprendido el quechua en su natal Huancavelica la ayudó mucho por ese entonces. Fue designada fiscal Ad Hoc en la Fiscalía Provincial Mixta de Huamanga, Ayacucho (1985-1987) en una época donde el terrorismo estaba en su máxima actividad delictiva. Pese a ello, Barrios pudo llevar adelante los casos “Puccayacu” y “Accomarca”.
Entre sus conocidos, la jueza suele comentar que el caso Accomarca la marcó siendo fiscal, pues un 19 de septiembre de 1985 inició con la exhumación de los cadáveres enterrados en una fosa. Y, 30 años después, también en setiembre pero del 2018; la Corte Suprema confirmaba el fallo de los responsables que ella denunció.
Personas de su entorno afirman que la hoy electa presidenta del Poder Judicial, bien pudiera escribir un libro con todas las peripecias que vivió como fiscal y jueza en Ayacucho. “En realidad todos los jueces y fiscales que trabajaron en esa zona durante los años ochenta, con las carencias que había, tienen algo que contar”, añaden.
En 1987, cuando investigaba un grupo de militares denunciados por haber golpeado y desaparecido a pobladores de la zona de Cayara (Caso Cayara II) tuvo que pernoctar en el cuartel donde se encontraban los investigados. Esa noche, gritos y una balacera dentro del fuerte militar la despertaron.
Barrios tomó la pistola que le asignó la Policía por seguridad, apuntó a la puerta de la oficina que se había acondicionado como cuarto y no bajó el arma hasta el amanecer. En ese momento recordó lo que había aprendido en el curso rápido donde se le enseñó a disparar desde un revolver hasta una metralleta.
Llegada la mañana, un militar a cargo tocó la puerta para infórmale que se había tratado de un entrenamiento de su plan de seguridad. Nadie la había prevenido.
Sin embargo, lo que no se trató de un entrenamiento fue cuando una columna de Sendero Luminoso atacó el hotel donde se hospedaba en el centro de Ayacucho. Dos instalazas explotaron cuando ella se encontraba en el comedor del inmueble.
Barrios Alvarado decidió regresar al Poder Judicial donde había iniciado su carrera y en 1990 fue designada como Vocal en la Corte Superior de Justicia de Ayacucho, participando en los juicios contra diversos terroristas.
Nuevamente fue blanco de los remanentes terroristas que llegaron a dejar un aparato explosivo en la puerta de su habitación del hotel donde se hospedaba. El objeto no llegó a explotar y todo quedó registrado en un acta.
En el 2001 fue designada como presidente de la Sala Penal de Reos en Cárcel y Reos Libres del año; y en el 2008 fue designada coordinadora del Sistema Anticorrupción, y presidió entonces la Cuarta Sala Penal Anticorrupción de la Corte Superior de Lima.
En el año 2009, fue promovida a la Corte Suprema como Jueza Provisional integrando el tribunal que confirmó la condena a Alberto Fujimori Fujimori, por el caso Barrios Altos y La Cantuta.
En el 2011, el entonces Consejo Nacional de la Magistratura la designó como jueza suprema titular, siendo por ese entonces, la tercera mujer en ser nombrada con el más alto cargo dentro del Poder Judicial, luego de Elcira Vásquez y Ana María Aranda.
En el 2018, una denuncia trató de vincularla a un presunta contratación irregular de su esposo en el Jurado Nacional de Elecciones. Sin embargo, la jueza suprema aclaró que el trabajo prestado por su cónyuge no iba contra la ley y por el contrario se había seguido todo el procedimiento regular. El caso no pasó a mayores.
Según la hoja de vida pública que se muestra en el Poder Judicial, Barrios Alvarado tiene también estudios de Maestría y Doctorado en Derecho por la Universidad San Martín de Porres.
Ha realizado estudios de perfeccionamiento en la Escuela Judicial de Barcelona. Así mismo ha hecho importantes pasantías de su especialidad en España, Italia, Chile, Colombia y otros países.
Actualmente en docente de la Academia de la Magistratura y catedrática universitaria en
la Universidad Particular Inca Garcilaso de la Vega, e instituciones afines.
Entre otros logros profesionales, se cuenta con su designación como representante del Poder Judicial ante la Comisión Intersectorial Permanente para asuntos de derecho Penal Internacional (2012) y ese mismo año fue nombrada como representante alterna del Consejo Nacional de Política Criminal.
En el año 2014 representó al Poder Judicial en Viena – Austria, ante la Organización de las Naciones Unidas contra la Corrupción.
En el año 2016, Barrios Alvarado fue designada presidenta de la Comisión de Justicia de Género del Poder Judicial, es presidenta de la Comisión Nacional del Programa Nacional de Implementación de la Ley N° 30364, Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
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