El fundador de SpaceX, Elon Musk, reacciona en una conferencia de prensa posterior al lanzamiento del cohete SpaceX Falcon 9, que transportaba la nave espacial Crew Dragon. (Foto de archivo: REUTERS/Mike Blake)
El fundador de SpaceX, Elon Musk, reacciona en una conferencia de prensa posterior al lanzamiento del cohete SpaceX Falcon 9, que transportaba la nave espacial Crew Dragon. (Foto de archivo: REUTERS/Mike Blake)
/ MIKE BLAKE
Redacción EC

Con más de 81 millones de seguidores, ya era toda una celebridad en . Pero desde la semana pasada, el fundador de Tesla se convirtió en el principal accionista de de esta . Musk compró de forma indirecta una participación del 9,2% de Twitter, según confirmó la compañía a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés).

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A sus 50 años, Musk, es el hombre más rico del mundo, dueño también de la aeronáutica SpaceX y de la tuneladora The Boring Company. Hace dos semanas, el multimillonario ya venía anunciando que pondría de cabeza el mundo de las redes sociales y luego realizó esta compra.

Tras hacerse pública esta operación, las acciones de Twitter subieron un 26%. Musk suele hacer que aquello que difunde, prefiere o adquiere termine apreciándose en el mercado de valores. Esto se ha visto más en relación a las criptomonedas, como sucedió con el Dogecoin en su momento.

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Usualmente, Musk realiza encuestas a sus seguidores, para tomar decisiones respecto a compras o inversiones relacionadas con su fortuna. Poco antes de la compra de acciones, el magnate preguntó si es que consideraban que Twitter respetaba “rigurosamente” la libertad de expresión, a lo cual más del 70% respondió que “no”.

Como de costumbre, Musk advirtió de la importancia de esta encuesta. “Las consecuencias de esta encuesta serán importantes”, escribió. “Por favor, procedan con cuidado”. Luego de notar los reveladores resultados, Musk preguntó –dos días después de haber formulado la encuesta– qué se podía hacer para darle solución al problema.

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Dado que Twitter funciona de facto como nuestra plaza pública, el hecho de que no se adhiera a los principios de la libertad de expresión socava fundamentalmente la democracia. ¿Qué cabe hacer al respecto?”, escribió en la red social. Uno de sus seguidores le sugirió crear una nueva red social y Musk le respondió diciendo que lo estaba considerando.

Poco después de este resultado e intercambio de ideas, el magnate sudafricano terminó comprando acciones de Twitter. Por lo que se entiende esta decisión como una consecuencia de la encuesta e interacciones. Poco después, red social informó que el fideicomiso Elon Musk Revocable Trust –del cual el multimillonario es el único beneficiario– compró las acciones, haciendo así a Musk dueño de toda la participación.

Como se sabe, –tras la renuncia del cofundador de Twitter, Jack Dorsey, el 29 de noviembre de 2021– su puesto fue ocupado por Parag Agrawal, hasta la fecha. El futuro nuevo CEO tiene metas bastante ambiciosas, aunque recién asumirá en mayo de este año, se proyecta a mejorar el rendimiento del producto; producir un aumento de los ingresos anuales hasta los US$7.500 millones; llegar a los 315 millones de usuarios diarios para finales de 2023.

La compra de Muks podría mover el piso del ingreso de Agrawal a la cabeza de Twitter, a quien ya le dedicó un meme tras el anunció de su jefatura. Esta transacción fue realizada con un paquete de 73,5 millones de acciones de Twitter, que representa el 9,2% de las 800,6 millones de acciones que componen el capital de la compañía. La compra le costó a Musk unos US$2.888 millones. Esto le debería dar cierto poder de decisión en la administración de la red social.

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