¿Cuál es el bocado (o el sitio donde se elabora, más bien) que más repites cuando haces un pedido a través de una aplicación de comida?”. Esa pregunta se ha vuelto cada vez más frecuente en variedad de conversaciones, y variedad de contextos (algunos de verdad insospechados). Suele hacerse por mera curiosidad, pero también por un genuino interés gastronómico, incluso psicológico, sobre la gente que nos rodea. Hay quienes prefieren mantenerlo en reserva (¿qué problema hay en contar que uno pide el mismo chaufa cinco veces a la semana?) y otros que lo comparten sin reservas. Sea como fuera, lo cierto es que aquella lista de elecciones culinarias nos define como pocas cosas lo hacen. Casi tanto como el registro de búsquedas en Google, pero con menos miedo de que se hagan públicas.
Mi respuesta suele tener muchas variables pero pocas constantes. Entre estas últimas hay dos cosas: el queque de plátano tradicional y el brownie bajo en carbohidratos (supe que lo era mucho después) de D’Sala Caffè. Descubrí relativamente tarde la mesa de Alessandra Sala, pero una vez que lo hice me ocurrió lo mismo que le ha pasado a la mayoría de su clientela: siempre quiero repetir. La razón bien puede estar en el café (su gran pasión desde que era una niña) de origen Amazonas, cuyo tostado realiza ella misma; o en la oferta de sabores reconfortantes que van desde el croissant o el panetón, hasta una ensalada con generosa porción de palta.
El crecimiento de D’Sala ha sido rápido, pero sostenido. El último hito de la marca es la inauguración de un nuevo espacio en Surquillo con una carta de platos mucho más amplia. Encontramos desde una palta benedictina (S/ 19,50) hasta una sabrosa trucha al curry con ‘arroz’ de coliflor con sabores orientales (S/ 43), un fondue de espinacas y alcachofa (S/ 25) o un plato de vegetales al pesto (S/ 27). Sigue habiendo espacio, eso sí, para las tostadas francesas y los huevos estrellados.
Revolución Keto
-Es posible que para estas alturas haya escuchado o leído sobre la dieta keto (o dieta cetogénica), principalmente en redes sociales. Ocurre que, más que un regimen para perder peso, la keto es más bien un estilo de alimentación.
-Se basa en una distribución de los nutrientes que se sostiene en esta pirámide: de 75 a 90% de grasas (dependiendo de qué tan estricta sea) + 15 a 20% de proteínas y solo 5% de carbohidratos. Arriba, en foto, una moussaka, hecha con láminas de berenjena, carne, salsa de tomate y queso.
-Las grasas van desde aceite de coco o palta, hasta quesos o cacao. Eso sí, no hay azúcar (y es importante respetar las fórmulas). Uno de los diferenciales de D’Sala está en su carta keto con antojos especiales. Hay panes, muffins y postres.
-4 locales tiene D’Sala en Lima: Magdalena, Surquillo y 2 en San Isidro.
DIRECCIÓN: Manuel González Prada, 543.
HORARIOS SURQUILLO: Lunes a viernes de 7 a.m. a 9 p.m. / Sábados de 7 a.m. a 3 p.m.
INSTAGRAM: @dsalacaffe