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La relación entre la nutrición y tus huesos: ¿por qué es más importante de lo que crees?
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La relación entre la nutrición y tus huesos: ¿por qué es más importante de lo que crees?

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Cuando hablamos de salud ósea, muchos piensan que el tema es exclusivo de nuestros abuelitos. Error. Tus empiezan a formarse desde que eres un bebe y —sorpresa— alcanzan su “pico de densidad” alrededor de los 30 años. Después de eso, lo que no hayas construido, no lo recuperas igual. Es como un “ahorro óseo”: entre mejor lo gestiones en tu juventud y adultez temprana, más protegido estarás contra fracturas, osteoporosis y dolores innecesarios más adelante. La buena noticia es que no se trata solo de genética: lo que comes, cómo te mueves y hasta cómo vives impacta directamente en la fortaleza de tu esqueleto.

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Empecemos por los alimentos y nutrientes que mandan en la salud de tus huesos. Todos conocemos al calcio como la estrella del show, pero no está solo en el escenario. Para que tus huesos estén realmente fuertes, necesitas una orquesta completa de nutrientes. Te los comparto a continuación.

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Juan Carlos Fangacio

Vitamina D: sin ella, el calcio no se absorbe correctamente. El sol es tu mejor aliado, pero también está en pescados grasos, lácteos fortificados y huevos.

Vitamina K2: ayuda a dirigir el calcio al lugar correcto (los huesos) y no a las arterias, donde no lo queremos.

Magnesio: participa en la mineralización ósea y también en la activación de la vitamina D.

Proteína: sí, los huesos también tienen proteína en su matriz, así que una dieta pobre en proteínas los debilita.

Fósforo, zinc y manganeso: estos son claves para la estructura y mantenimiento óseo.

Los ejercicios que fortalecen los huesos incluyen el entrenamiento de carga de peso, el entrenamiento de fuerza con pesas o los ejercicios de resistencia. (Foto: iStock)
Los ejercicios que fortalecen los huesos incluyen el entrenamiento de carga de peso, el entrenamiento de fuerza con pesas o los ejercicios de resistencia. (Foto: iStock)
/ Atstock Productions

No basta con tomarte un vaso de leche y ya. La salud ósea depende de un equipo completo de nutrientes trabajando en conjunto. Y, así como depende de la nutrición, el ejercicio también juega un rol clave: si la nutrición construye, el ejercicio esculpe y mantiene. El sedentarismo es uno de los peores enemigos de la salud ósea, ya que los huesos necesitan estímulo para mantenerse fuertes. ¿Qué te recomiendo?

Ejercicio de fuerza: levantar pesas, usar bandas o incluso tu propio peso corporal. Esto genera micro estrés en los huesos que los hace adaptarse y fortalecerse.

Ejercicios de impacto moderado: saltar la cuerda, trotar, bailar.

Equilibrio y coordinación: yoga, pilates, tai chi, que reducen riesgo de caídas.

Lo ideal sería un mix de estos adaptados a la condición física y capacidad de cada uno. Recuerda que los huesos fuertes no se logran solo con suplementos, sino moviendo el cuerpo de manera inteligente.

Ante un dolor de huesos, lo más importante es consultar a un médico para que diagnostique la causa y el tratamiento adecuado. (Foto: iStock)
Ante un dolor de huesos, lo más importante es consultar a un médico para que diagnostique la causa y el tratamiento adecuado. (Foto: iStock)
/ PORNCHAI SODA

Ahora vale resaltar que algunas personas necesitan estar más atentas que otras. Por ejemplo:

  • Mujeres posmenopáusicas: con la caída de estrógenos, la pérdida de masa ósea se acelera.
  • Adultos mayores: porque con la edad, la absorción de nutrientes disminuye.
  • Personas con dietas restrictivas en variedad y mal planificadas, o dietas muy bajas en calorías.
  • Atletas de alto rendimiento con desbalances energéticos o amenorrea.
  • Personas con antecedentes familiares de osteoporosis.

Para estos grupos la clave es anticiparse y no esperar al primer hueso roto para recién pensar en cuidarlos. La salud ósea es como armar un rompecabezas: buena nutrición, suficiente sol, ejercicio constante y chequeos médicos cuando corresponda. Piensa en tus huesos como la base de la casa donde vives: si esa base es frágil, todo lo demás se tambalea. Regálale a tu cuerpo la combinación de nutrientes que necesita, activa esos músculos para darle soporte y cuida tus huesos como lo harías con cualquier tesoro: con constancia, prevención y cariño. Porque, al final, huesos fuertes significan libertad: libertad de moverte, de correr, de bailar, de cargar a tus hijos (o nietos), y de seguir disfrutando la vida sin limitaciones innecesarias. //

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