La pericia psicológica de Jonathan Sarmiento (John Kelvin) lo describe como alguien con rasgos de personalidad histriónica - narcisista. También “evidencia indicadores de agresividad verbal con reactividad física”. (Foto: IG @johnkelvinoficial)
La pericia psicológica de Jonathan Sarmiento (John Kelvin) lo describe como alguien con rasgos de personalidad histriónica - narcisista. También “evidencia indicadores de agresividad verbal con reactividad física”. (Foto: IG @johnkelvinoficial)
Vanessa Cruzado Alvarez

La madrugada del 5 de julio, Jonathan Sarmiento Llanto, conocido artísticamente como , llegó a las 4 a.m. a la vivienda de su esposa, en un condominio en San Miguel, donde ella vive con sus cuatro hijos, para verlos. Ni bien abrió la puerta, el cantante la golpeó en el rostro e ingresó al departamento. Ella, asustada, se refugió en su habitación y pidió a Kelvin que se vaya. No sucedió. Las agresiones continuaron. “Si ahora estoy sentada acá es de milagro. Literalmente sería mi velorio porque estuve a punto de quedarme muerta el día domingo”, contó la víctima en un programa de televisión.

La pericia psicológica de Kelvin -quien tenía prohibido acercarse a la madre de sus hijos por una restricción del 21º Juzgado de Familia- lo describe como alguien con rasgos de personalidad histriónica - narcisista. Se señala una dinámica familiar disfuncional (“[el padre] se llamaba Raúl, murió cuando tenía 4 años. No era violento, pero con mi mamá creo que sí”) y conflictiva conyugal. También “evidencia indicadores de agresividad verbal con reactividad física”. Un total de 181 páginas conforman el expediente.

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VIOLENCIA QUE NO CESA

El caso mediático ha puesto el foco a un tema que ya estaba sobre la mesa: la , que ha aumentado 130% en el país durante el 2020. A la fecha, según información del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, se han registrado 68 feminicidios. “[La violencia] está asociada a una acción de poder”, explicó la titular de la cartera Silvia Loli tras dar a conocer las lamentables cifras.

Manuel Saravia, psicólogo y director del Instituto Guestalt de Lima, explica que los agresores -en general- son personas que “se manejan bien públicamente”. Pese a que se muestren seguros de sí mismos, Saravia refiere que estas personas tienen sentimientos de inferioridad, “lo que hace que tengan mucha necesidad de control. Ese, muchas veces, es el problema que se dan en estas relaciones tóxicas. Entran en el famoso ciclo de la violencia donde del agresor golpea y humilla a su pareja. Luego viene la fase del arrepentimiento, después la luna de miel y se repite el ciclo. Las parejas pueden pasar años, incluso una vida entera porque es una relación adictiva”.

"Otro característica del agresor es la capacidad que tienen para manipular a su víctima jugando ellos a salvadores o a perseguidores que puede ser a través de las amenazas", explica Manuel Saravia, psicólogo y director del Instituto Guestalt de Lima. (Foto referencial)
"Otro característica del agresor es la capacidad que tienen para manipular a su víctima jugando ellos a salvadores o a perseguidores que puede ser a través de las amenazas", explica Manuel Saravia, psicólogo y director del Instituto Guestalt de Lima. (Foto referencial)
/ NTERNET

Otra característica que los define es que son impulsivos. “Es una persona que habla sin pensar, actúa sin pensar y luego se arrepiente. Hay un juego psicológico que el agresor practica con mucha frecuencia que se llama ‘disculpe’. Hacen todo un escándalo y al día siguiente están llorando y pidiendo disculpas. Creen que, con pedir disculpas, por arte de magia todo se va a arreglar. No piensan que estén afectando a su familia. No creen que puedan terminar hasta en la cárcel”. No se ponen en el lugar del otro, precisamente, estas personas tienen bajo nivel de empatía. “Solo están pensando en que tienen la razón, en esta necesidad de control, de poder y no se ponen en el lugar de la otra persona. Es como si el otro no fuera un ser humano, no tuviera vida propia, siente que les pertenece. Buscan justificar actos y hechos en los que no hay justificación”.

Estos hombres, definitivamente, vienen de un hogar disfuncional, donde ha habido violencia y ellos se sienten identificados con el sistema con el que tratan ahora. O han sido víctimas directas de violencia o testigos de ella. Son machistas y narcisistas. Ahí viene la dificultad de ponerse en el lugar de la otra persona. Un narciso se siente con el derecho de hacer todo, se siente lo máximo y no tiene la capacidad de ponerse en los zapatos de la otra persona”.

¿Estas personas pueden cambiar? La respuesta es compleja. Saravia confiesa que es poco probable que un narcisista vaya a terapia. Lo hacen solo cuando “tocan fondo”. Detrás hay un trabajo de concientización (del problema, del daño a quienes lo rodean) que, dependiendo el diagnóstico, puede ir acompañado de químicos. Hay un punto, sin embargo, en el que el especialista hace énfasis: no todos los agresores son feminicidas. “En el caso de los feminicidas, estamos hablando de un asesino. Si hablamos del perfil de un psicópata asesino, un psicópata narcisista es el que, por ejemplo, esconde a la mujer en una maleta, la entierra y luego se presenta como testigo indignado, apenado con la policía investigando. Estamos hablando de un psicópata que planifica fríamente, de una persona que, además, tiene cero empatía. No experimenta sentimientos de culpa por lo que ha hecho y cosifica el cuerpo. Para esta persona no hay terapia ni medicamentos. El cambio de esa persona es, según los especialistas de la salud mental en el mundo, es que no hay cambio”.

"Hay que empoderar a la mujer, prepararla para que trabaje en la dependencia emocional. El riesgo es que el agresor cambie de rostro", enfatiza el especialista. (Foto: Shutterstock)
"Hay que empoderar a la mujer, prepararla para que trabaje en la dependencia emocional. El riesgo es que el agresor cambie de rostro", enfatiza el especialista. (Foto: Shutterstock)

Hay otro tema en el que Saravia es enfático: el trabajo de reinserción del agresor. El Ministerio Público solicitó nueve meses de prisión preventiva para el cantante de cumbia por la presunta comisión de los delitos de violación sexual, violencia física y psicológica en agravio de su esposa. El Poder Judicial dictó siete meses. “No sabemos si en esos meses hay un trabajo terapéutico en prisión para que estas personas, que no son pocos, hayan cambiado realmente cuando salgan. La víctima siente temor cuando estas personas ya cumplieron su condena. Habría que ver si realmente pasa el peritaje psicológico para salir. Si es una persona reinsertada, que pueda socializar, que aprendió y con un seguimiento en la calle en cuanto a control de la ira”.

IDENTIFICAR Y AYUDAR

El especialista explica que las agresiones psicológicas y físicas aumentan con el tiempo. “Hay algo que se llama la escalada. Puede comenzar con una amenaza, con una mirada airada, con puñetes a la pared. Luego, de repente, con empujar a la persona. Desde el primer momento donde se cruza esa línea donde ya se faltó el respeto, incurrieron en violencia. Hay que buscar ayuda profesional. La violencia psicológica viene como consecuencia de una relación de dependencia. Una relación que se convierte cada vez más demandante: recién se conocen, él tiene bonitos detalles con ella, por ejemplo, recogerla del trabajo. La siguiente semana no solo la recoge, sino que la puede llevar [al trabajo]. Después ya comienzan con que llaman todo el día, pero llega un momento en él que necesita hablar cada vez más con ella. La demanda va en aumento”.

¿Cómo identificar a alguien impulsivo? “Te puedes dar cuenta de eso a la hora que maneja. O alguien que maltrata a otras personas desde, por ejemplo, una situación de poder. Que maltrate al que le está echando gasolina al auto, al mozo que lo está atendiendo. Una relación de pareja donde discuten toda la semana, más de una vez. Eso también es una señal de alerta”.

"Hay que trabajar el tema psicoeducativo. Explicarle a los niños para que ellos tengan una mirada diferente y poner modelos de personas que tienen control de emociones [...] tienen que replantear las cosas, aprender a controlar sus emociones, a gestionar, a no perder ese control, a no desbordarse", agrega el psicólogo. (Foto: Shutterstock)
"Hay que trabajar el tema psicoeducativo. Explicarle a los niños para que ellos tengan una mirada diferente y poner modelos de personas que tienen control de emociones [...] tienen que replantear las cosas, aprender a controlar sus emociones, a gestionar, a no perder ese control, a no desbordarse", agrega el psicólogo. (Foto: Shutterstock)

Si sospecha (o presencia) que alguien es víctima de violencia, hay que escuchar a la persona y que no se sienta sola. “Una de las características de las relaciones tóxicas es que en estas, la víctima termina aislada del mundo y de cualquier recurso que le pueda dar apoyo. Hay que trabajar sobre su autoestima, buscar que se valide y respete, de repente a través de talleres. Que tenga una autonomía económica para que la persona no tenga ningún argumento para no salir de esta relación”. //

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Si usted o alguien que conoce necesita ayuda, puede llamar/ acudir a estos lugares

Línea 100

Servicio gratuito de cobertura nacional a cargo de un equipo que brinda contención emocional, orientación e información en casos de violencia familiar y abuso sexual. Se puede llamar desde cualquier teléfono fijo, público o celular las 24 horas.

Centro de Emergencia Mujer (CEM)

Servicio especializado y gratuito para víctimas de violencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar, donde se brinda orientación legal, defensa judicial y consejería psicológica. Ubique el más cercano en

Chat 100

Servicio personalizado online y en tiempo real, a cargo de profesionales del MIMP que brindan información y orientación psicológica a fin de identificar situaciones de riesgo en

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