Series juveniles como “13 Reasons Why”, “Élite” y “Merlí” han sido muy exitosas en Netflix con su mezcla perfecta para atraer a los jóvenes: drama, temas tabú y gente bella. Si bien tienen fallos, estas historias coinciden al tener mensajes positivos como trasfondo. Bajo esa premisa volví a ver una serie juvenil muy famosa a inicios del 2000, “Rebelde Way”, para redescubrir la fórmula mágica de su éxito.
Rebeldes con causa
En sus dos temporadas, “Rebelde Way” fue tan exitosa que logró conquistar todo Latinoamérica y parte de Israel; además de que Televisa adquirió sus derechos y realizó un remake mexicano que, para ser sincera, es peor que su antecesora. Creada por Cris Morena, madre de todas las series juveniles con mayor éxito en Argentina, la serie llegó al mismo tiempo que una banda conformada por sus protagonistas que salió de gira por todo el continente, Perú incluido.
Cuando supe que “Rebelde Way” llegaría al catálogo de Netflix, me entusiasmé. Esta serie argentina fue una de mis favoritas cuando terminaba la primaria, y me generó bastante ilusión volver a verla. Grande fue mi sorpresa que desde su primer episodio “Rebelde Way” incluye varias escenas de violencia, machismo, gordofobia, amor tóxico e incluso antisemitismo.
“Rebelde Way” narra las vidas de cuatro jóvenes del Élite Way School y su relación con su entorno familiar y amical. Mía Colucci, interpretada por Luisana Lopilato es una joven (mal) criada por su padre, un millonario que le brinda todo lo que pide en compensación a la falta de tiempo de calidad no tienen.
Marizza Pía Spirito (Camila Bordonaba) es otra de las protagonistas. Ella es una adolescente rebelde, y quizá la más cuerda del grupo, con principios claros y el deseo de no ser superficial. Marizza tiene una relación de amor/ odio con su madre, Sonia Rey (Catherine Fulop), la vedette más famosa de Argentina.
Manuel Aguirre (Felipe Colombo) es un adolescente mexicano que viaja hasta Argentina para cobrar venganza por el suicidio de su padre. Él culpa al papá de Mía de lo ocurrido.
El último de los protagonistas es Pablo Bustamante (Benjamín Rojas), hijo de un importante político argentino y alumno más popular de la escuela (sobre todo entre las chicas). Sin embargo, no tiene una vida perfecta, pues su padre se encarga de hacerle pasar vergüenza delante de sus amigos.
Rebeldes tóxicos
Más allá de las poco saludables conductas de los protagonistas y de los torcidos giros que dan a lo largo de la primera temporada, esta serie tiene otras fallas; como actuaciones poco verosímiles. Rescato las performances de Camila Bordonaba, Catherine Fulop y a Boy Olmi (Sergio Bustamante).
Muchas de las escenas trabajabas por los estudiantes del Elite Way School son demasiado exageradas, difíciles de creer; trátese de llanto o alguna otra clase de emoción. El guión también tiene problemas, pero lo que realmente me llamó la atención es lo normalizado del machismo y amor tóxico en “Rebelde Way”.
¿Creen que exagero? Miren esta escena en la que Manuel ejerce fuerza sobre Mía:
“Podría hacerte lo que se me de la gana. Nadie sabe que estamos aquí”, dice el estudiante a orillas de un acantilado. Esta escena es super fuerte. Sobre todo porque Mía tiene 14 años; y Manuel, 17.
Uno de los personajes que más machismo y violencia ejerce en la serie es Pablo, que en el primer episodio hace comentarios sobre las mujeres como si él fuera superior a ellas y cómo logra manipularlas. “Impresionante como las manejo”, le dice a su compañera de cuarto cuando le pide a unas jóvenes que hagan sus maletas por él.
En el episodio que le sigue Pablo muestra, otra vez, su peor lado. Tras un intento fallido de ahogar a Marizza tirándola de un bote, Pablo intenta darle una “lección” amenazándola al pie de una catarata.
“¿Ves?, no tendría ningún problema en tirarte al río. Te resbalaste y te caíste. Encima no sabes nadar. Eso te pasa por meterte con un Bustamante. Conozco a mucha gente que hace cualquier cosa por plata”, le dice para asustarla. Y como es evidente, lo logra.
Pero hay más.
De mal en peor
Así como en la escena anterior, hay otras muy parecidas en la serie. No vi los 400 episodios para esta reseña, pero gracias a la magia de YouTube y el término de búsqueda “Pablo amenaza a Marizza”, encontré escenas cuya existencia había olvidado haber visto de adolescente; como aquella donde Pablo amenaza con violar a Marizza.
Sí, violar.
¿Qué tenía Cris Morena para ponerle algo tan fuerte como un intento de violación a una adolescente de 15 años? Y por si esto fuera poco, hace que ambos se vuelvan pareja. “Te trato mal porque me gustas” parece ser la regla de oro de “Rebelde Way”.
Una vez que ambos se convierten en novios, Marizza intenta ponerle límites, pero termina cediendo a los celos de Pablo.
Tampoco olvidemos el episodio donde Pablo secuestra a Marizza, situación que ella no considera algo grave.
Solo miren el vídeo y saquen sus conclusiones. Ya no quiero emitir más juicios de valor.
“Rebelde Way” también tiene escenas enteras en las que se habla de lo “perfecto” que es un cuerpo delgado y lo mal que está ser “gorda”. Felicitas Mitre (Ángeles Balbiani) recibe en casi todos los capítulos insultos por parte de Marizza por su peso y comentarios no tan agradables por la misma razón por parte de Mía, su “mejor amiga”. Lo más raro es que Balbiani no tiene obesidad. No he usado una balanza para pesarla ni he sacado su índice de masa coporal, pero probablemente está aún en el límite de lo normal y saludable para su sexo, talla y edad.
“Rebelde Way” estuvo entre las series favoritas de mi adolescencia y me generó bastante nostalgia volver a verla, pero ya no tengo 13 años. No logro comprender por qué Cris Morena trabajó un programa para adolescentes con tanto machismo y amores tóxicos. Felizmente, estamos en otra década. Una en la que tenemos los ojos abiertos y voz fuerte para no tolerar violencia como la que los protagonistas ejercieron sobre Marizza y Mía. En pocas palabras “Rebelde Way” resultó ser una gran decepción.
CALIFICACIÓN
★★
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