Si ya no tienes espacio para dormir en tu cama porque tu mascota está ocupando tu lugar, o si no puedes almorzar tranquilo/a sin que tu engreído te pida comida, es muy probable que tengas una mascota excesivamente engreída.
¡Calma! Esto es más común de lo que parece, ya que varios dueños suelen confundir el dar amor incondicional con establecer límites y reglas en casa.
Lamentablemente, el malcriar a tu mascota puede convertirse en un gran problema, especialmente si influye en su salud, en su comportamiento y en la convivencia armoniosa en casa.
Aquí hay algunas señales a tener en cuenta que podrían ayudarte a saber si realmente estás malcriando a tu engreído de ‘cuatro patas’:
1. Le demuestras tu cariño con comida
No está mal engreír a tu perro con algún snack de vez en cuando; sin embargo, es importante tener en cuenta que, si le das golosinas o recompensas después de un mal comportamiento, tu perro entenderá que ese es el premio que recibirá tras portarse mal.
Por otro lado, recuerda no acostumbrar a tu perro a recibir comida en la mesa, ya que esto podría generar un comportamiento negativo a largo plazo; por ejemplo, que pida comida en la mesa o intente subirse mientras estás comiendo.
2. Utiliza tu cama para dormir
Existen cientos de opiniones a favor y en contra de que un perro duerma en la cama de sus dueños; sin embargo, lo importante es tomar esta decisión en base a tu rutina y comodidad. Por ejemplo, si tienes el sueño muy ligero, dormir con tu perro podría ser muy incómodo.
Más allá de la postura que elijas, es importante que tu mascota tenga su propio espacio en casa; es decir, una cama cómoda en algún lugar tranquilo. Esto no sólo fortalecerá su independencia, sino también le dará más seguridad cuando esté solo.
3. No tiene reglas en casa
Si tu perro no tiene límites en casa, lo más probable es que no te obedezca, y que la convivencia se torne insostenible, especialmente si empieza a morder cosas, orinar en lugares inapropiados o, incluso, subirse a muebles en los que no debería estar.
Lamentablemente, trabajar en corregir estos hábitos puede ser difícil si ya han pasado varios meses o, incluso años, con este comportamiento. En este contexto, lo recomendable es recurrir a un entrenador o a un etólogo profesional.
Recuerda que, tener reglas en casa, es importante para asegurar una sana convivencia con tu mascota. Los límites claros permitirán que tu engreído fortalezca su independencia, y que no pierda el control al no obtener la recompensa que desea.
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