La Navidad en Lima hace 100 años

Las vitrinas de las tiendas en el jirón de la Unión llamaban la atención del público por su decoración e iluminación.

Lilia Córdova Tábori

Sin televisión ni redes sociales, la diversión estaba en los parques y las plazas. Los chicharrones y la chicha de maní eran los preferidos por las familias.

Aquella Nochebuena de 1919 los tranvías, sobre todo los que hacían el recorrido hacia el parque de la Exposición, subían y bajaban repletos de pasajeros, que venían al Centro de Lima para hacer sus compras.

Las vitrinas de las tiendas en el jirón de la Unión llamaban la atención del público por su decoración e iluminación. La demanda era mayor en las tiendas de juguetes como The English Store.

Hasta pasadas las 11 de la noche diversas bandas del ejército ofrecieron retreta en la plaza de Armas. Además los teatros y cines se vieron muy concurridos. En los restaurantes, los clásicos chicharrones y los tamales especiales fueron los más pedidos a pesar del incremento de sus precios. Los cafés del mercado Central atendieron hasta el amanecer.

Al llegar la medianoche, los fieles escucharon la misa de gallo en las iglesias para luego descubrir los nacimientos. Los más chiquillos rompían el silencio de la noche haciendo sonar sus matracas.

Algunas familias recibían la Nochebuena en el Palais Concert donde brindaban con champagne al ritmo de la orquesta de las damas vienesas. En los barrios de la Exposición las festividades navideñas giraban alrededor de las carpas y arcos de las vivanderas cuyas platos criollos eran muy solicitados por los vecinos. La música estuvo a cargo de cantores populares que amenizaban a su manera las cenas servidas al aire libre.

Al día siguiente, los lectores de El Comercio recibieron la edición navideña con una selección de cuentos y poemas alusivos a la fecha. No se reportaron accidentes ni incendios.

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