Desafortunadamente, la salud mental aún está bajo el escrúpulo de una sociedad llena de estigmas y mitos, logrando instaurarse en la mente de las personas de tal manera que resulta difícil el diagnóstico y tratamiento de quienes padecen de alguna patología, pues el miedo al qué dirán es todavía más importante que el propio bienestar. Sin duda, uno de los trastornos mentales más banalizados, a pesar de su incidencia, es la bipolaridad, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que tan solo en el 2019, más de 40 millones de personas padecían de esta afección.
Este desorden mental es una condición crónica que se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, la energía y la actividad, es decir, las personas experimentan una labilidad emocional, ya que pueden atravesar por episodios de manía (estado de ánimo elevado, hiperactividad y comportamiento imprudente y de grandeza) y depresión (estado de ánimo bajo, pérdida de interés en actividades, cansancio y desesperanza).
¿A quiénes afecta la bipolaridad?
El trastorno bipolar puede afectar a cualquier persona, sin importar la edad, género o antecedentes. Las causas exactas aún no se comprenden del todo; sin embargo, diversos estudios apuntan a que existen tres factores principales: genético, ambiental y comportamental. No obstante, como refirió Alexandra Sabal, psicóloga de la Clínica Ricardo Palma, a Bienestar de El Comercio, la bipolaridad puede variar de una persona a otra, pues algunos suelen presentar más depresión que manía o al revés, incluso en muchos casos, hay quienes de un episodio a otro llegan a un punto medio, mientras que otros, experimentan en su máxima expresión esos picos drásticos emocionales.
“Lo más importante a tener cuenta sobre este trastorno, es que existen estados mixtos, pues un individuo puede atravesar una depresión severa y experimentar manía de forma simultánea, motivo por el cual, las personas bipolares suelen ser tildadas injustamente como “locas”, destacó la psicóloga .
¿Cómo se diagnostica la bipolaridad?
En efecto, la bipolaridad es un desbalance químico en el cerebro, el cual puede ser particularmente difícil de diagnosticar, puesto que muchas veces es confundido con trastornos, como la depresión o la esquizofrenia. Si bien es cierto, suelen tener episodios altos y bajos, Sabal afirmó que, la manía puede presentarse mucho tiempo después o también pueden experimentar un brote psicótico caracterizado por alucinaciones y delusiones, que los aleja por completo de la realidad. Por esta razón, aunque es complicado, es fundamental ver el panorama completo para lograr identificarlo, indicó la especialista.
¿Cómo es el tratamiento para la bipolaridad?
Al ser una condición de por vida, se aborda con terapia y medicación; sin embargo, uno de los principales obstáculos para el tratamiento es que los pacientes que están afrontando un periodo maníaco, tienden a abandonarlo, ya que se sienten omnipotentes y consideran que están curados.
A nivel farmacológico, se apuesta por estabilizadores emocionales, siendo el más común el litio, mientras que, a nivel de psicológico se pretende enseñarles a las personas ciertas estrategias de automanejo, las cuales les permiten tener un mayor autoconocimiento sobre la patología y que logren afrontar de la mejor manera posible, los diversos eventos de manía o depresión. Asimismo, gracias a la terapia cognitiva conductual, el paciente puede aprender a replantearse los pensamientos irracionales, con el fin de cambiar el estado de ánimo y el comportamiento.
¿Una persona bipolar puede tener una vida normal?
“Sí, y sin lugar a duda, una persona con bipolaridad puede llevar una vida “normal”, dado que es como cualquier otra afección crónica, como la diabetes, en donde simplemente es necesario saber qué cuidados se deben seguir. Por ello, es clave que reciban las herramientas correctas, el apoyo y que; sobre todo, se comprometan con el tratamiento”, comentó Sabal.
Una lucha contra la desinformación
Por lo general, el comportamiento de una persona bipolar puede presentar cambios un tanto volátiles, hostiles e incontrolables. Lamentablemente, las personas suelen vivir nerviosas y con miedo a cómo pueda reaccionar el resto, pues cuando experimentan un estado de manía, pueden ser percibidas como individuos fuera de control, mientras que, cuando navegan por la depresión son vistas únicamente como víctimas.
“En muchos casos, los pacientes con bipolaridad son a nivel social una bomba de tiempo”, agrega la especialista. No obstante, como expresó la psicóloga, no solamente deben aprender a vivir con esta condición, sino que además deben enfrentarse al rechazo de una gran parte de la población, que mantiene una mentalidad limitada con respecto a los trastornos mentales, principalmente por un mal manejo de la información, indicó la profesional en salud.
Este fenómeno social, es el producto de un aprendizaje de décadas e incluso siglos, ya que se han generado diversos mitos y estigmas en torno a la salud mental, los cuales presenciamos mucho en las películas, pues suelen presentar a las patologías de manera exagerada y tergiversada, retratando a las personas, como locas, peligrosas, monstruos e incapaces de tener una vida “normal”, es decir, trabajar, estudiar o formar una familia.
Una sociedad más empática
Claramente, la falta de conocimiento es el enemigo principal de la salud mental, ya que las personas generamos conceptos a raíz de suposiciones e ideas subjetivas. Como manifestó Sabal, los seres humanos solemos alejarnos de lo desconocido y de aquello que nos produce miedo. Es por este motivo que, es primordial reeducar a la población por medio de diferentes acciones.
Por ejemplo, hoy se conmemora el Día Mundial del Trastorno Bipolar; no obstante, muy pocas personas son conscientes de su existencia, y mucho menos que coincide con el natalicio de Vincent Van Gogh, el famoso pintor neerlandés, que decidió quitarse la vida, tras sufrir durante años el rechazo y la falta de empatía de una sociedad ajena a la salud mental.
Por esta razón, es importante que dejemos de lado todos los estereotipos que limitan nuestra percepción y que, por lo general, no solo nos llevan a marginar a otros, sino que muchas veces no reconocemos que podemos estar batallando con nuestra propia salud mental. Según la OMS, una de cada ocho personas presenta un trastorno mental, cifras que evidencian la poca cobertura y atención que reciben estas patologías actualmente.
Recuerda que, nuestro bienestar emocional es igual de importante que el físico, por ello no dudes en acudir a un especialista que te brindará las pautas necesarias para vivir de forma plena y consciente.
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