El verde césped de nuestro querido Estadio Nacional no solo ha sido escenario de grandes hazañas de la selección peruana. También sirvió de alfombra roja para el paso de los mejores jugadores en la historia del fútbol. Pelé vino con el Santos, Alfredo di Stéfano con España, Diego Maradona con Boca Juniors y Argentina, hasta Ronaldinho, Lionel Messi y Neymar nos visitaron. Todos atacantes, todos acaparadores de portadas con sus goles. Pero en la década del sesenta, la casa de la Bicolor se vistió de gala para recibir a Lev Ivanovich Yashin (Moscú, 1929), considerado el mejor portero de todos los tiempos -único en ganar un Balón de Oro- y nacido en la ex-Unión Soviética, el ex-Estado socialista que hoy está en boca del mundo por la invasión de Rusia a Ucrania.
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Con su agilidad sobrehumana -el apodo de ‘Araña negra’ no era una exageración-, Yashin terminó con el duelo eterno al que estaban condenados los porteros. En su fría y lejana Unión Soviética le dio legitimidad a ese incomprendido oficio de evitar goles. Fue él quiero reconfiguró la función del arquero: de víctima a superhéroe. Además se ser hasta ahora el único guardameta en ganar el Balón de Oro. Lo hizo en 1963 y un año después vino al Perú en lo que fue una desafortunada gira.
Yashin y el Dinamo de Moscú, que eran campeones de la Primera División de la URSS, llegaron a fines de noviembre, con el torneo peruano aún en juego. Faltaban cuatro fechas en las que Universitario terminó ganando el título. Y el primer duelo se dio la noche del martes 1 de diciembre frente a Alianza Lima, aún vigente bicampeón del fútbol peruano y que tenía a Víctor ‘Pitín’ Zegarra y ‘Perico’ León como figuras.
La presencia de la ‘Araña negra’ generó grandes expectativas desde que pisó suelo peruano. Antes del encuentro, Dinamo entrenó en las instalaciones del club Sporting Cristal en el Rímac. Grandes porteros peruanos como Luis Rubiños, Dimas Zegarra y Reynaldo Párraga vieron, como si fueran niños observando a su ídolo, como Yashin sacaba los disparos de sus compañeros con buena ubicación y grandes reflejos.
Según los reportes de la época, más de 25 mil espectadores llenaron las gradas del viejo Nacional para ver a Yashin y su Dinamo que era dirigido por Oleksandr Ponomarov. El técnico mandó al campo al siguiente equipo: Eduard Mudrik, Georgij Rjabov y Vladimir Kesarev; Valeri Maslov y Vladimir Glotov; Yuri Vshivtsev, Yuri Avrutskiy, Valery Korolenkov, Nikolai Bobkov y Valeri Fadeyev.
Por su parte, Alianza Lima, entrenado por Juan de Almeida, formó de la siguiente manera: Rodolfo Bazán; Juan De La Vega, Orlando Lavalle, Wantuil da Trinidade, Rodolfo Guzmán, Manuel Grimaldo, Víctor Zegarra, Mario Llerena, Pedro Pablo León, Víctor Rostaing, Geninho.
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“Nosotros teníamos un equipo muy bueno, no nos chupábamos contra nadie”, nos cuenta ‘Pitín’ Zegarra, ídolo blanquiazul y titular en aquel encuentro. Volante habilidoso, quimboso, danzante sobre el balón, don Víctor recuerda con cierta picardía cómo eran los europeos: “tenían una seriedad militar. Ellos eran puro físico, estatura enorme. Lev Yashin era muy, pero muy serio. Pero la habilidad nuestra era la contra”.
El encuentro terminó 2-1 a favor de los visitantes. Sin embargo, la victoria no fue completa. El tanto blanquiazul, obra de Rodolfo Guzmán, tuvo participación de Lev Yashin. “Era muy confiado de sus condiciones y cometió un error en el disparo de Rodolfo, creo que de unos 30 o 40 metros”, agrega ‘Pitín’.
La ‘Araña negra’ no logró satisfacer al público que fue a ver sus grandes atajadas y las pifias no se hicieron esperar, incluso llegaron a decirle que se dejó hacer el gol como un arquero novato. La prensa también tuvo duras críticas. Si antes del partido todo eran elogios para el guardameta, al día siguiente del choque fueron duras críticas. El Comercio lanzó un titular irónico: “Más fue el ruido que las nueces. El team soviético mostró recursos modestos”.
Yashin, como en aquel partido, no fue inmune a los errores. También fue sometido al cruel juicio popular al que el genial Eduardo Galeano se refería en su “Fútbol a sol y sombra”. “Con una sola pifia, el guardameta arruina un partido o pierde un campeonato, y entonces el público olvida súbitamente todas sus hazañas y lo condena a la desgracia eterna. Hasta el fin de sus días lo perseguirá la maldición”, explicaba el escritor y periodista uruguayo.
Alianza Lima | Dinamo de Moscú |
---|---|
Rodolfo Bazán | Lev Yashin |
Juan De La Vega | Eduard Mudrik |
Orlando Lavalle | Georgij Rjabov |
Wantuil da Trinidade | Vladimir Kesarev |
Rodolfo Guzmán | Valeri Maslov |
Manuel Grimaldo | Vladimir Glotov |
Víctor Zegarra | Yuri Vshivtsev |
Mario Llerena | Yuri Avrutskiy |
Pedro Pablo León | Valery Korolenkov |
Víctor Rostaing | Nikolai Bobkov |
Geninho | Valeri Fadeyev |
DT: Juan de Almeida | DT: Oleksandr Ponomarov |
Gol: Rodolfo Guzmán | Goles: Yuri Avrutskiy Nikkolai Bobkov |
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La segunda visita: contra Amadeo Carrizo
Cinco años más tarde, del 5 de febrero de 1969, dos antes de que se retirara, Lev Yashin volvió al Perú. Aquella noche, al igual que en 1964, las calles aledañas que rodeaban al viejo Estadio Nacional estaban repletas de gente. Niños, mujeres, hombres y ancianos, que mostraban orgullosos la camiseta blanquiazul, corrían presurosos para que el reloj no les ganara la partida. Con el espectáculo que estaba por darse sobre el césped del coloso de José Díaz, por supuesto que era justificable la ansiedad y los nervios que manifestaban en su andar. El Alianza Lima de ‘Pitín’ Zegarra, ‘Perico’ León y Teófilo Cubillas, reforzado con el gran portero argentino Amadeo Carrizo, ícono en la historia de River Plate y del fútbol mundial, iba a enfrentar al temible Dinamo Moscú de la ‘Araña negra’.
“Amadeo Carrizo vino para llamar la atención del público porque en ese entonces él y Yashin eran los mejores porteros del mundo”, dice ‘Pitín’ Zegarra. Si Lev puso en la palestra del fútbol al arquero, Amadeo revolucionó la posición. Antes que aparezcan los Manuel Neuer, Ederson, Alisson, Marc-André ter Stegen y otros tantos arqueros que arrancan halagos en la actualidad por tener un gran juego con los pies, el argentino ya hacía lo mismo pero hace más de 40 años.
“Yashin vs. Carrizo, hoy en el Nacional”, “Alianza con Carrizo en el arco enfrenta al Dinamo”, “Yashin hoy frente a delantera de Alianza en el Nacional”. Esos eran algunos de los titulares de los medios de comunicación en la previa del encuentro. Y a la.gora de la verdad, el choque estuvo a la altura. Los rusos, espigados de 1.85 metros en promedio y una expresión de seriedad imperturbable, saltaron al campo bajo la atenta mirada de los más de 25 mil espectadores, quienes esta vez no los pifiaron sino guardaron silencio en muestra de respeto. El Dinamo, por ese entonces, era un equipo poderoso y temido en el fútbol europeo y se paseaba por el mundo ganándole a los rivales más pintados de la época para sacarle brillo a sus títulos: diez de liga y tres de copas soviéticas. Además, era la base de la selección de la Unión Soviética.
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El técnico brasileño Marinho Rodrigues mandó el siguiente once blanquiazul: Amadeo Carrizo, Demetrio Mazzo, José Gonzales, José Nagel, Rodolfo Guzmán, José Lugo, Víctor Zegarra, Teófilo Cubillas, Julio Baylón, Pedro León y Luis Martínez. Por su parte, el soviético Konstantin Beskov alineó así: Lev Yashin, Schatapov, Riabov, Smirnov, Siemionov, Maslov, Anichkin, Eschtrekov, Dolbonosov, Evruchkhine, Larin.
“Recuerdo que Amadeo hablaba mucho a la defensa, los ordenaba cada vez que el rival atacaba. Yashin, en cambio, era más serio en ese aspecto. Seguro de sus condiciones bajo los tres palos”, recuerda ‘Pitín’ Zegarra.
Pese a que recibió dos goles de ‘Perico’ León -el encuentro acabó igualado en dos-, la ‘Araña negra’ mostró sus quilates en los primeros minutos, cuando tras un centro del ‘Chueco’ Guzmán logró desviar el balón, pero le quedó a ‘Perico’ para que lo fusilara. Era gol. Sin embargo, el guardameta se impulsó desde el piso y con las dos manos ahogó el grito en todo el estadio.
Aquella noche fue mágica para las 25 mil almas que abarrotaron el Estadio Nacional. Se enfrentaron dos de los mejores arqueros de la historia, uno de ellos defendió la emblemática camiseta blanquiazul y en la cancha se dio un verdadero partidazo. Fue el combo completo para una de las páginas más gloriosas que se escribieron en nuestras canchas.
Ese mismo año, tan solo días después, Carrizo se pondría la camiseta de Universitario para enfrentar al Cortinthians de Brasil. Sin embargo, aquella presentación, aunque fue igual de histórica, no tuvo las mismas luces que cuando defendió a Alianza. Los cremas cayeron goleados 6-2 y el exportero de River Plate no pudo estar al 100% de sus condiciones físicas.
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