Conciertos generan al IPD casi cinco veces más ingresos que el fútbol: ¿para qué eventos usan más el Estadio Nacional?
CIFRA RÉCORD
En el 2024, el Grupo 5 pagó más S/778,800 por el alquiler del emblemático recinto para tres días de conciertos. A sus presentaciones asistieron más de 150,000 personas.
INGRESOS Y PRIORIDADES
Aunque entre el 2018 y el 2025 el Nacional albergó más partidos de fútbol que conciertos, los shows musicales generan, en promedio, casi el quíntuple de ingresos por arrendamiento del espacio.
Conciertos generan al IPD casi cinco veces más ingresos que el fútbol: ¿para qué eventos usan más el Estadio Nacional?
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El emblemático Estadio Nacional ha sido escenario de algunos de los momentos más celebrados del fútbol peruano. El último de ellos ocurrió la noche del 15 de noviembre del 2017, cuando la selección derrotó 2–0 a Nueva Zelanda y clasificó, después de 36 años, a la Copa del Mundo por –hasta ahora– última vez.
Pero en las últimas dos décadas, el coloso de José Díaz también ha recibido a reconocidas bandas y artistas internacionales: de Paul McCartney a Bad Bunny, de Oasis a Luis Miguel. El Estadio Nacional ahora también es uno de los principales recintos para conciertos en el país.
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ECData analizó los contratos firmados por el Instituto Peruano del Deporte (IPD) para el arrendamiento del Nacional en el período 2018–2025 y halló que la mayoría de eventos (61%) fueron partidos de fútbol, mientras que el 21% fueron conciertos.
“Debemos buscar un balance entre ambos, los conciertos y el fútbol. El deporte debe priorizarse y eso es fundamental, pero el dinero para que el Nacional sea sostenible tiene que salir de algún lugar”, explica Jose Eduardo Maco, coordinador de Administración y Negocios del Deporte de la UPC.
Ingresos para el Estado
Hay un detalle clave: el alquiler del recinto deportivo para un espectáculo musical cuesta, en promedio, casi cinco veces más que para un partido.
Por ejemplo, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) paga S/ 75,673 por arrendar el estadio para un partido de la selección peruana por las Eliminatorias a la Copa del Mundo.
En tanto, por los dos conciertos de Luis Miguel en febrero del año pasado se abonaron al IPD S/519,200; es decir, S/259,600 por fecha.
En el período analizado, el espectáculo que más dinero generó al IPD por arrendamiento del Nacional fueron las tres presentaciones consecutivas del Grupo 5 por sus 51 años de trayectoria artísticas los días 5, 6 y 7 de abril de 2024. Nada menos que S/778,800.
En total, más de 150,000 personas acudieron al estadio para cantar y bailar con la histórica banda de Monsefú, Chiclayo.
Punto de partida
En la década de 1990 e incluso a inicios del siglo XXI era impensable que artistas internacionales ofrezcan conciertos del Perú. El panorama cambió en diciembre del 2007, con una ley que promueve la promoción de espectáculos públicos no deportivos en el Perú.
En síntesis, la norma eliminó el impuesto municipal a los conciertos y redujo a la mitad (de 30% a 15%) la renta a los artistas que no residen en el Perú por sus presentaciones en vivo.
Menos de dos años después, la banda inglesa Oasis llegó a Lima por única vez para ofrecer, ante más de 40,000 personas, uno de los conciertos más recordados que se han celebrado en el Estadio Nacional.
Desde entonces, los conciertos de artistas internacionales se han vuelto una costumbre en el país.
La decisión se debió a que la selección enfrentaba el 20 de marzo a Bolivia por las Eliminatorias al Mundial de Qatar y se temía que el césped del campo de juego no llegue en buen estado.
Según documentos del Instituto Peruano del Deporte al que accedió El Comercio, solo el año pasado se invirtieron S/436,000 en el mantenimiento del campo del Estadio Nacional.
“Hay que tener en cuenta que es deporte ha cambiado y cada vez trabaja más de la mano del entretenimiento, para lo cual necesitas un estadio en buenas condiciones y con buen césped”, destaca Maco.
El show de Blades se postergó para el 24 de abril en el mismo escenario, pero el de Camilo tuvo que cambiar de sede: el colombio se presentó en marzo en el Costa 21, de la Costa Verde.
“El deporte y arte no deben estar reñidos: son parte de la cultura y el bienestar de los ciudadanos. Los conciertos y los partidos de fútbol son importantes, pero hay un gran problema: ¿cuántos espacios públicos de la envergadura del Estadio Nacional tenemos? Lo más importante es que exista planificación”, comenta Carina Moreno, coordinadora del Diplomado en Gestión Cultural de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.